EL VERDADERO HUMANISTA ES UN RADICAL
«Un radical es un hombre capaz de llegar a las últimas
consecuencias de los principios que predica. Y es
evidente que el verdadero humanista es siempre un
radical, porque el humanismo es una doctrina clara,
cuyas consecuencias, como hemos visto, se deducen con
extraordinaria facilidad y nitidez de su único principio:
todo hombre es un fin y no un medio. [Kant,
Fundamentación de la metafísica de las costumbres]
[...] El radicalismo humanista es el más exigente de
todos los radicalismos: exige una transformación total, y
exige esta realización dentro de la libertad. De allí
sus dificultades pero también de allí su grandeza y su
fuerza avasalladora de convicción. Porque los hombres
anhelan ser libres y vivir en una sociedad justa, pero
no quieren ser esclavizados antes de alcanzar la libertad
y la justicia. Por eso quienes logren hacer una verdadera
revolución humanista pasarán a la historia como los más
grandes y los más auténticos de todos los
revolucionarios.»
«Porque no debemos olvidar que todo intelectual, por esencia,
es un humanista. Y el humanismo...no es una teoría,
es una pasión que -paradójicamente- sólo puede satisfacerse
plenamente por medio de la razón. El intelectual es el más
radical de los apasionados porque su pasión es la razón y
la razón es la más radical de las afirmaciones humanas.
Ser intelectual, afanarse por la racionalización del mundo
y afirmar apasionadamente la dignidad de la condición
humana es una sola y misma cosa. Ser intelectual es lo
mismo que luchar por la liberación de todos los hombres.»
Fuente: MIRO QUESADA, Francisco. Humanismo y revolución,
volumen doble, Lima: Casa de la Cultura del Perú, 1969, pp.
134-135; 189-190. [El contenido de los corchetes en el pasaje citado
pertenece a Bhanzy]