DIEZ AÑOS
Éste es el BAERGO Nº 20, tal como se lee arriba. De acuerdo a lo decidido hace ya diez años, apareció (casi) puntualmente dos veces por año (en junio y en diciembre). El Boletín Argentino de Ergonomía ha acompañado, dentro de sus posibilidades, el andar de los ergónomos argentinos a lo largo de ese prolongado lapso. No siempre las noticias fueron todo lo buenas que esperábamos. Si bien sabemos que la ergonomía en el mundo tiene dificultades en afianzarse y sobre todo en extenderse y popularizarse, en nuestro país esa característica asume mayor gravitación aún. Por ello desde este BAERGO ya "decadal" rendimos un sincero homenaje a nuestros ergónomos, que continuaron su lucha en pro de una ergonomía argentina, con avances y retrocesos propios de una batalla aún no ganada. Sin embargo, es mucho lo que se ha avanzado. La creación de la Asociación de Ergonomía Argentina (ADEA), su afiliación a la International Ergonomics Association (IEA) y su estrecha vinculación con la Unión Latinoamericana de Ergonomía (ULAERGO) constituyen pasos importantes hacia la consolidación de la ergonomía del futuro.
Releer los "viejos" BAERGO trae a la vez un poco de nostalgia y una sensación algo amarga. ¡Cuánto era lo que estábamos dispuestos a hacer entonces! ¡Cuánto menos pudimos realizar a pesar de nuestros esfuerzos! Pero, sobre todo, esa lectura nos sirve de enseñanza y nos marca el camino. Algunos no bajamos los brazos a pesar de las malas rachas y continuamos empecinados en ir para adelante. Por eso hoy, esos "primeros" diez años del BAERGO son un trampolín desde el cual nos proyectaremos hacia el futuro, sabiendo que éste no será fácil y que los logros no llegarán inmediatamente. A todos los ergónomos argentinos y latinoamericanos les pedimos lo mismo que hace una década: que nos ayuden comunicándonos sus noticias y sus inquietudes. Y que en sus ratos libres lean los numerosos pedidos que nos llegan al ¡SOS! del BAERGO (ya arribamos a 55 bloques) y compartan sus conocimientos y experiencia con los que constituyen, valga la comparación, el almácigo que formará el bosque del mañana.