Jueves 25 de Noviembre
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"Porque sació el alma menesterosa y llenó de bien el alma
hambrienta." Salmo 107:9
Bueno es tener deseos, y cuanto más ardientes sean, mejor. El Señor saciará los deseos
del alma, por grandes que sean, y por mucho que nos preocupen. Deseamos muchos porque Dios
dará mucho. Nuestro estado de ánimo nunca
es bueno mientras estemos contentos de nosotros mismos y nos sintamos libres de deseos.
Esta sed de mayores gracias, estos gemidos indecibles, señales son de crecimiento, y
nuestro anhelo debería ser sentirlos con mayor intensidad. ¡Espíritu bendito, haz que
suspiremos y clamemos por cosas mejores!
El hambre no es una sensación agradable. Sin embargo, son bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia. Estas almas no sólo serán aliviadas, sino también saciadas.
No se saciarán con un alimento ordinario, sino que su comida será digna de su Señor,
porque serán saciadas por el mismo Dios.
Venid, no os entristezcáis porque haya heladas y venga el hambre. Oigamos la voz del
Salmista cuando desea y ansía ver a Dios engrandecido.
"Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los
hombres".
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Los devocionales presentados en esta sección fueron escritos por el evangelista del siglo pasado Charles H. Spurgeon.