Jueves 14 de Octubre de 1999

"Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad." Salmo 91:4

¡Qué símil tan placentero! Como la gallina protege a sus polluelos debajo de sus alas, así el Señor defenderá a su pueblo y le permitirá refugiarse en El. ¿No hemos visto a los polluelos asomarse por debajo de las alas de su madre? ¿No hemos oído su piar gozoso? Refugiémonos en dios y sentiremos una paz soberana sabiendo que El nos guarda.

Mientras nos cubre el Señor, tenemos confianza. Sería extraño que no fuera así. ¿Cómo podemos desconfiar de Dios cuando El mismo es casa y hogar, refugio y descanso para nosotros?
Siendo así, bienpodemos lanzarnos en su nombre a la guerra estando seguros de su guarda. Necesitamos escudo y adarga, y cuando, como el polluelo, confiamos plenamente en el Señor, sabemos que su verdad nos arma de pies a cabeza.
Dios no puede mentir; ha de ser fiel a su pueblo y su pormesa se cumplirá. Esta verdad es el único escudo que necesitamos. Detrás de El, podemos desafiar todos los dardos del enemigo.

¡Ven alma mía! Escóndete bajo sus alas, que son tan grandes, y desaparece entre sus plumas, que sontan suaves! ¡Qué contenta estás!

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