Ojalá que las hojas
no te toquen el cuerpo
cuando caigan
para que no las puedas
convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia
deje de ser milagro
que baja por tu cuerpo
Ojalá que la luna
pueda salir sin ti
Ojalá que la tierra
no te bese los pasos.
Ojalá se te acabe
la mirada constante,
la palabra precisa,
la sonrisa perfecta.
Ojalá que no pueda
tocarte ni en canciones,
ojalá que la aurora
no dé gritos que
caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre
se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes
no retengan tu ruido
de camino cansado.
Ojalá que el deseo
se vaya tras de ti
a tu viejo gobierno
de difuntos y flores.
Ojalá se te acabe...