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La cara exterior del Barrio es el Hospital escuela, la Universidad, la Maternidad y su cara interna: un laberinto de casas estudiantiles, una red de pensiones, terrazas intercomunicadas, un barrio cavado por dentro donde anidan siete mil estudiantes.
La policía no pasa de aquí. ¿Ve? Esta es la esquina. Donde la Avenida Colón se cruza con Rodríguez Peña, frente a la Plaza Colón, o a la Iglesia de María Auxiliadora.
A lo sumo, la poli entrará 50 m.más allá, pero después tiene que retroceder. Aquí empieza el Clínicas: cada terraza es una trinchera. Llueven piedras y agua caliente, y el tintinear de los postes de alumbrado, golpeados por piedras o llaves, transmite la alarma a todo el Barrio único en el mundo, explica sin pasión el joven médico interno del Hospital de Clínicas Ismael J. De Sancti.
El Clínicas es algo así como el hipotálamo del pais. O sea: la glándula que --rozada por un impulso eléctrico-- desencadena un ataque de ira. Las grandes convulsiones políticas se iniciaron en el barrio de los estudiantes cordobeses, allí donde ellos viven como se les da la gana, libres dei control de su familia, confraternizando a toda hora, entregados a la especulación ideológica. Allí se inició la Reforma Universitaria de 1918. Allí se resistió desesperadamente a Perón en 1943 y 1945. Allí se incubó la Revolución Libertadora de 1955, y se resistió la Revolución Argentina de 1966. Allí, finalmente, se produjo lo que la historia llamará "el Cordobazo del 68".
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