Sucede que una de las cosas mejores que me pasan es comer junto a mis amigos y allí juntos poder disfrutar de la bendicion de Jesús y sentir su unción en nuestra platica.
Un dia con mi gran amigo Alfredo Menjivar dispusimos
comer juntos, asi que me desperté temprano, hice todo lo de
costumbre, tome mi Biblia y me dispuse ir al restaurante.
Al llegar nadie esperaba por mi, asi que espere por casi 1 hora,
me preguntaba del olvido de mi amigo, pensé que a esa hora
estaría descansando de mis duras faenas, la mesera me veía con
ojos de lastima creyendo tal vez que había sido plantado por
alguna señorita.
Me dispuse a comer después de su tercera pregunta si seguiría
esperando, mientras comía empece a sentir inquietud en mi
ser, y en pocos momentos todo fue tan claro, en ese restaurante
Dios estuvo tan real frente a mi, su presencia estaba allí,
fuerte, un fuego corría por mi cuerpo, y un gozo inmenso
desplazo mi inquietud, ese fue el momento que mi desayuno perdió
el sabor, ante la atención que debía tener ante las palabras de
Dios a mi corazón, empece a llorar sin parar , mi cuerpo
temblaba y mi Biblia nunca fue tan clara para mi.
Dios me dijo ´´ ALFREDO NO VINO PORQUE NO QUISE QUE VINIERA,
QUERIA PASAR JUNTO A TI ESTE DIA Y QUE DESAYUNARAMOS JUNTOS,
TU Y YO, PORQUE ERES ESPECIAL PARA MI ´´.
Después de casi dos horas mi vida se lleno de promesas, de
animo, de alegría, de victoria. Desde entonces siempre en San
Salvador hay restaurantes en los que desayuno, almuerzo, o ceno
con alguien a quien las personas no pueden ver pero yo se que
esta allí, con mi Señor y Dios, es linda su presencia.
MI JESUS , CADA DIA DESEO ESTAR A TU LADO, CONOCIÉNDOTE,
AMÁNDOTE, VIVIENDO PARA TI ENTENDIÉNDOTE EN TU
SANTIDAD Y ANHELÁNDOTE, CADA DIA TE NECESITO MAS.
Mario Ernesto Bonilla Carranza.