ESPERANTO. Un idioma comun para la humanidad. Entre la búsqueda de una solución para los problemas de la humanidad, desde hace muchos siglos está, la búsqueda de un idioma común que sirviera de puente entre los pueblos, sus culturas y sus propios idiomas. Desde la mítica Babel, sobre la que leemos un relato en la Biblia, pareciera ser que la diferencia de idiomas son un castigo recibido por la humanidad. Al mismo tiempo hace dos mil años el cristianismo quiso introducir una nueva forma de convivencia que considerara a los humanos como una fraternidad universal. A lo largo de la historia conocida, varios idiomas han servido de puente para el comercio y la comunicación cultural, por lo menos en la zona del Mediterráneo, cuna de nuestra civilización actual. El griego y el Latin, ocuparon este lugar. A los que últimamente ha sucedido el inglés. Los tres han sido idiomas nacionales, de un pueblo y una cultura que por coyunturas históricas han tenido un carácter imperial. La actual globalización ha hecho del inglés el idioma universal. Sin embargo, por ser un Idioma nacional imperialista, de no fácil aprendizaje a pesar de su estructura simplificada, resulta resistido o imposible de adquirir por el 90% de la humanidad. Entre las diversas propuestas para un nuevo idioma universal surgió hacia fines del siglo pasado el ESPERANTO: un idioma planificado de fácil aprendizaje, de estructura regular y muy simplificada, apto para ser aprendido y manejado por todos, sin grandes dificultades. Su iniciador, Ludovico Lázaro Zamenhof, con una intuición genial logró planificar una forma de hablar, que resultó en un Idioma casi perfecto. Dado a conocer oficialmente en 1887, su iniciador lo presentó como "idioma universal" del D-ro ESPERANTO (el que espera). Aceptado inmediatamente en Europa, Rusia, China etc. adquirió el nombre del seudónimo del autor y empezó a difundirse rápidamente. Los esperantistas se organizaron en una asociación mundial para difundir esta lengua, y empezaron a escribir en dicho idioma obras originales, diarios, revistas, transmisiones radiales etc. En cien años se calcula ya el número de esperantistas en algunos millones, siendo el Esperanto uno de los idiomas de las minorías humanas, con la particularidad de estar diseminado en todo el planeta, todos los pueblos y culturas. Su objetivo no es suplantar a otras lenguas sino enseñarlo como segundo idioma común para toda la humanidad fomentando la solidaridad, paz y fraternidad humanas entre individuos y pueblos. En Argentina el Esperanto es conocido y utilizado desde el año 1889, fecha en que comenzó a enseñarse en Buenos Aires. Desde principios de siglo hubo esperantistas en Córdoba y KEA, asociación de Esperanto continúa en nuestra ciudad la difusión del Esperanto.- (RS)