Mensaje del Santo Padre por los 30 años del Camino Neocatecumenal

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Audiencia del 24 de Enero de 1997

 

El Camino Neocatecumenal cumple treinta años de vida: la edad, diría, de cierta madurez. Vuestra reunión en el Sinaí ha abierto ante vosotros, en cierto sentido, una etapa nueva. Por tanto, habéis tratado oportunamente de dirigir vuestra mirada con espíritu de fe no sólo hacia el pasado, sino también hacia el futuro, interrogados acerca del designio de Dios para el Camino en este momento histórico. El Señor ha puesto en vuestras manos un tesoro valioso. ¿Cómo desarrolarlo? ¿Cómo vivirlo en plenitud?

¿Cómo compartirlo mejor con los demás? ¿Cómo defenderlo de los diferentes peligros presentes y futuros? Estas son algunas de las preguntas que os habéis formulado, como responsables del Camino o como itinerantes de la primera hora.Para responder a estas preguntas, en un clima de oración y profunda reflexión, habéis comenzadoen el Sinaí el proceso de redacción de un Estatuto del Camino.

Es un paso muy importante, que abre la senda hacia su formal reconocimiento jurídico, por parte de la Iglesia, dándoos una garantía ulterior de la autenticidad de vuestro carisma. Como sabemos, "el juicio acerca de la autenticidad y la regulación del ejercicio (de los carismas) pertenece a los que dirigen la Iglesia. A ellos compete sobre todo no apagar el Espíritu, sino examinarlo todo y quedarse con lo bueno" (Lumen Gentium 12). Os animo a proseguir el trabajo iniciado, bajo la guía del consejo pontificio para los laicos y de manera especial, de su secretario, monseñor Stanislaw Rylko, aquí presente con vosotros. Os acompaño en este camino con mi oración particular...

(Juan Pablo II)