La cebolla es escarcha
cerrada y pobre
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba
con sangre de cebolla
se amamantaba
pero tu sangre
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.
Tu risa me hace libre
me pone alas,
soledades me quita,
cárcel me arranca.
Al octavo mes ríes con
cinco azares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes,
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana.
Cuando en la dentadura
sientas un arma
sientas un fuego
corre dientes abajo,
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho
él triste de cebolla,
tú satisfecho,
no te derrumbes,
no sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.