BAERGO

BOLETÍN ARGENTINO DE ERGONOMÍA
NUMERO 19 - DICIEMBRE DE 2005


     

LAS FUTURAS ACTIVIDADES LABORALES Y LA ERGONOMIA

 

1. MIRANDO AL FUTURO

Para tratar este tema se requiere realizar un intento de prospectiva, extrapolando la historia reciente y la realidad actual hacia un futuro de mediano y largo plazo, con todos los riesgos que ésto conlleva.  Constituye un muy recomendable ejercicio de humildad y una lección de prudencia para los que trabajamos en planificación el leer algunas de las muchas prospectivas realizadas por “futurólogos” de renombre en épocas anteriores y compararlas con la realidad de hoy; por ejemplo, “1984” de Orwell, “Un mundo feliz” de Huxley, “1986-2000 Hoy es el futuro” de Albert Ducrocq, “Hacia el año 2018”  de varios ensayistas en Ed. EMECE, “Crónica del año 2000” de Malitza, “El mundo del mañana” de Bressand y Distler, “Visado para el futuro” de Miravitlles, “Las raíces del futuro” del Club de l’Horloge, “El boom que se aproxima” y “Los próximos doscientos años” de Herman Kahn, “El segundo planeta” de Colombo y Turani, “Siglo XXI ~ nuestra vida más allá del año 2000” de Halacy, etc. ; ¿dentro de unos años sucederá lo mismo con las predicciones de Alvin Toffler, por nombrar solamente a uno de los más populares futurólogos actuales…?

De las tendencias que pueden ser extrapoladas elegiremos solamente algunas para basar nuestra visión prospectiva de la futura evolución del trabajo humano. Una de las que aparecen como más irrefutables y con alta probabilidad de continuidad es la relacionada con qué cosa es el objeto de la producción; en la antigüedad se trataba solamente de la materia, posteriormente de la energía (integrando, en la mayoría de los casos, un complejo materia-energía); hoy aparece como razón cada vez más predominante de las acciones laborales la información. Podemos suponer que la generación, transmisión, almacenamiento y procesamiento de información será una de las actividades laborales más relevantes en un futuro de al menos mediano plazo. Esta real tendencia no implica obligatoriamente el asegurar que, como a veces se postula, cambie radicalmente el sitio laboral y la mayoría de los trabajadores lo haga “desde su casa”, sin que existan ya los agrupamientos de seres humanos y máquinas de denominamos habitualmente como “fábricas” y “oficinas”.

Otra tendencia que se ve como firme es la del crecimiento de la producción terciaria (servicios), en relación a la primaria (materias primas) y a la secundaria (productos materiales elaborados). 

Una tercer tendencia que aparece también como muy sólida y continuable es la del desarrollo constante de la tecnología aplicada a la producción, especialmente en cuanto a la tecnología cibernética y su correlato de automatización de las tareas laborales, así como de disminución de la mano de obra directa en la producción de bienes. Es importante considerar a esta tendencia en nuestro análisis, pues nos hace suponer que las tareas de trabajo humano que más rápidamente se convierten y convertirán a operaciones automatizadas son las repetitivas y rutinarias, que no requieren decisiones o solamente decisiones programadas. Naturalmente, aparecerán actividades laborales de construcción y mantenimiento de las máquinas automáticas, pero con una muy inferior ocupación de horas-hombres.

Respecto a la desestandarización de la demanda, tan preconizada por Toffler, convendría tomar ciertos recaudos. No resultaría conveniente el confundir a una diversificación marginal de la demanda, y lógicamente de la oferta, con una variación profunda en el diseño y producción de los bienes y servicios demandados. El caso de los automotores puede tomarse como ejemplo: sobre una tendencia cierta de disminución de capacidad de transporte y de ahorro energético (que lleva sin duda a los autos chico y mediano) se superponen variaciones temporales estéticas y de status, pero muchas de estas últimas son satisfechas con la producción de un modelo básico complementado con variados accesorios y terminaciones opcionales que pueden llegar a “disfrazar” esa base, dando la impresión de una amplísima línea de oferta.

Lo que sí parece irrefutable es el mantenimiento de la mentalidad “consumista” de la población que posee medios de pago. Esta mentalidad solamente disminuirá cuando por razones culturales profundas se cambie el deseo de “tener más” (incremento estructural del patrimonio) por el de “ser más” (incremento estructural de la personalidad). Aún los más optimistas en este sentido deben admitir que esa conversión de intereses humanos será lenta y aún incierta.

En cuanto al entorno empresarial, una palabra adoptada casi uniformemente por los analistas sintetiza su principal característica: “turbulento” ; y será probablemente turbulento para muchas empresas por la incidencia de las innovaciones tecnológicas en sus procesos y para todas por razones de inestabilidad macroeconómica y social, las que nos atrevemos a pronosticar que no desaparecerán sino que adquirirán cada vez mayor relevancia.

Otra tendencia básica que sin duda se incrementará en el entorno empresario es la de la importancia ecológica asignada a sus actividades de producción y a sus productos, pero considerando a la ecología conjuntamente con otros factores de decisión económicos y sociales, de manera multidimensional. Esto llevará a una selección más exigente de las tecnologías de producción y del diseño de los productos.

Otro elemento tendencial importante está constituido por la creciente delegación de decisiones no rutinarias o formalmente poco estructuradas en los niveles medios e inferiores de las organizaciones; las razones de esta actitud de las cúpulas organizacionales (que se separan cada vez más del concepto tayloriano de “división del trabajo”) se basan en general en la escuela de dirección estratégica de la empresa, en la búsqueda de la participación para la calidad total y en los nuevos esquemas organizativos que se han desarrollado apoyándose en las redes de comunicación computacional dentro de la empresa.

2. LAS ACTIVIDADES LABORALES DEL FUTURO

Una vez identificadas las tendencias que pueden ser consideradas como las que más influirán en las actividades laborales del futuro, corresponde caracterizar al menos en grandes rasgos a estas últimas. Creemos que el trabajo humano seguirá abarcando un variado espectro de singularidades específicas, pero que considerado estadísticamente tendrá un muy probable desplazamiento de su valor medio, aunque conservando mucha de su dispersión. Es decir que existirá un indudable “corrimiento” de los histogramas de frecuencia relativa que podemos construir respecto a las más importantes variables laborales.

Haciendo una sucinta enumeración de las tendencias de las características medias de las futuras actividades laborales podemos mencionar:

2.1. Disminución de las tareas repetitivas y rutinarias de trabajo, así como de las de mano directa de producción en relación a las logísticas, organizativas y de mantenimiento.

2.2. Incremento del grado de participación de los trabajadores en la estructuración de sus procesos productivos y de su interrelación mutua.

2.3. Operación de máquinas cada vez más complejas, con consignas no totalmente programadas y requerimientos decisionales crecientes.

2.4. Incremento de la información como objeto de las acciones del trabajo, en relación a la materia y a la energía.

2.5. Enfasis conjunto en las tres propiedades fundamentales de cualquier sistema productivo: su eficacia, su eficiencia y su efectividad. Consideraremos involucradas en la eficacia el cumplimiento de los objetivos básicos de calidad, de tiempo, de recaudos ecológicos y sociales, y de elasticidad de conversión de procesos; por su parte, el concepto de eficiencia corresponde a la relación entre los productos y la totalidad de los insumos correspondientes, según un claro sentido de “rendimiento”, pero considerado de modo multidimensional (no solamente monetario); sin embargo, la tendencia de mantenimiento del consumismo y su subsecuente requerimiento de disponibilidades monetarias por parte de los trabajadores, hará que conserven toda su vigencia las recompensas monetarias (sueldos, sistemas de primas -ahora colectivas-, premios, etc.), a despecho de muchos de los hallazgos académicos de la psicosociología industrial. Finalmente, la efectividad consiste fundamentalmente en el mantenimiento en el tiempo de la conveniencia del sistema, considerando también a su entorno.

2.6. Predominio cada vez mayor de las acciones laborales de servicios (de tipo terciario) en relación a las de producción de materias primas y de bienes materiales de tipo secundario. 

2.7. Incremento de la delegación de toma de decisiones de carácter táctico o aún estratégico de segundo nivel.

3. APORTE DE LA ERGONOMIA

Como ya se ha expuesto en este sitio, crremos que la ergonomía es básicamente una tecnología de aplicación práctica e interdisciplinaria, fundamentada en investigaciones científicas, que tiene como objetivo la optimización integral de Sistemas Hombres-Máquinas (SHM), los que estarán siempre compuestos por uno o más seres humanos cumpliendo una tarea cualquiera con ayuda de una o más "máquinas" (definimos con ese término genérico a todo tipo de herramientas, máquinas industriales propiamente dichas, vehículos, computadoras, electrodomésticos, etc.).  Al decir optimización integral queremos significar la obtención de una estructura sistémica (y su correspondiente comportamiento dinámico), para cada conjunto interactuante de hombres y máquinas, que satisfaga simultánea y convenientemente a los siguientes tres criterios fundamentales:

* Participación: de los seres humanos en cuanto a creatividad tecnológica, gestión, remuneración y roles psicosociales.  

* Producción: en todo lo que hace a la eficacia y eficiencia productivas del Sistema Hombres-Máquinas.

* Protección: de los Subsistemas Hombre (seguridad industrial, higiene laboral y confort), de los Subsistemas Máquina (siniestros, fallas, averías, etc.) y del entorno (seguridad colectiva, ecología, etc.).

La amplitud con que se han fijado estos tres criterios requiere, para su puesta en práctica, de la integración de diversos campos de acción que en el pasado se desarrollaban en forma separada y hasta contrapuesta. Esos campos de acción eran principalmente:

Optimización del ambiente físico de trabajo (confort e higiene laboral).

Diseño de herramientas, maquinarias e instalaciones desde el punto de vista del usuario de las mismas.

Estructuración de métodos de trabajo y de procedimientos en general (por rendimiento y por seguridad).

Selección profesional.

Capacitación y adiestramiento laborales.

Evaluación de tareas y puestos.

Psicotecnia y psicosociología laborales.

Naturalmente, toda intervención ergonómica considera a todos esos factores en forma conjunta e interrelacionada. En razón de la dificultad de formar a un solo profesional en todos esos distintos campos, debe recurrirse en la aplicación práctica de la metodología ergonómica a grupos interdisciplinarios de trabajo, los que deben contar con un lenguaje común, el que se obtiene por el uso de la cibernética como base de integración. Por otra parte, la teoría cibernética sobre sistemas relativamente aislados permite utilizar la noción de jerarquía entre sistemas (dada, en un breve resumen, por su propiedad de inclusión); esta noción de jerarquía es una muy poderosa herramienta que permite abarcar e interrelacionar en los estudios y optimizaciones a todos los sistemas que interesan a los análisis empresariales, comenzando por su  entorno, pasando por el sistema empresa, sus subsistemas organizativos y terminando en cada sistema hombre-máquina en particular, en un continuo que otras metodologías anteriores son incapaces de lograr. 

Para trabajar en ergonomía se necesita, por lo tanto, poseer una buena capacidad de relación interdisciplinaria, una agudo espíritu analítico, un alto grado de síntesis creativa, una profunda vocación de participar y aceptar la participación de los demás en esas tareas, los imprescindibles conocimientos científicos de su disciplina e información suficiente sobre las demás y, sobre todo, una firme voluntad de ayudar a los trabajadores para lograr que su labor sea lo menos penosa posible y que produzca una mayor satisfacción tanto a ellos mismos como a la empresa y a la sociedad en su conjunto.

Una acotación importante debe hacerse en referencia al actual e intenso énfasis sobre la calidad de producción de las empresas, sean éstas de bienes, de servicios o conjuntamente de ambos. La ergonomía es un verdadero motor de la calidad exigida actualmente con tanta fuerza por el mercado, ya que en su permanente proceso de obtención y perfeccionamiento se requiere de una herramienta que permita realizar un análisis integral del trabajo, teniendo en cuenta al Subsistema Hombre (SSH), al Subsistema Máquina, a los Métodos de Trabajo (MT), a las Condiciones Ambientales de Trabajo (CAT), a las Máquinas Restantes (MR), al Grupo de Trabajo (GT) y al entorno (e); el diagrama cibernético de bloques que acompaña a este trabajo permite tener una visión de conjunto de sus interrelaciones, elemento de juicio fundamental para una real mejora de la calidad de producción de cada Sistema Hombres-Máquinas y de su conjunto empresarial. Por ello, la aplicación práctica y realista de la metodología ergonómica en las empresas es hoy una perentoria necesidad si es que las mismas quieren competir con éxito en los mercados altamente competitivos y globalizados en que deben desenvolverse.

Un aspecto relevante de la ergonomía es la enorme amplitud de su área de aplicación. Desde el punto de vista de la diversidad horizontal (tecnológica) de tareas, cubre todas las imaginables, desde un quirófano a una central eléctrica. También ha ampliado enormemente el campo de aplicación del estudio del trabajo en sentido vertical (niveles organizacionales); tanto es así que permite considerar como un trabajo objeto de su estudio a la propia actividad de dirección empresarial (se ha acuñado la expresión “ergonomía decisional” para designar a este campo de análisis y optimización ergonómicos); es decir que la ergonomía tiene aplicación en campos que van desde los métodos de levantamiento de pesos y las posturas de trabajo hasta las decisiones estratégicas que se toman en la cúpula empresaria. Pero aún hay que añadir una tercera dimensión a la práctica ergonómica: la temporal, o sea el momento de aplicación de la misma. Hay una ergonomía de proyecto, aplicable en el diseño original de los Sistemas Hombres-Máquinas, y una ergonomía de corrección, que se puede utilizar cada vez que se detecta una desoptimización de esos sistemas o se decide variar algunas de sus características (hecho tan frecuente ya ahora y que lo será aún mucho más en el futuro, al privilegiar especialmente la innovación como argumento de la oferta de la empresa en los mercados).

Por lo expuesto, podemos afirmar que la ergonomía es multidimensional en sus objetivos, en sus criterios y en las unidades de sus variables y es a la vez tridimensional en cuanto a sus posibilidades de aplicación, cubriendo las dimensiones de sentido horizontal (tecnológica), vertical (jerárquica) y temporal (oportunidad).                           


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