3. AGRONOMÍA DEL CULTIVO

3-1 PREPARACIÓN Y SIEMBRA

3-2 DESARROLLO Y LABORES

3-3 RECOLECCIÓN

 

 

 


3 - AGRONOMÍA DEL CULTIVO.

Las Alubias de Ibeas, como cultivo de área subtropical, no aguantan las heladas, ni las altas temperaturas, desarrollan bien entre 15 y 22 º C y mal por debajo de 10 o superiores a 28 º C.

Los terrenos de la comarca de Ibeas son especiales para el cultivo. Su distribución granulométrica tiene entre 35 y 40 %, de tamaños superiores a 5 mm, alrededor del 50 % menor de 0.4 mm, un 35 % pasa la malla de 0.16 mm, y un 20-25 % son partículas inferiores a 0.08 mm. Los finos, limosos y de plasticidad reducida, tienen un PH de 7.36, una materia orgánica coloidal entre 2 y 2.5 %. Su componente principal es sílice (SiO2), los carbonatos se presentan en pequeños nódulos, representando aproximadamente el 7%, también se detecta la presencia de óxidos metálicos, principalmente de hierro. En conjunto pueden clasificarse como suelos sueltos de fácil trabajabilidad y relativamente permeables.

La climatología, otro factor favorab1e colaborador durante su ciclo vegetativo, situado entre los meses de Mayo y Octubre. Se caracteriza por temperaturas suaves, abundantes días despejados y pluviosidad no muy alta, la altitud de la zona se encuentra en el entorno de los 850 a 900 m sobre el nivel del mar y sus lluvias medias de unos 700 1/ m2, suelen acumularse en otoño, invierno y primavera.

Los años normales necesitan del riego, principalmente durante la época de floración y llenado. En la presente campaña, las excesivas lluvias han perjudicado su buen desarrollo, propiciando la proliferación de enfermedades como las bacterosis y las pudriciones radiculares.

La planta crece con una raíz principal que posteriormente da lugar a raíces secundarias y terciarias, alcanzan poca profundidad, no pasando generalmente de 30 cm, su volumen principal se encuentra en los 20 primeros cm. Germina en forma epígea, es decir los cotiledones salen con el tallo por encima del suelo.

Ramifica la planta con crecimiento indeterminado trepador, posee una gran capacidad de torsión, lo cual le permite alcanzar alturas superiores a 2 m apoyándose en los tutores.

Las hojas pueden ser simples o compuestas, trifoliadas.

Las inflorescencias brotan en las axilas, apreciándose en ellas tres partes, el eje de inflorescencias, las bracteas primarias y los botones florales.

El fruto, la vaina característica de la familia de las leguminosas, color verde liso, hasta la época de maduración cuando se transforma en amarillo, al secarse se apergaminan y fortalecen con incrustaciones de fibras volviéndose dehiscentes, facilitando su fácil desgrane.

Las semillas consumidas, son de tipo redondeado, color morado vinoso, muy brillantes, suelen estar contenidas entre 3 y 7 granos por vaina.

 


3 - 1 PREPARACIÓN Y SIEMBRA.

Las labores de preparación de la tierra para la siembra son fundamentales, con ellas se suele incorporar abonos, preparando el suelo, dejándolo suelto y esponjado, se aconseja labores semiprofundas, de unos 25 cm, deben realizarse con bastante antelación. En una primera puede utilizarse arado de vertedera. La segunda próxima a sembrar, con aporcadora.

Se recomienda aplicar herbicidas con antelación o durante la siembra.

Cuando empleemos abonos orgánicos, debemos hacerlo la campaña anterior, esparciendo unas 25 Tm/Ha de estiércol. El abono mineral puede incorporarse durante la ultima labor, 500 Kg./Ha, de los tipos compuestos 9-18-27 o 6-15-30, (N - P205 - K20 ), pueden ser adecuados.

Si queremos obtener altos rendimientos es muy importante sembrar correctamente. Inmediatamente antes conviene practicar una buena desinfección de las semillas, en el mercado podemos encontrar insecticidas y fungicidas adecuados.

Las Alubias de Ibeas se siembran a mano, de dos maneras, en lomos o en llano. Un marco correcto puede ser de 0.9 m entre surcos y 0.6 m entre pies, a una profundidad de 3 a 5 cm y una cantidad de semillas de 12 a15 granos por poyo. El nº de semillas por Kg suele estar entre 1.900 y 2.100, por consiguiente, la dotación por Ha pueden oscilar entre 122 y 136 Kg.

La nascencia debe procurarse rápida, evitando enfermedades tempranas. Para ello, la tierra estará preparada adecuadamente, ni excesivamente húmeda ni seca, cuando la temperatura del suelo sobrepase los 15 ºC. Si las plantas nacen mal o pocas, puede ser necesario proceder a una nueva siembra.

Una buena nascencia es el preludio de una mejor cosecha.

Para rendimientos de 2.200 Kg./Ha, o más, tendremos que cuidar los abonados, la desinfección de las semillas y el marco de siembra. Una buena desinfección palia los efectos de ataques de insectos durante la primera época, cuando la planta es débil. El abonado de presiembra, mantiene la tierra con fertilizantes suficientes desde los primeros estados de desarrollo. Un marco de siembra estrecho originará al vegetar el cierre de tallos y hojas, no permitiendo la entrada del sol y aire, perjudicando la maduración y al final la calidad del grano, por otra parte cuando las plantas están muy separadas, aunque las semillas engorden bien, el beneficio final puede resultar escaso.

 


3 - 2 DESARROLLO Y LABORES.

Al producirse lluvias importantes entre el periodo de siembra y nascencia, suele formarse una costra superficial que la planta, muy débil en la primera época no es capaz de romper, siendo necesario descostrar la zona del pie facilitando su nacimiento.

Las labores necesarias a las plantas antes de un significativo serian:

Esponjamiento del terreno y eliminación de malas hierbas en labor de binado.

Aporcado y preparación de surcos para el riego. Esta labor es primordial, los tallos cuando tienen tierra alrededor desarrollan raíces adventicias, ayudando al mantenimiento de las plantas cuando se producen enfermedades de pie.

Con mayor o menor frecuencia, dependiendo del clima estacional, las Alubias de Ibeas, necesitan riegos. La planta es sensible al exceso o escasez de agua, principalmente durante la época de floración y cuajado. Se suelen regar por pie, aunque podría hacerse por microaspersión o por otros sistemas.

Los riegos deben ser frecuentes, con poca agua y bien repartida procurando no producir encharcamientos que favorecerían las enfermedades de cuello. Los riegos por microaspersión pueden realizarse cuando la planta no esta muy caliente y no exageradamente abundantes, el exceso de agua ayuda al progreso de enfermedades como la grasa de las judías.

Otra labor fundamental es el cuidado sanitario. El cultivo es muy propenso al ataque de enfermedades y plagas, por lo tanto se debe conocer los síntomas de las afecciones más frecuentes en cada estado de desarrollo, para tratarlas con prontitud y adecuadamente.

En el momento oportuno se colocan los tutores, antes del crecimiento de los tallos trepadores para que inicien su ascensión cuando comience su crecimiento. Tradicionalmente han venido utilizándose varas de chopo, originando un trabajo considerable. Este año en un cultivar de San Millán de Juarros, colocaron barras de acero corrugado del utilizado como armadura en las construcciones de hormigón, el resultado ha sido satisfactorio, los tallos guía han trepado perfectamente, manteniéndose sin ningún tipo de problema. Podría investigarse la posibilidad de algún tutor de plástico rugoso, que a precio razonable solucionase el problema de preparar todos los años varas nuevas.

 


3 - 3 RECOLECCIÓN

Una de las labores influyentes en la calidad de la judía grano es su sistemática de recolección.

Las judías de crecimiento indeterminado, están madurando durante un periodo amplio de tiempo. Los frutos están a distintas alturas y no maduran a la misma velocidad. Por otra parte, las semillas han de tratarse con un cierto cuidado para no romperlas o deteriorarías.

El periodo de recogida de las Alubias de Ibeas, suele estar comprendido entre los meses de Septiembre y Noviembre, espacio de tiempo dilatado, que obliga a recogerlas en distintas pasadas.

Las Alubias de Ibeas se recogen a mano, por ordeño de vainas secas, de una en una, posteriormente se desgranan de forma también manual. Como puede deducirse el coste en tiempo es elevadísimo pero compensa, por ello los granos presentan un estado tan regular, brillo, redondez, tegumentos sin arrugas ni deformaciones No pueden compararse con legumbres secadas a maquina, cuando unas vainas están verdes, otras maduras y algunas excesivamente secas, luego se mantienen algún tiempo cortadas en el campo, para poder trillarías también con máquina, volviendo a originar roturas y deterioros en los granos, rompiendo tegumentos y ocasionando más irregularidades. Pueden observarse estos defectos de roturas y rugosidades, que posteriormente se traducen en cocciones distintas, encontrándose granos blandos, duros o de sabor distinto al consumirlas. Esto no sucede con las Alubias de Ibeas que presentan aspecto homogéneo, tegumentos finos y brillantes dureza semejante y sabor agradable, similar y continuo en toda su ingestión.

En cuanto a los rendimientos son variables, dependiendo en gran medida de la nascencia, de los ataques de plagas, enfermedades y del clima, oscila entre 1.700 y 2.700 Kg por Ha.

Las primaveras cálidas, veranos templados y otoños soleados, ayudan a las cosechas, presentando sus mejores características en calidad y abundancia.

Esta sistemática de recolección, solamente puede adoptarse con leguminosas de alto precio, resulta impensable hacerlo con judías que en los mercados no pasen de las 200 pts, Kg. Solamente con productos de categoría contrastada, los consumidores estarán dispuestos a sufragar los costes de obtención.