Un ángel se acercó a tocar mi mano
y me alimentó de amor con su caricia.
Tú me besaste con tus ojos
y yo te besé con mis manos.
Desaté mi corazón para dártelo.
Tu ausencia había ayudado,
a crecer, al espeso dolor.
Así, herido por el pecho,
de amor te dejé.
Te dejé de pensar
y te dejé de buscar.
Te dejé de repetir
y te dejé de llorar.
Mas ahora apartando
el ya sencillo dolor,
te tomo de nuevo
en mi pensamiento
y te tomo en mi búsqueda.
Te tomo para conocerte,
para saludarte.
Te tomo de cariño
y te tomo de amor.
Quiero darte el amor
que tengo guardado.
Quiero gastar contigo
las caricias que tengo ahorradas.
Quiero compartir contigo
los secretos que tengo escondidos.
Quiero besarte los ojos.
Quiero tocarte el alma.
Quiero darte lo que soy.
Un ángel me alimentó de amor.
Tu corazón es ese ángel.
Ese amor eres tú.
24 de julio de 2000
David Moreno Guinea