El Hombre Del Campo
El cielo estaba negro como tela del luto y las estrellas impresionaban
la vista, estaban en todas partes y el espectáculo de su belleza era majestuoso.
Las copas de los árboles apenas se distinguían, allá en la distancia se confundían
con las lomas. La luna estaba a medias, y su tenue luz cubría la faz del conuco.
Los grillos cantaban aún sus serenatas y de vez en cuando se escuchaba, a lo lejos, el
canto de uno que otro gallo.
Ya Ramiro se había levantado. Hombre de campo, laborioso, no conocía las
letras peros sus manos cantaban la melodía del duro trabajo. Alzó su vista al conuco,
la extendió hasta sus límites. Lo diminuto de las plantas lo asemejaban a una alfombra.
Marchó, adelante con pasos firmes, como soldado del trabajo.
Cae la tarde, ya el sol se oculta entre las azuladas lomas y las nubes reflejan
el rojo que declara el fin del día.
Yoryi Marte Septiembre 25, 1999. |
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IVE
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¡Cómo te imagino!
Te imagino sentada,
Tus ojos escudriñan mi piel,
Tu corazón late aprisa
Tú estas frente a mí,
Levanto mis ojos nuevamente,
Mi corazón desfallece al mirarte,
Vuelvo al triste pedazo de papel,
Tú miras mis manos,
Te acercas a mí por detrás, |
Yo levanto mi vista una vez más,
Nuestras miradas recorren nuestros rostros,
Tan solo nos miramos unos míseros segundos
Estás justo frente a mí,
Sin darte cuenta dejas escapar,
Me acerco con suavidad,
En un suspiro eterno,
Mis manos acarician tu rostro,
Mis dedos se deslizan,
Suavemente te inclinas a mí,
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Yoryi Marte Julio 11, 2001. | |
LEYHijo,Si quieres amarme bien puedes hacerlo; tu cariño es oro que nunca desdeño. Mas quiero comprendas que nada me debes; soy ahora el padre, tengo los deberes; nunca en las angustias por verte contento, he trazado signos de tanto por ciento.
Ahora, pequeño,
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