![]() |
En estos tiempos de fin de siglo, donde todo parece confundirse, tenemos en la Argentina una nueva rara avis. En realidad, depende del caso, nueva, o más vieja que la vejez: la cara progresista, para afuera, de los que no lo son ni mucho menos, o quieren serlo pero no tiene la capacidad para utilizarlo en el bien de la gente.
|
Por estos días de noviembre, hemos dado con el fin de un programa de TV en el único canal que no goza de los favores del monopolio de los derechos de emisión del fútbol argentino (que, incluso, viene extendiendo tanto sus garras que llegará un momento en que los ingleses se despierten a la mañana y se encuentren en la pantalla con las mismas caras o la misma ideología que en Buenos Aires, y será tarde, como aquel texto de Bertold Brecht).
Con la apoyatura de varios y conspicuos integrantes del sector del "palo" políticos, actorales o periodisticos (¿que querrá decir, concretamente, "del palo" a esta altura de las circunstancias?) el programa "Fútbol Prohibido", con la conducción de Diego Bonadeo, desde comienzos de temporada, con una conducción ensoberbecida pero reconocidamente poco sorpresiva, se colocó en victima de un sistema archiconocido, que no ofrece flanco alguno y que, entonces, no tiene sentido enfrentar en estas condiciones, salvo que sea para arrojar mas leña al fuego o para sacar partido individualmente, colocándose como representante del nuevo género periodístico: el "periodismo deportivo de protesta".
Años atrás, en una FM como Palermo, de escasísima llegada en comparación a Canal 9 de TV, un gran periodista aún joven como Hernan de Lorenzi realizaba lo que el mismo denominaba "periodismo de choque", dura autodefinición si la hay. Pero ese acaso cuestionado tipo de periodismo (me refiero en este caso al periodismo en general, no deportivo) al menos se llevaba a cabo para atacar y reprender duramente a los supuestamente corruptos e ineficaces políticos argentinos. Este ataque, serio o no, duro o no, tenía más efecto verdadero que el de morir atacado en una jaula cuando se sabe que adentro hay leones voraces. No parece inteligente. En este sentido, volviendo al programa de marras, tampoco parece serlo el desafiar a la empresa dueña legalmente de los derechos de TV, como lo es hasta el 2013 "Torneos y Competencias" en la Argentina, pretendiendo emitir goles que no pertenecen legal ni legítimamente al programa del 9. Entonces el razonamiento que se plantea es otro. Hay algo mas que se pretende y acaso no tenga relación con una necesidad colectiva ni mucho menos. Acaso esa pretensión esta dada solamente por la queja, por dejar sentado como en un documento que realmente el fútbol que se pretende difundir, aquel perdido desde los sesenta, aquel del toque y los lujos, de los caños y los moños, aquel que nos hizo brillar en el mundo, está "prohibido", como lo dice el nombre del programa, que, cabe recordar, se llamó asi antes de ser efectivamente mutilado o limitado a no pasar imagenes de los partidos si no está dispuesto a pagar por ellas los derechos correspondientes. Y esto no es más que jugar a ser víctima. No parece ser el camino correcto, salvo, y volvemos al tema inicial, "comprar" fácilmente a los sectores que piensan de buena fe, que se oponen a los monopolios cualquiera sean, y que entonces no tardan en adherir a este modelo propuesto. Desde ese mismo programa se rescata como defensor de los valores perdidos al más que exitoso entrenador de los seleccionados juveniles argentinos Jose Nestor Pekerman.Más allá de que habria que ver si Pekerman esta tan cerca de los que tanto lo adulan,de hecho, para imponer su honesto estilo de juego en épocas de pensamientos futboleros tan contrarios, peleó desde adentro, sin quejarse porque sí, siendo superior a los demás, respetando una coherencia y no haciéndose la víctima. Bien pudo Pekerman patear el tablero a los seis meses de iniciado su contrato, llamando a conferencia de prensa para quejarse ante todos los medios de que era diariamente atacado por lo que desde las víctimas fáciles de "Fútbol Prohibido" se llama "periodismo hegemónico". Quedaba como los dioses con el progresismo. Iba a ser llevado en andas y el Frepaso le ofrecería una diputación nacional (este es un país tan generoso!!!). Pero no. Luchó y luchó en silencio por imponer SU verdad. Y ganó. Y es reconocido hoy sin excepciones por su sabiduría. Tomó el otro camino. No el del verso, el del palabrerío fácil, el de los "referentes" a flor de piel, sino el de las verdaderas convicciones, el del trabajo, el de no autoprohibirse.
Por eso Pekerman, aún ganando todo lo que es imaginable ganar en un corto período de trabajo, no vende tanto. Porque no estira sus logros, aun cuando estos son infinitamente mayores que los que venden y venden productos vacíos de contenido, espejitos de colores.
Si se quiere hacer "periodismo de choque" a la usanza "De Lorenzi" hay que hacerlo bien, atacando a fondo, a la médula. No al que tiene los derechos monopólicos sino a quien se los otorga. No al presidente tal o cual que cae mas o menos simpático sino a la estructura que hace que el fútbol termine en manos de unos pocos con trajes y celular. No a un pobre infeliz que tuvo la mala suerte de ganar un Mundial de la mano de un genio y que a lo sumo dice sinceramente sus verdades, equivocadas -seguramente- o no, sino al sistema que permite desde 1958 terminar con la fiesta que fue de todos y no de tan pocos. Pero para eso hay que tener la mirada generosa y desprendida y cerrar de una vez y para siempre la etapa de la mano levantada para reclamarle a la maestra de turno que el egoísta no me quiso prestar.
Simplemente, porque ya sabía que era egoísta. El camino, a no engañarse,es otro. Le guste a quien le guste y le disguste a quien le disguste.
© Sergio Levinsky - All rights reserved