Los Kami son los seres superiores, según el sintoísmo japonés. Susano-o se comporta de manera desordenada, haciéndole malas jugadas a su hermana Amaterasu, la mujer sol, hasta el punto en que ésta se retira a una gruta a descansar de sus faenas, dejando sumido al mundo en la noche.

Cuando se restablece el orden, Susano-o se refugia en la provincia de Izumo, en las tierras de Japón, donde se encuentra con una pareja de ancianos afligidos por tener que dar en pago a su octava y última hija al Dragón señor de la comarca, que la devorará. Nuestro héroe les asegura dar muerte al saurio, si le prometen que le darán a su hija en matrimonio.

Ante la conformidad de los padres, Susano-o dispone de un lugar sagrado donde atrae con añagazas al Ser, y una vez allí lo embriaga con sake, el vino del arroz. El Kami le corta las cabezas con su sable, y tras despedazarlo, encuentra en su cola un sable mágico, que con el tiempo pasará a formar parte de los tres tesoros sagrados de Japón.

Los otros dos son el Espejo de Amaterasu (el Espíritu de las cosas) y el collar de Magatama, joya en forma de coma, símbolo del acceso al mundo divino. El Sable del Dragón es símbolo de la alianza entre la tierra y el cielo. Todavía se venera el Sable en el santuario sintoísta de Atsuta, en Nagoya. 

Según los babilonios, antes del comienzo del mundo, existía un Dragón, el cual al ser partido por la mitad por el Dios de la luz, tras singular batalla, dio origen al cielo (la mitad de la cabeza), y a la tierra (la otra mitad). El Hombre surgió de la sangre del Dragón. 

la verdad es que todavía no sé porqué nació el hombre de la sangre, ni los detalles de la leyenda, que son sólo literatura, pero la hacen agradable y misteriosa, por lo cual prometo investigar y exponerlos en breve.