CARTAS A EL NACIONAL, 1973 / 1974
¿MANIPULACIONES
CON LA FAJA?
Sábado 11 de Agosto de 1973
Firmado por: J.A: PEREZ
CORONEL
Sistemáticamente desde el surgimiento de la llamada “Faja Petrolífera
del Orinoco”, se encuentran en la prensa, notas tales como ésta: “Venezuela se
verá obligada a producir el doble de barriles de petróleos pesados” Esos
estribillos respecto a la producción petrolera: “Venezuela debe de” “Si
Venezuela quiere mantenerse en” “Venezuela se verá obligada a”, me producen estupor,
asombro y desagrado. Me pregunto si serán el producto de una reflexión
consciente y valida o serán el reflejo de un proceso a través del cual se nos
quiere introyectar la actitud que ya está haciendo sus efectos de que
“Venezuela tiene necesidad de”, haciéndolo de una forma silenciosa e
inconsciente para que parezca como si fuera algo propio y espontáneo.
Respondiéndome a esta inquietud y siendo muy sintético, pienso todo lo
contrario y me esfuerzo en afirmarme en ello; si Venezuela aumenta su producción
petrolera y los precios también, entonces importaremos más objetos fabricados
con altas tecnologías, lo que implicará directamente, aumentar la dependencia
Tecnológica y, luego seguir con un confort disolvente, —Ricos, Medios y Pobres—
y un efecto de demostración inducido, que en definitiva nos impedirá el
nacimiento y desarrollo de una artesanía tecnológica básica, ya que en ningún
momento esta podrá competir con la medusa tecnológica, que sólo nos está
dejando —y más aún el futuro— además de una herencia de desarraigo patrio y
telúrico, los residuos contaminantes de las tecnologías intermedias sucias que
son en definitiva las que pretende asignarnos el orden consumista mundial que
nos amenaza, reservándose para sí —naturalmente— las altas tecnologías limpias.
Finalmente es importante discriminar y diferenciar en sus
consecuencias, entre la importación de tecnología empaquetada y la compra de
tecnología en esquemas pues la primera viene en productos terminados de consumo
y por lo tanto nos relega a un papel pasivo y humillante, creándonos a su vez
desempleo. La segunda viene en textos y planos, por tanto nos posibilita el no
copiarlas sevilmente sino en desarrollarlas según nuestras propias necesidades,
de esta manera podemos darle empleo a un mayor número de venezolano. Así
estaríamos dando un primer, pero insalvable paso, para el desarrollo de la
artesanía tecnológica básica, donde el término artesanía quiere destacar la
parte de praxis y de tanteo, que necesariamente conlleva y exige el proceso.
SINÓNIMOS
EN TV COLOR
Agosto/ Septiembre de 1973
Firmado por: Joaquín
Fernández Oropeza
Aprovecho esta importante sección para dar a conocer estos breves
comentarios acerca de un problema que va a cobrar importancia en un próximo
futuro.
Se comenta con mucha insistencia
una próxima decisión en materia de televisión en colores. Cuando algunas
personas supuestamente enteradas de los vericuetos técnicos y políticos que
implica la decisión, afirman que la decisión está ya tomada, me parece estar de
repente en la Edad Media —Imágenes plasmadas magistralmente, por Bergmann—,
pues habiendo sido rechazada la idea a nivel nacional, una fuerza omnímoda y
ptolemaica parecería decir que la Tierra es el centro del Universo.
Para convencerme de que estoy en el tercio final del Siglo XX, me
surgen entonces los siguientes interrogantes: ¿Por que buscamos una nueva y
gratuita dependencia tecnológica? Si el país fabricase los aparatos y equipos
con materiales, recursos, capital y patentes propios, entonces oponerse seria
ir contra el progreso —aun cuando se está pensando que ese llamado progreso
occidental consumista bien puede conducirnos, en la próxima centuria, a un
desastre ecológico. ¿Por qué estar a favor del progreso de países extranjeros y
obstaculizar nuestros propios avances? ¿Cuántos barriles de petróleo tendremos
que pagar por cada nuevo televisor? ¿Cuánto empleo extra daremos a los ya bien
pagados obreros de Boston y California? ¿Cuántos niños morirán sin haber
vividos?
En este país que hierve con todo tipo de iniciativas, donde tantos
científicos han denunciado la dependencia tecnológica, con una universidad
crítica culturalmente activa y con partidos descaradamente antisistema, yo
entonces me pregunto una vez más. ¿Será que consideramos sinónimos los términos
de: ciencia y entrevista; cultura y espectáculos; crítica y presupuesto;
concientización y proselitismo? O será que somos una Teclonia; es decir tierra
enajenada por la tecnología extranjera.
EL
INGRESO QUE NOS DOPA
Viernes 19 de Octubre de 1973
Firmado por: Dr. José Rafael
Vegas V.
Me refiero al artículo “ La Gran Nube China” publicado por “El
Nacional”
En un lugar común aunque sigue teniendo validez, decir que copiarse
—imitar rígidamente— modelos extranjeros es perjudicial, pero podemos obtener
algunas reflexiones de la experiencia de otros países.
Del artículo a que hago referencia se desprende que China esta en algo, pero un algo alcanzado de una manera poco convencional. Simplificando y caricaturizando el proceso prodríamos decir que están armando artefactos nucleares con cañas de bambú; un enfoque más analítico y menos poético nos manifestaría que están combinado su realidad artesanal con la técnica que habían recibido de la cooperación soviética y que para su mal —o mejor para su bien— les fue suspendida; la necesidad, les obligó a ingeniárselas y en ese proceso están plasmados algunos de sus más impresionantes logros.
Reflexión I: Si nuestros científicos hacen investigaciones utilizando
por ejemplo los modernismos y costosos focos de sondas Z-204. ¿No estarán acaso
perdiendo la oportunidad de ejercitar su más profunda aptitud creativa que les
lleve a ingeniarse hasta la creación de los instrumentos para hacer esos
experimentos? ¿ No llegarán a confundir los cerros de Carrizales con las
colinas de Palo Alto?
Reflexión II: ¿No habrá llegado para los grupos más favorecidos, el
momento de tomar conciencia de que mientras tengamos el ingreso petrolero;
consumiremos investigaremos y viviremos de manera aparentemente igual a los
países consumistas y no sentiremos necesidad y urgencia de desarrollar nuestra
ciencia de una manera real y apegada a los procesos productivos básicos que son
en verdad lo que podemos tener a nuestro nivel actual de racionalidad? Por
tanto vamos a seguir teniendo una ciencia para exposiciones, para publicar en
revistas internacionales y para hacer un buen papel a nivel planetario.
Jueves 8 de Noviembre de
1973
Firmado por: Eleazar David
Márquez
En la concepción y planificación de un cambio para el logro de
determinados objetivos, generalmente se presta más atención a los asuntos
propios del planteamiento instrumental que a los problemas propios de
estrategia, inclusive, mentes lúcidas pueden dedicar energía y esfuerzo a
resolver unos aspectos y a olvidar los otros.
Recientemente el canciller venezolano ha expuesto a la Asamblea General
de las Naciones Unidas un esquema o metodología —como ha sido llamado— del cual
conviene hacer algunos comentarios.
La formación de sindicatos interestatales para enfrentarse a las
compañías multinacionales, ha probado ser un instrumento eficaz —Petróleo— para
que los pueblos del Tercer Mundo obtengan un trato más equitativo en sus
negociaciones. Lo que no se ha dicho o discutido, es si la negociación en sí
misma y lo que en ella se negocia es conveniente para estos países.
En efecto, esta táctica bien concebida y elaborada, se origina
históricamente y toma como base para su concepción y desarrollo una estrategia
que conduce a un hecho que es grave, ya que posibilita perpetuar un estado de
cosas, inaceptables para cualquier país que orgullosamente se considere
soberano. Cada vez más en el futuro, este convencimiento, a medida que todos
los pueblos tomen conciencia de la significación real y profunda que tiene para
un país, el exportar sus materias primas no renovables, llevará a la conclusión
que ayudar a eternizar esa humillante situación —tal como vender nuestro
subsuelo— podrá ser considerado un delito del mismo tenor que enajenar el suelo
patrio.
Todo país exportador de materias primas tiende a convertirse en una
país de tercera o cuarta categoría. Para hacerlo explícito podemos mediante una
doble clasificación de variables dicotómicas obtener las siguientes modalidades
de países:
Tipo I.— Exporta Computadores — Importa Petróleo;
Tipo II.— Exporta Computadores— Importa Aviones;
Tipo III.— Exporta Petróleo — Importa Hierro;
Tipo IV.— Exporta Petróleo — Importa Computadores.
Los países de vocación predatoria pertenecen a la primera categoría y
los llamados países explotados del Tercer Mundo a la cuarta categoría. Las
categorías segundas y terceras son categorías menos frecuentes y probablemente
no observables como tales en la realidad, serían relaciones más justas y
equitativas tanto desde un punto de vista político como económico y a manera de
hipótesis considero que pueden orientar hacia una concepción nueva y diferente
de la filosofía del llamado Comercio Internacional.
La conclusión es que, un país que importa Artefactos de Alta
Tecnología, se está autocondenando de manera que en el pasado era muy sutil,
pero hoy muy visible, a no desarrollar sus propias aptitudes creativas y por
ende se está condenado a ser un pueblo propicio al vasallaje, ya que el efecto
de demostración del consumismo —por nuestra condición humana— nos acecha. Este
es el peligro. Un alerta a la televisión en colores, un alerta al aumento de la
producción petrolera y un alerta a la explotación de la Faja Petrolífera del
Orinoco, aunque sea por los mismos venezolanos.
PETRÓLEO,
SIEMPRE PETRÓLEO
Sábado 19 de Enero de 1974
Firmado
por: Gustavo
Corro
Las cosas están cambiando, sibilinamente la prensa internacional
comenta que ahora sí podemos —con los nuevos ingresos— pagar y desarrollar con
ayuda extranjera, la tecnología necesaria para explotar la Faja Petrolífera del
Orinoco; la pregunta que revienta es ¿ Quién supone que nosotros tenemos
necesidad y urgencia de explotar la Faja Petrolífera y aún más de pagar por una
costosa tecnología aún no desarrollada?.
He aquí la carnada que oculta el anzuelo, donde una vez más por ignorantes
—como en el pasado— podemos morder. Si algo se está haciendo claro para los
venezolanos es que el país no necesita extraer más petróleo —más aún debe
reducir— ni necesita preocuparse por la explotación de su Faja Petrolífera,
pues, llegado el momento —ojalá lo más lejano posible— el país podrá fijar las
condiciones que más convengan a los genuinos intereses nacionales, para
explotar su petróleo pesado.
Hay que insistir que el desconsiderable aumento del ingreso petrolero
desequilibrará al País económicamente, socialmente e incluso políticamente;
para aquellos que con ingenuidad piensan que el ingreso extra puede ser
positivo para el País “si se sabe invertir y administrar bien” hay que
recordarles que ni en 1928, ni en 1936, ni en 1941, ni en 1945, ni en 1948, ni
en 1952, ni en 1958, ni en 1963, ni en 1969 se pudo invertir ni administrar
bien, lo prueba el hecho de que cincuenta años después del reventón seguimos
siendo un País pseudo desarrollado y un pueblo cada vez más influenciado por el
efecto de demostración consumista y occidental, lanzados a la destrucción
ecológica y a la contaminación ambiental.
¿Quién cree que los venezolanos somos de caramelo para sufrir
transformaciones tan violentas en tan corto tiempo y pasar a ser —aún en
tiempos de mayor bonanza— lo que no hemos logrado ser en el pasado? El problema
no radica sólo en la Administración Gubernamental, pues está ya enraizado en
nuestra alegre idiosincrasia, por tanto, sólo una forzosa, aunque
necesariamente gradual austeridad puede llevarnos a reflexión y permitir
construir nuestro futuro sobre bases más humanas.
Como ejemplo de lo que representa disponer de un gran volumen de
divisas extranjeras y de importar indiscriminadamente alta tecnología, medítese
en lo que ha pasado en el Consejo Supremo Electoral, donde esas sofisticadas
computadoras, con su complejo procedimiento organizacional tipificado y
supuestamente científico, naufragó frente al nivel de racionalidad y eficiencia
de las otras instituciones que coadyuvaban en el proceso y frente a la propia
mentalidad de los venezolanos. En resumen, un estilo político maduro pero
inseguro frente a la técnica, encarnado en personalidades que emergieron
después de 1936, no llegó a comunicarse efectivamente con profesionales
formados en la última década, pletórica de técnicas y procedimientos, pero
huérfanas de una visión ajustada a la realidad, es decir orientados por el
método y no por el problema, como correctamente debió haber sido —“Tengo un
cañón, ahora buscaré contra qué disparar”.
La masa de ingresos adicionales que ojalá pudiese ser utilizada en
importar ganado y semillas, desgraciadamente será utilizada en importar
artefactos terminados de alta tecnología; es decir Tecnología Empaquetada
—autos, computadoras y televisores en colores— donde ya se ha demostrado que,
además de quitarle un trabajo honesto y auténtico a los venezolanos, les castra
sus motivaciones y aptitudes creativas.
Corremos el peligro de convertirnos en un emirato tropical sometidos a
una dependencia no sólo económica y tecnológica, sino lo que es más grave
cultural y psicológica.
ESPERAR
EL 83
Miércoles 13 de Febrero de
1974
Firmado
por: Fermín
Torres Aveledo.
La ya popular y conocida idea Gatopardina de que “hay que cambiar para
que las cosas no cambien” me llama a reflexión respecto a nuestra materia
petrolera. Cuando el cartel controlaba y manipulaba los precios, era entonces
una bandera real y auténtica la nacionalización de las compañías extranjeras
—1945, 1959, 1969—. Sin embargo, con la creación de la OPEP, la fijación
unilateral de los precios, las leyes impositivas, la subasta de las regalías y
lo cercano de la fecha de reversión, la así llamada Nacionalización podría
convertirse en un fantasma trasnochado, muy útil para las compañías
explotadoras y muy estúpido y miope para nosotros los venezolanos.
Cuando digo que sería muy útil para las compañías explotadoras
actuales, me refiero al posible costo de indemnización que Venezuela tendría
que pagar a las compañías, en el caso de que se adelantara la reversión. Gasto
éste, que podría evitarse esperando que las concesiones comenzaran a vencerse a
partir de 1983, complementariamente, medidas como un control estricto de las
propiedades, confiscación de campos abandonados, reducción de la producción, y
una total autonomía en la fijación de los precios, permiten que hasta 1983 el
país controle la situación petrolera y pueda prepararse para asumir su total
responsabilidad.
Es recomendable a este respecto una gradual reducción de la producción,
medítese en sus ventajas a corto y largo plazo, pues obtener una ingente
cantidad de divisas —cuestión que afortunadamente ya está siendo denunciada— no
es lo que más nos conviene, sino crear una posibilidad para el país de
abandonar la tendencia al consumismo y derroche a la que el trueque comercial
con países avanzados nos empuja.
REDUCIR
LA PRODUCCIÓN PETROLERA
Jueves 14 de Febrero de 1974
Firmado por: Francisco de
Paula Ortiz
No es necesario seguir insistiendo sobre las ventajas que tiene para el
país una reducción de su producción petrolera; ya personas muy entendidas en la
materia lo han afirmado reiteradamente. Es conveniente sin embargo referirme a
la noticia de que Canadá —país productor y exportador de petróleo pondrá en
servicio un oleoducto que le permitirá llevar petróleo hasta su Costa Este y
que EE.UU. —primer productor mundial— puede aumentar su producción y está
desarrollando nuevas fuentes de energía; bajo estas condiciones, Venezuela en
una acto de irrestricta soberanía —bajo un enfoque de conciencia nacional— debe
reducir su producción petrolera y disminuir la exportación; en un 100% en
referencia a Canadá y de una manera gradual y sistemática en relación con
EE.UU.
No nos dejemos intimidar por Casandras pusilánimes y sesgadamente
interesadas, que nos impelen a recordar el salitre chileno y el caucho
amazónico, pues estas premoniciones encierran múltiples falacias, tanto en su
forma como en su contenido. En primer lugar las fuentes usuales de energía no
han perdido vigencia, aun con el advenimiento de otras posibles modalidades;
nuclear, solar o geotérmica, pero además, y es lo más importante, ya se ha
comenzado a pensar que es insensato e irracional seguir usando el petróleo como
combustible. En segundo lugar, para el caucho amazónico, su declinación frenó
oportunamente un proceso que con el tiempo iba a cambiar los patrones
ecológicos de la región y a contaminar zonas que constituyen reservorios de
oxígeno y vida vegetal, y para el salitre chileno, su declinación hizo posible
que el país recobrara un ritmo más armónico y fuese menos dependiente y
desarticulado que otros países latinoamericanos. En resumen para Venezuela
—igual que para los atrasados, analfabetos, ignorantes y desarticulados pueblos
del Tercer Mundo productores de petróleo— el uso de ese petróleo, además de ser
insensato e irracional, es necio y altamente dañino, pues ni siquiera es usado
como combustible, sino lo que es peor como fuente de divisas extranjeras, que
necesariamente se tiende a malgastar en la importación de artículos suntuarios
y/o en Artefactos Terminados de Alta Tecnología, creando no sólo una
dependencia económica sino también cultural. Este es un hecho que debe ser
denunciado.
El país debe buscar y diseñar un nuevo concepto de desarrollo, más
armónico, más humano y más cerca de un equilibrio con la naturaleza, y a su vez
más alejado del dantesco, neurótico y contaminado paraíso industrial —imagen
que ingenuamente y estúpidamente nuestros pueblos quieren a toda costa copiar y
los países avanzados por su interés comercial nos quieren desesperadamente
vender— creo que aún estamos a tiempo, creo que tenemos una coyuntura favorable
para comenzar un proceso de desintoxicación cívica.