Cosas de quinto |
PRESENTACION
Sin prisa pero sin pausa vamos cubriendo etapas. Con el nacimiento de Cuadernos Cosas de Quinto, cuyo primer número presentamos, continuamos una labor que ya va dando frutos: 7 números de Atalaya de Quinto y el Anuario-96 ya han visto la luz, gracias a la colaboración económica de nuestro Ayuntamiento, a la magnífica respuesta de nuestros lectores y, como no, al esfuerzo desinteresado del equipo de redacción de Atalaya de Quinto.
Con este primer cuaderno queremos iniciar un nuevo camino por el que recorrer todo aquello que tenga que ver con lo nuestro, con una edición más austera que el Anuario e incluso que Atalaya de Quinto, pues sacrificamos el color, las fotografías, grabados, etc., en favor de un contenido más extenso. Los llamaremos cuadernos porque se trata de trabajos abiertos, inconclusos, simplemente esbozados, que deberán servir en el futuro de base y consulta para estudios más profundos. Sus páginas tendremos que llenarlas los quintanos o todo aquel que tenga sana inquietud por nuestras cosas, por Cosas de Quinto.
No hemos hecho más que empezar y sabemos que, siendo importante, eso no es lo más difícil. Comenzar un cuaderno es siempre un acto lleno de buenas intenciones que pueden verse truncadas por alguna tachadura. Pero tenemos mucho que decir y contamos con la colaboración de muchas personas que aman y sienten interés por Quinto. Por eso, todos los que componemos el equipo de redacción Atalaya que asumimos el compromiso de coordinar la edición y redacción de estos cuadernos, estamos tremendamente ilusionados con el proyecto y ya tenemos prácticamente listos los dos próximos números de Cosas de Quinto, los cuales irán viendo la luz, sin una periodicidad determinada, pues ésta dependerá siempre de la acogida que tengan entre nuestros lectores y de los recursos económicos con los que vayamos contando. Nos gustaría, eso sí, poder sacar dos cuadernos por año.
Este primer número lo iniciamos con el trabajo de un quintano ya desaparecido, D. Manuel Buenacasa, fechado en 1.953, cuyo manuscrito nos fue amablemente cedido por Dª Isabel Arruego. Su autor hace un sugestivo recorrido por los lugares de Quinto, lleno de evocaciones y recuerdos. Más adelante, Antonio Jardiel, nos presenta una recopilación de más de 240 topónimos de Quinto, algunos hoy inexistentes debido a la Concentración Parcelaria.
De Hermina Tella, incansable y prolífica colaboradora en las tareas de redacción de Atalaya, incluimos dos de sus incontables trabajos. El primero de ellos, Quinto y sus gentes, con su siempre entrañable prosa, evoca todo nuestro costumbrismo pasado. El segundo, La Campana de Velilla, es un interesante trabajo en torno a esta prodigiosa campana que tanto dio que hablar, incluso a reyes y a escritores tan grandes como Quevedo.
A los alumnos de la Escuela de Adultos se debe la idea de hacer un diccionario con las palabras de uso en Quinto, trabajo que incluimos, tras ser ampliado y completado con divertidas explicaciones realizadas por el equipo de redacción de Atalaya. El borrador de diccionario de uso para Quinto no tiene otra pretensión que entretener y recuperar para la memoria recuerdos, palabras que hemos usado o usamos. Son 3.600 palabras que, como dice Fernando Alcaine en el epílogo, son vivencias de los tiempos pasados, recuerdos de los tiempos no vividos.
A todos los que lean este primer cuaderno de Cosas de
Quinto, les deseamos que les resulte igual de grato que a nosotros escribirlo, que
les sirva para despertar o para acentuar su interés por todo lo nuestro, que sepan que
esperamos su colaboración en estas páginas.
Manuel Alcaine Royo -En nombre de todo el equipo de
redacción-
ADOLESCENTE DEL MONTE Por
Don Manuel Buenacasa, Palicos Quinto, 1.953
Cosas que nunca se escriben sin llegarsen a saber para ir y venir del
monte tenías que padecer. Por las cuestas de el Baño de Lobera o la del Luco para suvir
y bajarlas el temor no estaba oculto. Hasta que llego un alcalde A. Uliaque lo hizo
bastante bien para subida y bajada el barranco Valdamen. La carretera Belchite de la loma
del Cornero las eras de la Corona y también del cementerio. Al corral de Mujeril a la
sarda de Colas toda la hoya de Lasana a otros muchos sitios más. Entre la val de los
Juncos y la val de Lorencico cabezo y majadal tiene nombre de medico. Ladera los Caracoles
cerca el morrón de Bes las peñas de Peralta y la senda de Almuchuel. La sarda de Lobera
caseta de los Pelucas los cabezos de Simón el casetón de la Vinola. Las laderas del Cano
las vales de San Pedro la Lomica Negra al fondo al Norte caseton de los Matreros. Los
cabezos de San Pedro la fuente de Salinas Planaron barranco Codo todo esta en la misma
linia. Entre cabezos del Cano la loma Piedrafita para el camino Codo collado del Sordo a
la vista. Barranco de La Atalaya el corral de los Suvias mas abajo el Barrancaz las Veras
ya las verías. El balsete la Clara ladera de Piedrafita direcio balsa La Venta
Hermanillos a la vista. Esta loma de La Venta su sarda llana y hermosa al Norte el
Lampagar con sus tierras salitrosas. Para suvir a las Lomas pasaras el Lampagar erá el
corral de Ciruellas otras muchas vales más. Camino de Amedoleras donde había 3 caminos
paridera de Perera el Saso y el Barranquillo. Por el camino del Saso hasta el corral de
Mangarro cerca esta el cabezo Royo Puravieles (purbureles ?) alli al lado. Esta el acampo
de Blas el barranco de Valrroya al N.E. la val del Loco que hace una poca de hoya. Camino
de las Llanas a Tosquetas bas tambien al corral de los Gordetes y tambien al de Loren. El
cabezo de Camacho cerca del acampo Elconde cuando encorrian la liebre hay una cueva y se
esconde. El camino los Gordetes llega hasta la Laverca cerca del monte Fuentes y el Pilon
de la Cabeza. Nace en el monte Fuentes el barranco es importante cruza Valdecara monte
termina de bajo el puente. Carretera Castellón hay un silo un camino lo quieres tu
recorrer llegaras a tu destino. No te olvides de los Poyos ni tan poco de la Lastras ni
cabezos de Bonastre que tevieron ir agatas en 1.936 y 1.937. Fueron grandes testigos el de
la Zorra y El Prado resisten los combates tiraban de todos lados. Hablamos de Porburel
tambien del Abejar parapretados los Rojos y no dejaban pasar -1.936-
QUINTO Y SUS GENTES Por
Herminia Tella Continente
Podía haber empezado a escribir este párrafo con el título, Quinto y su historia, la
verdad es que no cuento con ningún libro para poder conseguir datos históricos de
Quinto.
El motivo que me ha impulsado a escribir es que me gusta, de lo que podéis estar seguros
es de mi buena voluntad al escribirlo.
Lo importante de un pueblo no es saber quien lo fundó, si fueron o no los edetanos o
edetones, si perteneció a la casa de Funes. O si los restos de Dª Urraca de Castilla
siguen reposando en el Piquete, anteriormente Iglesia Parroquial dedicada a
Nuestra Señora de la Asunción, que debió de ser antiguo castillo o fortaleza, hoy
declarado monumento nacional. O saber en que año se construyeron los arcos de San Miguel,
San Anton o San Roque.
Lo importante de un pueblo son sus gentes, que han sabido transmitir de generación a
generación su sencillez, su amor, su fe, sus costumbres y su verdadera amistad.
La principal fuente de riqueza de Quinto era el campo, trabajaban la tierra con pocos
medios y a veces, tardaban más de tres días en volver a casa esperando les llegara el
turno para regar.
Han heredado de sus antepasados el buen nacer, sabiendo hacer honor al título que un día
concediera Felipe V a esta Villa de Lealísima.
Se habla como en casi todo Aragón un dialecto del castellano, con entonación muy
pronunciada, terminando las palabras en ico, como hermanico, magico...etc.
EXPRESIONES ANTIGUAS
Cuando un campo estaba bien trabajado: que bien apotecao está
este campo. Cuando un niño lloraba y tenía un berrinche: este chico ha
pillao una barrena que no creas. Cuando una casa estaba caliente: que
candorcica que hace aquí. Cuando un niño tenía ganas de orinar: !ala! jomio
sácate la mosonica, calla y mea. Cuando iban a comprar insecticida: quiero
seis riales de chifú. Cuando el calor del sol era agradable al abrigo de una pared:
que pitañar más güeno, que güen pito que hay aquí. Cuando las mujeres se
ponían una chaqueta corta de paño de abrigo: voy a ponerme el jaique.
LA BODA
Las bodas se celebraban en el mes de enero a las seis de la mañana, ya
se oía un ir y venir por las calles, corrían, gritaban: La boda... Los
novios... !Viva la Virgen del Pilar!.
El novio iba a buscar a la novia
-Güenos días, paice que no hace mucho frío, himos tenido suerte, no llueve-.
Después del saludo anadía.
-Con el permiso del tio José y la tia Pilar (estos eran los padres de la novia), ¿me
puedo llevar a la novia?-
A lo que el padre respondía:
-Concedida la tienes-
Eran las siete de la mañana se iban novios y convidados a celebrar la boda a la iglesia.
Después tomaban un chocolate, los novios se iban a Zaragoza, visitaban la Basílica del
Pilar, compraban confites y a comenzar una nueva vida con los hijos que Dios quisiera que
tuviesen.
LA JOTA
Entonces no había bailes, sólo se bailaba y cantaba la jota, había
muchas rondallas y se cantaban a las mozas jotas de amor o de crítica como ésta:
El amor en forastero, es como el agua en boteja, que no sabe la que bebe, ni tampoco
la que deja. La gorra de medio lado la llevo y la llevare sólo por darle en cabeza a la
dama que me olvide. Estando preso en la carcel, un intierro vi pasar, era mi querida
madre, la llevaban a enterrar. Anda y rezale a la Virgen, y dile que no entro a verla, que
me dá vergüenza icile, que te quiero más que a ella. Cuando yo bien te quería te
peinabas a menudo y ahora que no te quiero paices un perro peludo. Si pasas por el portal,
y pasas sin criticate, hace cuenta que has pasao, pol infierno y sin quemate.
NAVIDAD
La Navidad se celebraba en familia, siendo una fiesta muy entrañable.
Los vecinos, parientes y amigos se felicitaban, - A pasar güena noche-
Como entonces no había abundancia de alimentos, era costumbre decir este refrán:
Colación romana, el que más come más gana. La colación era la cena que era
de ayuno, este consistía en no comer carne, de lo demás comían de todo y más abundante
que durante el resto del año.
Platos tradicionales de esta noche eran: espinaes, arroz con abadejo, abadejo en salsa,
almondigas de abadejo. La agüela traía una espuerta nueva, con higas, orejones, torticas
mal hechas y los turrones de miel con almendra, guirlache y mazapán. Después se iban a
misa del Gallo destacando la presencia de pastores con su atuendo de piel de cordero,
zamarra y alforja. Se cantaban villancicos como éste: Los pastores que supieron,
que el Niño quería fiesta, hubo pastor que rompió, cien pares de cascañuelas. Pastores
venir, pastores llegar adorar al Niño que ha nacido ya.
Hubo un año que siendo alcalde Don Luis Oliete Novella, el día de
Reyes todos los niños del pueblo tuvieron regalos.
Hablando de Don Luis Oliete es digno recordar aunque solo sea una línea para Don Paco
Oliete y que decir de Doña María Oliete que supo vivir las bienaventuranzas, su vida
ejemplar es digna de destacar, llena de caridad y de amor al prójimo.
CARNAVAL
En los carnavales se lo pasaban en grande, se ponían los
mascarutos y mascarutas, les llamaban así por llevar la cara unos
tapada con ropa y otros con una careta. El traje se componía de una sábana, si era
hombre y si eran mujeres de un pantalón y una camisa de su padre o hermanos.
Había más de un gracioso que entraba por las casas y echaba sal al puchero y cuando ya
toda la familia estaba rodeada en torno a la fuente, con su cuchara de aluminio o de
madera, no se lo podían comer y eso que la gana estaba en su punto.
Llevaban un gavillo de leña, güevos y estrudes.. y
en medio de la calle Mayor se ponían a freír los güevos. Los mozos más
atrevidos hacían de las suyas, alguno llevaba un capazo con güevos, otros se llevaban
una polla. También llevaban a un hombre encueros dentro de un
orno, (el orno era un apero para quitar el salvau y la
harina) y gritaban lo nunca visto, las mujeres se acercaban a mirar, se
asomaban, gritaban y se iban corriendo, otros iban desnudos llevando como única prenda de
vestir una capa, se acercaba a los corrillos de las mujeres y les decía: vís lo
que vis, y les enseñaba sus encantos personales dándose unas vueltas y un meneo a
la capa. Para que luego digan los abuelos que antes no se hacía nada y mira por donde
hacían hasta destapes, aunque solo fueran masculinos.
Cuando venia la luz todos los mascarutos y mascarutas se destapaban la cara, esto era
obligau.
SEMANA SANTA
La Semana Santa comenzaba el Domingo de Ramos (había un refrán que
decía: Quien no estrena el domingo de Ramos, no tiene manos). Había familias
que desde el momento que dejaban de sonar las campanas no tomaban nada más que pan y
agua, esto a la hora de las comidas, hasta que Cristo resucitaba.
El Jueves Santo, a pesar de que nunca ha sido fiesta de precepto, todos guardaban fiesta
visitando el monumento, asistiendo a la Santa Misa y dando testimonio de su fe
y de su gran recogimiento, destacando la presencia de los alabarderos vestidos de romanos
con picos y gorros de metal. Muchas mujeres iban descalzas.
Los chicos tocaban matracas y carraclas avisando las horas de los oficios religiosos.
Cantaban: Al Sermón de la Pasión, a oír las palabras de nuestro Señor. Vamos al
mormento (monumento) que Cristo esta adentro enclavadas las
rodillas diciendo esta oración: Kriste eleison. A coger abugos para el
mormento...etc.
El día del Corpus Christi, fiesta obligatoria de oír la Santa Misa y de no trabajar.
Día que el Señor recorre las calles de este devoto pueblo. Según decían en Quinto:
en este día tan señalau, ni los pajaros hacían nido.
El Santísimo Sacramento era llevado como ahora por las calles, por el sacerdote, bajo el
palio llevado por las autoridades. También llevaban en peana muchos Santos, la Virgen del
Carmen, El Sagrado Corazón de Jesús...etc.
Los danzantes igual que en fiestas de Santa Ana danzaban y en la puerta de la Iglesia
hacían las cortesías. En el atrio ponían una mesa cubierta con una sábana
o mantel blanco, en dicha mesa ponían a los bebes que padecían de hernia u otras
enfermedades, esperando que el todopoderoso los curase. Los niños llevaban chifletes y
animaban el acto religioso. Así daban testimonio de su presencia y de su inocencia. Por
algo dijo Jesús: Dejad que los niños se acerquen a mí.
LA COLADA
Las mujeres iban a lavar la ropa con la canasta a la cabeza, tenían que ir al río, volvían a casa hambrientas, cansadas y mojadas por el agua que se iba escurriendo de la canasta. Después de lavar el jato, lo tendían en el Piquete, otras veces en las ventanas, dependiendo del tiempo.
Este es un dialogo muy quintano entre dos primas lejanas que, según ellas, se podía
revulcar un burro:
-Chiqueta, ¿cuanto tiempo sin vete?-
-Pos mira que me ha pillau un refriau, que no veas, la mala qui estau y eso que es verano
y sabes que en verano aun más malos. Y tengo mucho jato que lavar-
-Pos hija haberlo dicho que pa eso estamos las parientas, que aunque lejana, siempre
decía mi agüelo que era primo segundo de tu agüelo, y las familias son según se tratan
y nosotros siempre nos himos llevau bien. Tacuerdas questuve en el parto de tu
José, ña que fuistes valiente, ni llamar al medico y eso que teniamos mu güen medico,
D. Pedro Arilla, que aunque no es daquí, es como si lo fuera-
-Pos claro esta casau aquí. Y eso que le daron no se que titulos y un puesto en Madri.
Pero hija se encuentra aquí bien el hombre y no ha querido ise. Siempre es mejor la
capetal quel pueblo, pero hay gentes pa to los gustos-.
-Hablando de medicos. ¿Qué tal tu marido?-
-Ya pues ver, como siempre, se queja del maldito reuma. Yo le digo que beba agua del
baño, que como son mu güenas que gentes vienen de todas partes a curase el mal de piel y
otras enfermedades, que no se como se llaman, sólo se que son malas y las coge el que mal
anda.
¿Sabes que contesta?: Que él no bebe agua del baño, que él bebe vino de la taberna.
Así que agarra cada piturriera.... Cuando viene quejándose yo ni le hago caso, a dormir
tranquila que pa cogelas no esta malo. !Ah!, si tocara el cura a descasar habría cola,
pero daquí a Zaragoza-.
-!Ala! chiqueta, que no es pa tanto-.
-Claro tu que bien hablas, como tu marido no pinta nada. Y en tu casa shace lo que
tu dices...-
-Mira lo quhablas, que no te lo voy a consintir, que somos familia hasta cierto
punto, que cuasi se podría revulcar un burro-.
Ponían la ropa ya lavada en un cuenco, que tenía un aujero en forma de
grifo en la parte inferior. El cuenco de lavar se ponía en la banca para que estuviera en
alta y pudiera salir el agua por el aujero de abajo. Se iba añadiendo agua que se iba
calentando en una caldereta en el fuego. A los críos los espachaban porque daban mucho
dogal, metían el dedo a ver si estaba caliente, rezando al mismo tiempo el
padrenuestro, que a veces sólo llegaban al ..santificado..., porque se
quemaban y ya sacaban el dedo acabando el rezo. Decían: ya están todos
muertos, esto se decía cuando la ropa llevaba piojos. Se añadía agua caliente con
ceniza colada de leña de olivera y la ropa quedaba más escoscada que
los chorros del oro.
MES DE NOVIEMBRE
Durante el mes de noviembre, después de misa mayor, salían a pedir por
las casas del pueblo, llevando un capazo y una bolsa. El capazo era para echar trigo, y la
bolsa para el dinero, vendían el trigo y con todo el dinero pagaban al cura la misa de
las almicas del purgatorio.
Según me ha contado una abuelica, aquí había de todo, hasta hospital que lo inauguraron
en 1.930, que después era el cuartel de la Guardia Civil. También estaba la fábrica del
regaliz, que iban muchas mozas a trabajar, claro que siempre hacían alguna sisa para ir a
beber unos vasos de vino tinto a la taberna. Los amos de la fábrica tenían un tractor
muy grande con unas ruedas de hierro, como las calles eran de tierra tenían que ir por el
camino del monte para no destrozar el pueblo.
LA REPUBLICA
El 14 de abril de 1.931, estando los niños en la escuela, entraron el
Sr. Alcalde y el Sr. Secretario, poniéndose todos los niños en pie, fue descolgando de
la pared una cruz con la imagen de Cristo crucificado y un cuadro con la figura del Rey de
España, Alfonso XIII. En su lugar fue colocada la figura de la libertaria (una mujer con
una balanza en la mano). La bandera de España cambió de color. Más tarde, algunos
cantaron un canto que decía:
La bandera de España está triste
nos lo dice su tercer color...
Había sido sustituido el estado español de reino a república.
LA VILLA DE LOS ÁNGELES
En la Villa de los Ángeles había una fábrica de telas, con muchos
telares. De Velilla pasaban a trabajar por el río, lo menos veinte mozas. Aunque La Villa
de los Ángeles pertenece a Quinto, esta quedaba lejos para ir a trabajar, pues entonces
no había medios rápidos de transporte. En esta fábrica se hacía de todo tipo de
piezas: sábanas, camisas, batas...etc. Luego sería destruida y pasaría a ser cuadra de
vacas.
ENTIERROS
Una señora daba una perra gorda de aquellas negras a todos de la
Iglesia. Después pasaban a adorar un Crucifijo y echaban. Las contaban y, según la gente
que había ido, le pagaban al cura más o menos dinero.
El señor cura iba con los demás asistentes a buscar el muerto y lo llevaban a la
iglesia, y ya celebraban el intierro (funeral).
Había un entierro que lo llamaban cartonero que no se por qué lo llamaban
así. Al muerto le daban una o dos vueltas alrededor de la iglesia, según las vueltas se
pagaba más o menos dinero.
Había entierros de primera, segunda y tercera categoría. Las campanas también se
tocaban, según la categoría del entierro. Hubo entierros sin caja, llevaban al muerto en
un escaño a la iglesia y al cementerio. El párroco sólo iba al cementerio, si el
entierro era de primera.
TORMENTAS
Aquí tenían mucho miedo a las tormentas o tronadas,
rezaban a Santa Bárbara y San Bartolomé.
En la casa que tres veces sean nombrados, no caerá ni centella ni rayo, ni morirá mujer
de parto, ni criatura de espanto, ni labrador en el campo y el demonio tentador jamás
será vencedor.
Mientras rezaban estaban las mujeres metidas en el caño, en la bodega, debajo de la cama.
El miedo que tenían se lo iban transmitiendo unos a otros. Una vez que había acabado la
tronada se les pasaba el miedo.
ROSARIO DE LA AURORA Y MISA DEL ALBA
El Señor Gregorio Ubeda, campesino, sacristán, un buen cristiano, iba
llamando de casa en casa con un mazo de madera, que todavía existe. Se reunían unos
veinte hombres, uno llevaba un farol para alumbrar, pues eran las tres de la mañana, y
otro una campana que sonaba bastante bien. Cantaban en las mismas esquinas que los quintos
para despertar a la gente, para que acudieran al Rosario de la Aurora y a misa.
El día de la Virgen del Pilar cantaban: Hoy es día de gracia y de gloria para los
cristianos de nuestra nación que María dentró en Zaragoza y en carne mortal tomó
posesión -(conque animación)- Estaremos todos los españoles viendo a nuestro lado la
madre de Dios. Es María la que en carne humana, hizo una visita al Reino de Aragón y por
eso los Aragoneses le llamamos madre de Consolación. -(Esta en su Pilar)- Hasta el día
que el Redentor nuestro a vivos y a muertos nos venga a juzgar
Esta copla de la Aurora y otras más fueron escritas alrededor de 1.910,
el grupo de estas coplas es de unas 120.
Después iban a misa en el Piquete que era la Iglesia de Nuestra Señora de la
Asunción, que en verano se celebraba a las cuatro y en invierno a las cinco de la
madrugada.
COFRADÍAS
Sangre de Cristo, Virgen del Carmen, Sagrado Corazón de Jesús,
Esclavas de María, Santa Ana, San Antón.
San Antón, el gran amigo de los animales. El día de San Antón pasaban por el arco en su
honor todos animales del pueblo, y el dueño cuando pasaba por debajo, lleno de fe,
gritaba !Viva San Antón!. !Hasta el año que viene!. Los animales ese día no trabajaban,
no salían de la cuadra y también se les daba mejor de comer. Sus devotos decían:
Y antes faltará el aceite en la mesa de sus devotos que en la lampara que ardía
junto al Santo.
La Cofradía de los sanantoneros lucía capa y sombrero en la misa que se
celebraba con la asistencia de cofrades y vecinos de la Villa. Entonces ya se encendían
las augueras, en todo el pueblo, afortunadamente, aunque menos, hoy todavía
siguen encendiéndolas.
VIRGEN MARÍA
Creo que el Papa Juan Pablo II, si visitase Quinto, diría la misma
frase que dijera al marcharse de Zaragoza: adiós tierra de María.
Por donde quiera que vengas a Quinto te encontrarás con la Virgen. Cerca del cementerio
esta la ermita de los Dolores, dando consuelo a madres viudas y huérfanos. Antes de
llegar a Quinto por Fuentes, Bonastre. Por Gelsa y Sástago, Matamala.
La festividad de Bonastre y Matamala se celebra el lunes y martes de Pascua de
resurrección. Estos días se hacen romerías a las que antes iban andando en carro y en
ancas (montados en mulas o borricos). Allí celebraban la Santa Misa y después a comer
tortilla de chorizo y longaniza.
Los hombres jóvenes hacían apuestas con las caballerías, para ver quien subía la
cuesta de acceso que hay en la ermita de Bonastre. Según cuentas los de Fuentes que en
tiempos antiguos subían los quintos dentro del carro sin tablizo y andaban al
mismo tiempo que las mulas.
Muchas son las versiones que me han contado de Bonastre y Matamala. La única verdad es
que la Virgen es la madre de Dios y Madre nuestra.
La antigua Villa de Quinto se hallaba en los términos de Matamala. Por eso la llamaron
Virgen de Matamala.
Fue Matamala pueblo antiguo que destruyó el tiempo.
El jefe moro que allí vivió se llamaba Mala de apellido y según cuentas era malo.
Y el buen ermitaño que era pobre se quedo ciego por quitarle el aceite a la Virgen.
Todas son leyendas pero podéis estar seguros de que la Virgen quería a los dos, al moro
malo y al ermitaño.
A la Virgen de Bonastre, acuden en romería los pueblos de Pina, Fuentes y Quinto.
Nuestros vecinos de Pina también querían que la Virgen de Bonastre se quedara con ellos.
Pero la Virgen quiso quedarse en tierras de Quinto, eso sí, cerca de los de Fuentes y
mirando a los de Pina en agradecimiento.
Cántico a la Virgen de Bonastre: Ya la venimos de ver y en el camino del cielo
será la segunda vez. El mulatero que llevo, míralo de arriba abajo falta no tiene
ninguna.
SANTA ANA - PATRONA DE QUINTO
Muchas son las cosas que os podría decir de Santa Ana, además de ser madre de María, abogada de la buena suerte, protectora de las mujeres que la invocan en el momento que se sienten madres y protectora de las mujeres estériles. A Santa Ana bendita tributemos homenajes de gloria y honor sus virtudes y triunfos cantemos hoy tus hijos con himnos de amor. Este es Quinto que te venera te honra bien y te aclama por su devoción a ti sincera tu protección implora y llama.
Cuenta la tradición que tras siete años de sequía extremada y con plaga de langosta, decidieron los vecinos escoger por patrón a aquel santo que la suerte por tres veces designara como valedor, para acabar con las plagas que le afligían. Fue Santa Ana la elegida pues su nombre salió por tres veces en la bolsa donde se habían puesto los candidatos y celebrada su fiesta desaparecieron los males que aquejaban al vecindario, no solo de la ruina de sus bienes, sino en la salud quebrantados con aires de peste y ponzoña. En agradecimiento hicieron la promesa de celebrar todos los años el día de la Patrona y una procesión concurrida por el pueblo. Gracias a todos que me han ayudado, gracias a D. Gregorio Gracia y a Bernardo Jaso y a todos hombres y mujeres que me han contado lo que sabían, sin su ayuda no hubiese podido escribir estas hojas.
LA CAMPANA DE VELILLA
Por Herminia Tella Continente
Sacro metal en Julia Celsa suena, émulo de proféticos alientos, que nos previene a insignes movimientos, con propio impulso y su industria ajena. Ofusca el Sol su faz limpia y serena, arrojando esplendores macilentos, y sacudió el Orbe de portentos, se aflige y brama en su fatal cadena. (Bartolomé Leonardo de Argensola. A la campana de Velilla - Rimas, 75)
El 29 de febrero de 1.652, Baltasar Gracián escribía a su amigo y mecenas, el oscense Don Vivencio de Lastanosa, dándole cuenta de una inquietud colectivamente compartida. Su carta, fechada en Zaragoza, decía así:
Esta campana de Velilla ha ocho días que tañe poco o mucho cada día; nos tiene espantados. Van muchos a verla....
Efectivamente, la famosa campana de Velilla, también llamada del
milagro, había comenzado a sonar (después de algunos años de silencio, exactamente el
29 de abril de 1.646) unos días antes de aquella carta: el 20 de Febrero. Toque que
prosiguió el sábado siguiente, haciéndolo hasta diecisiete veces. El espanto al que
hacía referencia Gracián extrañará el que no vea en el toque de una campana sino una
forma de aviso eclesialmente convencional, pero no al que esté al tanto de la
peculiaridad de aquella: y es que la campana de Velilla tocaba sola, y lo hacía
generalmente para presagiar dramáticos acontecimientos. La campana de Velilla, amen de
milagrera, era agorera.
Curiosamente, esos repiqueteos de aquel febrero de 1.652 no constan en la más precisa de
las relaciones que sobre la famosa campana tenemos: la que la señora condesa de Atarés
envió al ilustre benedictino Jerónimo Feijóo, sacada de un libro que compuso el
marqués de Osera, don Juan de Funes y Villapando, señor que fue de la Baronía de Quinto
y de Velilla.
Y es que la campana de Velilla era en verdad prodigiosa, ya desde sus orígenes. Porque de
ella se cuenta que allá por los tiempos de los godos, apareció por las costas de Levante
y al llegar a la desembocadura del Ebro remontó la corriente del río. Llevaba -para
mayor prodigio- dos velas encendidas y, tantas veces como intentaron cogerla, se hundió
en las aguas. Así, avanzando a contracorriente, llegó al lugar de Velilla, donde detuvo
su marcha. Creyeron los pobladores que aquello era señal de que la campana estaba a ellos
destinada y trataron de sacarla del río con unos garfios. Pero, nuevamente, se sumergió
en las aguas. Sólo cuando dos doncellas hicieron ademán de sacarla, la campana mostró
una favorable disposición, y al simple toque de aquellas vírgenes manos la campana
salió del río por sí misma. Los velillenses la condujeron a la iglesia de San Nicolás
de Barí, en lo alto del monte inmediato a la población, donde fue colocada.
Anterior a la iglesia de San Nicolás, se cree que cuando estaban allí los Romanos y
Velilla era Lepida Celsa, existía el Templo de Diana y triunfante la religión cristiana,
destruyeron la estatua pagana, y en honor a San Nicolás hicieron esta iglesia ya que era
un santo de gran fama en toda la cristiandad.
Se dice que en la fundición de la campana emplearon una de las 30 monedas, con las que
Judas vendió al Redentor. Alrededor de la campana llevaba escrito: Cristus Rex,
venit in pace, et Deus Homo factuc est.
Son muchos los que han escrito sobre la campana de Velilla. Pero fray Jerónimo Feijóo,
desterrador de supersticiones, afirma que sus ecos traspasaron fronteras, y fue reconocida
como una de las campanas más famosas del mundo. Zurita, pese a su escepticismo, no se
atrevió a manifestarse categoricamente contra el hecho.
Las primeras noticias de sus tañidos milagrosos se remontan al año 714, en tiempos del
rey Don Rodrigo y la pérdida de España en manos de los moriscos.
La campana, nada cómoda entre la morería, deja de sonar por si sola. Hasta que en 1.435
deja oír sus tañidos anunciando el desastre de Ponza, en el que fueron hechos
prisioneros por los genoveses el rey Alfonso V de Aragón y el rey Don Juan II de Navarra.
Allí cayeron presos personas relacionadas con el lugar de Villa: Ramiro de Funes,
primogénito del vicecanciller Juan de Funes, señor de la Baronía de Quinto, y sus
agregados, entre ellos de Velilla; Francisco de Villapando, hermano del que casó con
Doña Contesina de Funes, hija del vicecanciller y su heredera.
A partir de 1.435 los tañidos de la campana se hacían más frecuentes. Los reyes siempre
pendientes de sus tañidos, si tenemos en cuenta que durante este tañido quedaron en
libertad los reyes de Aragón: adquisición del Reino de Nápoles.
Un toque funesto de la campana agorera: 1.485. Tocó durante tres días anunciando el
asesinato del inquisidor Pedro de Arbués.
1.492, Juan Canyamás hiere en Barcelona a Fernando el Católico.
1.515, tañió antes de la muerte del rey Fernando el Católico.
29 de marzo de 1.527, Carlos de Borbón y el ejército de Carlos V saquean Roma: ante
tamaño desafuero la lengua -badajo- se alargó cinco dedos.
Muchos doctos autores se ocuparon del fenómeno y los monarcas españoles le prestaron una
cuidadosa atención, demandando informes, como el que Diego Salinas y Heraso presentó a
Felipe III tras el toque de la campana del 13 de Julio de 1.601 que anunciaba -según
cálculos cabalísticos del oidor de la Cámara de Comptos del reino de Navarra- el
levantamiento general de los moriscos. Ocho años más tarde serían éstos expulsados.
Así un largo de acontecimientos con sus tañidos espontáneos y agoreros, que no sigo
porque ocuparíamos muchas páginas.
Literariamente, el tema aparece de modo circunstancial, en una comedia de Lope y en una
novela de Francisco Santos.
Los poemas dedicados a la campana son más numerosos: el de B.L. de Argensola que sirve de
cabecera de este trabajo, Sacro metal en Julia Celsa suena.....
Pero es en los dos sonetos de Quevedo en los que debemos detenernos. Uno lo dedida a
los reyes que atienden con temor sus tañidos, y otro para los aragoneses, tratando de
burlarse de la gente plebeya y gente insana. Corresponden, según su Poesía
original completa (edición de J.M. Blecua), a los números 92 y 568, compuestos en
1.621 - año de la muerte de Felipe III - y 1.622, respectivamente:
QUEVEDO -Poema número 92- Conjetura
la causa de tocarse la campana de Velilla, en Aragón, después de la muerte del piadoso
Rey Don Felipe III, y muestra la diferencia con que la oiran los humanos O
el viento, sabidor de lo futuro, clamoreó por el difunto hado, o en doctos caracteres
anudado, le repitió parlero gran conjuro. Y puede ser que espíritu más puro a la
advertencia humana destinado, pronunció penitencias al pecado en leguaje tan breve y tan
obscuro. Profético metal, los ciudadanos que de agüero y cometa son exentos, a tu son
bailarán por estos llanos; en tanto que tu voz y tus acentos oyen descoloridos los
tiranos y te atienden los reyes macilentos
El explícito título del soneto da sobrada cuenta del contenido del
mismo; por un lado, la causa del toque de la campana (los cuartetos); por otro, su
distinta recepción (los tercetos). Puntualicemos antes, sin embargo, que, pese a lo
señalado en el poema, y de acuerdo con el informe de la condesa de Atarés y de otros
existentes -los de Juan de Quiñones, Camargo, Martín Carrillo y el ya citado de Salinas
y Heraso- la campana de Velilla no tocó ni antes de la muerte de Felipe III (como
correspondía a su carácter profético) ni después (como afirma Quevedo). El toque
inmediato anterior se produciría en 1.601, y el inmediato posterior en 1.625. Tal vez
Quevedo inventó su tañido en aquella fecha, como recurso literario.
Pero pasemos a los versos.
El primer cuarteto ofrece dos posibilidades: a la causa del viento (vv 1-2), o los
doctos caracteres (vv 3-4).
Hace referencia lo primero a una de las razones más naturales que se ofrecieron como
causa del prodigioso toque: el fuerte viento que hacía generalmente cuando tañía y que
ya señalaba el informe de la condesa de Atarés: Ordinariamente, cuando se toca, le
hace muy grande, con torbellinos y tiempo borrascoso. Feijóo lo toma en cuenta para
su crítica, aunque el informe mencionado rebatía el argumento, ya que ello sería
también razón para que se tocase la campana compañera de la del milagro que, sin
embargo, no lo hacía, pese a ser mucho más pequeña.
Junto a ello se deduce que en uno de sus más furiosos toques, el de 1.601, el tiempo era
de absoluta calma.
Lo segundo -los doctos caracteres- se refiere a la leyenda grabada en la campana, que la
circundaba o anudaba. Como dice Quevedo. Un verso de Sivila Cumea que decía:
Cristus Rex venit in pace, et Deus Homo factus est. A este verso latino se
adjudicó también .ya en explicación natural- el carácter prodigioso de la campana,
ampliando a esta inscripción, a modo de ensalmo, o de gran conjuro como dice
Quevedo, la virtud pronosticadora de Sibila, a lo que de nuevo se opone el informe de la
condesa de Atarés: Pero no es razón suficiente, porque si bien tuvo don para
profetizar (la Sibila) fue mientras vivió y gracia no comunicable a sus palabras, ni el
que las puso pudo darles esta virtud.
El segundo cuarteto apela a un genérico espíritu más puro que podemos
entender por el espíritu divino, Dios a sus enviados, como impulsores de los tañidos.
Por ahí andaban las especulaciones de los más razonables creyentes del prodigio, y a
ello apunta Feijóo, cuando al concluir su análisis de los hechos, afirma que la
crítica no debe extenderse a indagar los secretos de la divina Providencia. Si el no
alcanzar los motivos porque Dios obra muchas cosas fuese causa bastante para negar o dudar
de los hechos, disentiríamos a la existencia de infinitos que absolutamente son
indubitables. Y cita el adagio latino: Non ultra sapere oppitet sapere.
Ya antes había señalado que no estaba el prodigio de la campana de Velilla entre los
mayores de que Dios podía ser capaz, como es bien comprensible pues no sólo Dios,
o por sí mismo o mediante el ministerio de un ángel, puede dar cualesquiera movimientos
a la lengua de la campana; más también el demonio, con el concurso ordinario de la causa
primera, puede hacerlo. Así, no puede hallar en la prudencia humana la menor repugnancia
para ser creído. Tendremos, pues, así a la Providencia divina advirtiendo, con el
lenguaje tan breve y tan oscuro del tañido de la campana, los males que se
suceden por el pecado humano.
Los tercetos ilustran sobre la distinta acogida que los hombres darán a la advertencia de
la campana. Los ciudadanos, o el pueblo llano en general (según se deduce al
contraponerlos en el segundo terceto a tiranos y reyes), sin fe en agüeros (augurios) y
cometas (se creía que los astros presagiaban la muerte), recibían al profético
metal sin ningún temor y aun con alegría (a tu son bailarán por estos
llanos), lo que nada tiene de extraño, si la campana anunciaba la muerte de los
poderosos que los tiranizaban. Estos por el contrario, acogerán estremecidos
(descoloridos y macilentos) los agoreros sones, pues a ellos iban destinados. El carácter
moral del poema delimitado con precisión.
QUEVEDO Poema número 568 Burla de las amenazas cuando se toca la campana de Velilla Conozcan los monarcas a Velilla, por la superstición de la campana, que a mí, por una pícara aldeana, me la dio a conocer la seguidilla. Crédulo, ¿por qué pasas a Castilla agüeros de Aragón?. !Oh plebe insana! Siempre ceñuda con la alteza humana, nunca propicia a la primera silla. Yo temo que se toquen las mujeres que denotan los moños y arracadas apretador y cintas y alfileres. Más tocarse campanas apartadas de mi sueño y mi casa y mis placeres, aquí, y en Aragón, son badajadas.
De muy distinto tono es el segundo de los poemas, dado su carácter satírico, como
queda ya expresado en su propio título. Aunque se relaciona perfectamente con el primero
por su intención última:
De nuevo aparece la contraposición de esa diferente acogida que el prodigio ha de tener
entre los poderosos y entre el pueblo llano. Y así, mientras los primeros (por lo que les
atañe), se ven precisados a conocer a Velilla por la superstición de la
campana, el segundo -representado por una pícara aldeana- puede, dado que sus
augurios no han de afectarle (diferencia de interés entre el poder y el pueblo),
considerar el prodigio con entera despreocupación (campanas apartadas de mi sueño
y mi casa y mis placeres) y como necedades o despropósitos (badajadas)
donde Quevedo juega retóricamente con el término badajo. Más allá de su burla,
apóstrofa, Quevedo como crédulos y plebe insana a los que dan
pábulo a aquellos agüeros, gente siempre ceñuda con la alteza humana, nunca propicia a
la primera silla. O lo que es lo mismo, los que no saben ver la grandeza de la
sencilla condición humana, y conforman sus creencias y actos a tan noble y saludable
condición.
En Velilla siempre ha sido la campana motivo de fe. Cuando había tormentas se cuenta que
tocaba sola. He conocido gente que decía que había visto como la campana tocaba sola.
Los soldados se llevaban un trocito de la campana, para que les protegiera durante el
tiempo del servicio a la Patria.
En 1.686 se afirma en los libros que tocó por última vez, aunque hay quien asegura
oírla posteriormente, en 1.740, e incluso, en el pasado siglo.
El caso es que sobre la campana de Velilla, una de las más famosas del mundo, se fue
alzando la indiferencia y el olvido.
En 1.841 con el mismo metal fue refundida. Pero ya nunca ha vuelto a tocar sus milagrosos
tañidos.
Aunque olvidada para Aragón, no para Velilla. En la guerra civil de 1.936 la destruyeron.
En 1.972 volvieron a refundirla.
Palabras, palabras, palabras
Por Fernando Alcaine Royo (Enero 1.997)
A MODO DE EPÍLOGO
Las relaciones que los humanos mantenemos con las palabras son, de siempre, difíciles y aún tormentosas. Desconfiamos de ellas y, sin embargo, las necesitamos como el pan; nos colocan en situaciones comprometidas pero también nos iluminan con su relámpago de sabiduría.
En ocasiones, la palabra se contrapone a la acción de tal suerte que aquella viene a significar algo así como lo que no se hace, lo que sólo se fantasea. Y es que del dicho al hecho hay, generalmente, un gran trecho.
Otras veces, lo que nos molesta de las palabras es su poder comprometedor. Este poder lo atestigua el hecho sencillo de que en boca cerrada jamás haya entrado ninguna mosca. Lo malo es que tendemos a abrirla y nos tragamos el anzuelo (al fin y al cabo, por la boca muere el pez) de algún pescador en río revuelto. En efecto, nada más molesto, más fastidioso que alguien nos tome la palabra porque junto con la palabra nos toma nuestra libertad.
En otras ocasiones, dejamos de lado al pez y tomamos partido por el pescador. Pero tampoco hay remedio porque las palabras se las lleva el viento. En definitiva, tratando con parabas, llevamos siempre las de perder. Y lo más desagradable de nuestra derrota es la sonrisa picaruela, vivaz, inteligente con que nos miran después de la refriega: las palabras -como decíamos- se las puede llevar el viento o, si se prefiere, una imagen puede valer más que mil palabras; en todo caso, lo cierto es que las necesitamos aunque sea para lamentar su volatilidad o para humillarlas bajo la bota brutal de la imagen.
Está claro que si no podemos vencerlas lo mejor es unirse a ellas, vivirlas. Porque también se viven las palabras. Uno puede decir: La leche se me ha reducido y se me ha convertido en nata, y bien dicho está. También puede decir: Se me ha esmerao la leche, que viene a significar lo mismo pero que no expresa, no comunica lo mismo. Expresiones y palabras como: ¿que no?, Bonastre, faba, granero, luco, matracos, milorcho, ñarro, taba, tranqueta, truque, zarrio..., son como piedras que lentamente van hundiéndose en el agua hasta precipitarse en el fondo de la memoria. Son vivencias de los tiempos pasados. Son recuerdos de los tiempos no vividos.
Pero... ¿Vivencias? ¿Recuerdos? ¿Tiempos no vividos?. Palabras, palabras, palabras.