No escojas sólo una parte,
tómame como me doy,
entero y tal como soy,
no vayas a equivocarte.
Soy sinceramente tuyo
pero no quiero, mi amor,
ir de visita por tu vida
vestido para la ocasión.
Preferiría con el tiempo
reconocerme sin rubor.
Y no es prudente ir camuflado
eternamente por ahí,
ni por estar junto a ti
ni para ir a ningún lado.
No me pidas que no piense
en voz alta por mi bien,
ni que me suba a un taburete,
si quieres probaré a crecer.
Es insufrible ver que lloras
y yo no tengo nada que hacer.
Cuéntale a tu corazón
que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés
uno sólo es lo que es
y anda siempre con lo puesto.
Nunca es triste la verdad,
lo que no tiene es remedio.