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PROTECCIÓN TRIPLE: CORAZÓN, CEREBRO Y ALZHEIMER

Lo que es bueno para el corazón, es bueno para el cerebro.

 

Publicado en La Prensa, 08-02-05, Managua

 

Dr. Enrique Sánchez Delgado

Medicina Interna-Farmacología Clínica

 

El autor es miembro del equipo de especialistas del

Hospital Metropolitano Vivian Pellas y directivo de la

Sociedad Internacional de Medicina Interna.

 

            “ALZHEIMER es un alemán que vuelve locas a las mujeres” reza el humor popular. En realidad, la demencia no discrimina sexos. La de tipo Alzheimer o degenerativa es más frecuente en las señoras, quienes viven más tiempo, lo que las pone en más riesgo. La demencia vascular o circulatoria es más frecuente en los hombres,

causada por infartos cerebrales que pueden pasar desapercibidos o dejar secuelas.

 

            Estos dos tipos, que se potencian entre sí, son la causa de ocho de cada diez casos de demencia, caracterizada por pérdida de la memoria y déficit en la capacidad de aprender, en el razonamiento, la orientación y cambios en la conducta, la personalidad y la afectividad.

 

            ¿Cuán frecuente es la temible demencia?, ¿Cómo se  reducen los costos económicos, emocionales, familiares y sociales? Si hay factores genéticos,  ¿cuán grande es su impacto?, ¿Es inevitable sufrirla o hay algo que podamos hacer para disminuir el riesgo?.

 

            Se calcula que una de cada cuatro personas mayores de 55 años sufrirá demencia en los veinte a treinta años que le quedan. La sufren tres de cada cien mayores de 65 años, pero uno de cada  tres mayores de 85 años. ¿Qué se puede hacer en ese lapso?. Si se pudiera retrasar en dos años el inicio de la enfermedad, se reduciría su frecuencia en un cuarto, aliviando enormemente el sufrimiento y los costos.

 

            El Alzheimer de edad temprana, en menores de 65 años, es heredado por uno de cada dos hijos, se conocen tres genes causantes, y no hay cura disponible todavía. Pero son menos de cinco por ciento de todos los casos.

 

            El de edad avanzada, es el más común. Si lo padece un pariente de primer grado, el riesgo se triplica. Se duplica si se porta del gen APOE4. Hay otros genes que influyen, pero no tan determinantes. Enfermedades tratables, el entorno y el estilo de vida juegan un papel más importante aún. Todos los factores de riesgo cardiovascular, causantes de infartos cardíacos o derrames cerebrales, predisponen a demencia, tanto vascular como de Alzheimer .

 

 

            Por ejemplo, el Colesterol elevado casi triplica el riesgo. Similar ocurre con la Hipertensión arterial. Ambos son prevenibles y tratables. Juntos elevan el riesgo más de siete veces. Si se agrega la edad, la historia familiar positiva y el gen APOE4, el riesgo se eleva once veces; probablemente se padecerá demencia. La buena noticia es que si se trata y se controla adecuadamente la presión alta, el riesgo disminuye a menos de la mitad, y si se controlan ambos, presión y colesterol, el riesgo baja de once a sólo dos veces.

 

            Han demostrado utilidad preventiva los medicamentos antihipertensivos, los que reducen el colesterol (también previenen las reacciones inflamatorias y las placas amiloides degenerativas del Alzheimer), la aspirina, el ácido fólico, la prevención y control de la obesidad y de la Diabetes, no fumar, hacer ejercicio físico y mental (la reserva neuronal de las personas mentalmente activas les ayuda), así como el control de la depresión, la ansiedad y el estrés excesivo (que pueden confundir el diagnóstico).

 

            Consulte a su médico. La demencia es prevenible. Si protege su corazón protege su mente.