Se necesitan risas y humor para vivir. Ríe.

Llamadas Anónimas

Era imposible que supiera
quien podia llamar.
Sono el teléfono y yo
levanté el auricular
y aquella voz acariciante
dijo escucha, no me cortes,
estoy sola y no tengo a nadie
que quiera hablar conmigo.
Y a estas horas,
yo miré el reloj,
y estaba a punto de colgarle
pues, tenía razón,
pero algo sentí en ese tono
suplicante que me interesó.
Que va, me dije,
interés profesional.
Repuse claro,
no tengas cuidado bombón,
que puedo hacer por ti?
Y me contestó
te lo agradezco tanto sabes?
Siempre sentí necesidad
de decirle esto a alguien,
así que sin querer
marqué tu número al azar,
por que tengo la fantasía sí,
de acariciarte por detrás
de las piernas.
Y no parar
hasta llegar a tus caderas
y aflojar despacio el pantalón,
yo pegué un salto
y dije, corazón!
Donde has estado tanto tiempo?
Dime, a donde he de volar
para hacer aha! tu fantasía realidad.
Me aseguro que por supuesto
lo iba a averiguar
pero antes de besarme el cuello
me iba a mordisquear,
el lóbulo derecho
de la oreja yo sentí,
caricias a través de la bocina para mí.
"¡Canción cochina!" me dijeron una vez. Pues yo no sé, no es mía. Pero a mí me gusta. He pensado hablar un día y decir algo por el estilo, no sé porqué no lo he hecho. No se asombren si reciben mi llamada.
Me comentó que le excitaba,
no saber mi nombre,
cuando, yo casi le confieso,
pues, me llamo Fernando,
pero en lugar de eso
le dije yo soy lo que necesitas
y se rió pero antes deja,
que te diga otras cositas
y me contó con detalle,
cómo se tendía en la cama.
Yo me contuve de arrancarme la pijama
y sugerí dame tus datos nena
dámelos siquiera,
y haremos lo que quieras
donde tu prefieras.
Y pensé que el caso podía
requerir toda mi astucia,
y ella empezó a decirme cosas sucias
y a gritarme apasionada,
qué era lo que iba a hacer.
Yo contesté
cuando me des tu dirección
voy a atenderte y a quitarte con los dientes,
toda tu ropa interior,
pero al pensarlo preso fui
de un arrebato de pasión,
tiré del cable del teléfono
que se desconectó y me hallé jadeante
en medio de la noche.
Conecté el cable del teléfono
por ver si estaba allí,
pero la voz dejo lugar
a un tono, que reconocí
como la nota intermitente
de cualquier línea ocupada,
colgué el auricular por si otra vez llamaba
y esperé y esperé mucho
y todavía espero en las noches,
cambié el cable del teléfono
y me acuso con reproches.
Y cuando me siento solo
marco un número al azar
y si contesta una mujer
siempre comienzo a comentar
y le digo, que tal,
estoy solo y no tengo
a nadie que quiera hablar conmigo
y ya es tan tarde.
Pero siempre sentí la necesidad,
sí, la necesidad de acariciarte
por detrás de las piernas.
Bueno? Bueno?
Llamando a torre de control?
Bueno? Hay alguien ahí?
No? Tengo algo que contarte
Digamos que puede ser algo excitante.
Turututu...

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