CASAS, GENEALOGÍA Y HERÁLDICA DEL BAZTÁN

Si estás interesado, podemos brindarte información que obtuvimos sobre algunas familias oriundas de este valle navarro. Entre ellas, por ejemplo, se encuentran las que se originaron o tienen alguna relación con las siguientes casas:  

ARIZKUN:
Arrosarena o Suqilbidea (Aintzialde), Barazabal, Barrenechea, Bergara o Jaureguía, (palacio), Echenique, Echevercea, Elorga, Errazuriz, Gorostarzúa, Goyenechea (palacio de Ordoki), Goyenechea, Goyenechea-Chocoa, Iriberría, Iturraldea, Latadia, Larrartea, Lamiarrita (palacio), Lastiria, Lizarazua (palacio), Mattipenea (Bozate), Oharrichena, Ormartea, Pierresena, Sasternea (Astrearena) Ursúa (palacio) y Utalcoa (palacio) 
ARRAIOZ:
Tristantena y palacio Zubiría
AZPILKUETA:
Bizarnea (antiguamente Vizarrorena), Dolarea, Chapaloarena, Echartena, Garaicochea (Apaioa), Indaburúa (Zuaztoi), Iriartea (Apaioa), Iriartea (Urrasun), Iribarren, Lapicea (Apaioa), Mendiburua y Petrisancena
BERROETA:
Iriartea
ELBETE:
Ascó (palacio), Beherecoechea, Jarola (palacio), y Maisterrena.
ELIZONDO:
Arizcunenea, Arozarena (palacio), Arrechea (palacio), Beitorena, Elizaldea, Datue (palacio), Elizaldea, Errachurena, Micheltorena, Miquelena, Peroscorena, Sastrearena y Beramundea.   
ERRATZU:
Aguerrea, Aguerrea de Gorostapolo, Aldacochea, Ansalas, Apezteguía (palacio), Arguinarena, Arozarena, Arrachea, Barrenechea (Gorostapolo), Barrenechea (Iñarbil), Burcaicea, Buztinaga, Domenarena, Dorrea, Dorrechipía, Echartea, Echenique (palacio), Echeniquerena, Echebelzea, Echisperría, Elizaldeberría, Errecaldea, Errorena, Esteberena, Filiperena, Gamioa, Garaicochea, Goyenechea (Iñarbil), Hualdea (palacio), Inda, Iribarren, Iriartea, Iriborroa, Irigoyen (Gorostapolo e Iñarbil), Iturriria, Iturraldea, Landaberea, Larragoyen, Lastiria, Marimartirena, Maripicena, Marticotena, Mastruarena, Mercatariarena, Pedrorena, Salaberría, Sumusua, Unandeguía, Urdoz, Urrarin, Vicondoa, Zabalarena y Zubipunta 
IRURITA:
Gaistenea, Indacoechea, Jaureguixuri (palacio de Irurita), Maiorarena, Urdoquia y Zapataguilarena
MAYA:
Arrechea (palacio), Arriada, Borda (palacio), Echevercea, Martiarena, Salaberría
ORONOZ:
Arrechea (palacio), Arocenea
ZIGA:
Goyenechea y Egozkue (palacio)

 

EL ESCUDO DE BAZTAN

La leyenda, virus que ha afectado desde siempre a la heráldica, envuelve en un halo de misterio el origen del escudo de armas del Valle de Baztán.

Al referirse a los baztaneses, el cronista Rodríguez Méndez Silva relata que "Son estas gentes hidalgas de sangre, feroces, ágiles, arrojadas, diestras en las armas como se experimentó, acaudillándolos D. Alfonso González de Baztán, que libraron de gran peligro al Rey D. Sancho García, en una batalla contra los franceses, poniendo (según el refrán) sus vidas en tablero, por cuya acción les concedió en armas y blasón el Ajedrez blanco y negro escaqueado".

Don Juan de Goyeneche, el conocido publicista del Baztán, escribía también en 1685 que "las Armas comunes del Valle son un juego de agedrez escaqueado de blanco y negro, que el Rey don Sancho Abarca les dió por blasón, en testimonio de que su valor tenía por juego la guerra, y que su lealtad exponía las vidas al tablero en defensa de su Rey; y es el caso que avrá más de ochocientos años que reconociendo los Baztaneses que este gran Rey se hallava muy apretado, peleando con un exército de Franceses, apellidados de su zelo, y acaudillados de Don Alonso de Baztán, acometieron con tanto esfuerzo a los Enemigos, que haziendo en ellos un horrible estrago, no solamente sacaron a su Rey del riesgo, sino que lo coronaron con el triunfo de una gloriosa Victoria".

Pero nada mejor que sea el mismísimo Lope de Vega quien nos de su propia versión envuelta en su genial ropaje poético:

Era de los bastanes generosos
Que poblaron a Baza, y la Montaña
Defendieron con hechos gloriosos
En la llorosa perdición de España:
Y del que a los franceses victoriosos
Quitó su preso Rey, por cuya hazaña
En que fue tan valiente como franco
Le dieron el tablero negro y blanco.
Cien soldados Navarros le seguían
Del valle de Baztán hidalgo todos
Que por derecha línea descendían
De la primera sangre de los Godos:
Caballos ferocísimos regían
Y aunque con armas de diversos modos
Mostraban los escaques de los sayos
Que del Sol de Bazan se llaman rayos.
Animo Caballero, el Mondo asombre
Esta Divina Cruz en vuestra mano,
Pues descendiente habéis de ser de un hombre
Que hará temblar con ella el Océano:
Y de otro Fénix su sangre, y nombre
Que ha de espantar al Scithico Otomano
Cuando con sus galeras puentes forje
Al estrecho del brazo de San Jorge.
Quien tales descendientes dar espera
Al Imperio Español, gallardo salga,
Y del Santo Jordán en la ribera
Muestre el blasón de su familia hidalga.
Que siendo de Baztanes la primera
Bien es que el hecho, como el nombre valga.
Pues para tantos Arabes soldanes
Serán bastantes los que son baztanes

Otra versión sobre el origen de estas armas es la que alude al heróico comportamiento que habrían tenido los baztaneses en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212 y en cuyo mérito el Rey Sancho VII el Fuerte les habría concedido el derecho a usar tales blasones.

En definitiva, historia y leyenda se confunden para darnos distintas interpretaciones heróicas de cómo se crearon estas armas. Difícil será encontrar la verdad. Pero queda latente una pregunta: ¿quién fue el primer adjudicatario de tales armas? No es que querramos entrar a un mero ejercicio de investigación heráldica. Por el contrario, la importancia de hallar la respuesta a esta pregunta radica en la ayuda que la misma nos puede brindar para probar la existencia o no de un Señorío de Baztán.

En 1572 se entabló un pleito por parte de Pedro de Jaureguizar, dueño del palacio de su apellido en Irurita, contra Martín y Sancho de Larralde, vecinos de Pamplona, Iñigo de Urrasun, vecino de Baztán, y contra el Alcalde, Jurados, Diputados, vecinos y Concejo del Valle de Baztán, así como contra los dueños de palacios del mismo. Don Pedro de Jaureguizar acusaba a "los dichos Larraldes haberse apropiado para sí el Escudo de Ajedrez y llevado a la Junta General que se hace en la dicha Valle y en la dicha Junta haber dicho a altas voces que el escudo de armas del Axedrez eran suyas y de la comunidad de la dicha Valle y no de la cassa del dicho Pedro de Jaureguizar y haber con las dichas palabras lebantado mucho escándalo y haver dicho todos que fuesen al dicho Palazio y matasen a dicho Jarureguizar y hacer decir que las dichas armas no heran suyas". Pedía que se condenase a los demandados "y los demás moradores en la dicha Valle y fuera della en cualquiera Ciudades, Villas y Lugares no traigan ni puedan traer Escudo de Axedrez en propiedad y posesión al demandante como a dueño de dicho Palacio y Casa de Baztan llamada Jaureguizar". Por contra, la otra parte alegaba que el "renombre de Baztan" y el escudo escaqueado eran propios del Valle y no de casa alguna.

La sentencia de la Corte, emitida en Pamplona el 5 de agosto de 1572, adoptaba una solución salomónica: "devemos declarar y declaramos pertenecer propiamente a la Cassa y Palacio de Jaureguizar que es en el Valle de Baztán, que el dicho Pierres de Jaureguizar en él posee y que los descendientes de la dicha Casa por sus insignias y armas el Escudo de Axedrez Escaqueado de Cosas plateadas y negras con orla de gules que es colorada, que está blasonado y pintado en la escritura de certificación de los Reyes D. Juan y Dª Catalina en esta causa presentada sin parte ni concurso de la Valle de Baztán ni de los vezinos de ella y en lo demás que el dicho demandante pide a los dichos defendientes los absolvemos y damos por libres y quitos y en quanto a la recombención declaramos por lo mesmo pertenecer al dicho Valle de Baztán y a los hijos-dalgo descendientes y dependientes de él el Escudo de Armas de Axedrez Escaqueado de Blanco y Negro llano y sin orla alguna".

En otras palabras, tanto los señores de Jaureguizar como los vecinos de Baztán podían hacer uso del ajedrez, reservándose para el primero, sin embargo, el agregado de una orla "de gules que es colorada".
Es indudable que si el uso del escudo compuesto por el ajedrez escaqueado hubiese sido común entre las casas vecinales del valle, este pleito no habría tenido sentido. Todo lo contrario, creemos que del mismo se desprende con cierta claridad una innovación que se estaría dando en la primera mitad del siglo XVII y que respondería a uno de los últimos episodios del proceso que llevó a la paulatina desaparición del Señorío de Baztán.

La hidalguía de los vecinos, así como el escudo baztanés serían de lejana data, pero hasta esa época ambos derechos no se habrían confundido, siendo las armas privativas de los señores de Jaureguizar. Este detalle, incluso, no se le escapó a Lope de Vega, para quien la adjudicación legendaria de las mismas correspondió a Don Alonso González Baztán, Capitán General de su rescatado Rey Don Sancho Abarca. Otro pleito, de 1628, parece confirmar lo anterior. Ese año, el Fiscal de S.M. acusaba a varios vecinos de Baztán de estar utilizando impropiamente el escudo ajedrezado. Para esta autoridad, no bastaba con ser originario del Valle sino que debía probar, al mismo tiempo, su condición de hijodalgo. La Junta General del Valle de Baztán se opuso, con éxito, demostrando que la hidalguía era inherente a la calidad de vecino.

No debemos olvidarnos que el uso de escudos de armas estaba rigidamente reglamentado. Como expresaba el propio Fiscal del pleito, "ningún acto positibo de hidalguía y nobleza es tan señalado como el escudo de armas porque sin otra comprobación comunmente tienen a uno por hijo-dalgo siendo dueño de una cassa que en la portada tiene su blasson o escudo de armas". El temor a considerar hijosdalgo a quienes no lo eran tenía un fundamento principalmente económico, debido a que esta condición ocasionaba "perjuicio del patrimonio real de V. Magestad". Fue por ello que por Ley 39 de las Cortes que se celebraran en Pamplona en 1617, se dispuso que aquellos que comprasen casas que tuviesen escudo de armas, lo quitasen dentro de año y día.

Aceptado, pues, con mayor o menor exactitud, que el uso generalizado del escudo baztanés se impuso a partir de la sentencia definitiva de 1573, corresponde referirnos ahora a otras armas que también se utilizaron en el Baztán.

Los palacianos, por el propio derecho que les daba su calidad de tales, gozaron desde antiguo de la prerogativa de contar con armas propias. Veneras, rastrillos, estrellas, medias lunas, flores de lis, picazas y lobos se encuentran entre las figuras más utilizadas, no faltando tampoco bandas y pales. Es común, también, comprobar que muchos de estos escudos denotaban entronques con otras casas hidalgas o, incluso, ser filiales de las mismas. Así, por ejemplo, las armas del palacio Echenique de Iñarbil eran similares a las de Yániz, en tanto que Arrechea de Elizondo tenía varios puntos en común con Arrechea de Amaiur e incluía, además, a las armas de Ursúa. Lo mismo cabe decir de Apezteguía de Erratzu, cuyas armas eran las mismas de la casa de Anhaux, situada en el barrio homónimo del vecino valle de Baïgorry y perteneciente a la familia Apesteguy.

A partir del siglo XVII, y principalmente durante el XVIII, se constata una "moda" de diferenciación de armas por parte de quienes estaban protagonizando la "Hora Navarra" y que provenían del seno de familias meramente vecinas. Parecería que para muchos no alcanzaba con el tablero de ajedrez, quizás porque ya era sabido en toda España que bastaba ser vecino en Baztán para tener derecho a él. La casa Arozarena de Elizondo, tenía por 1729 las armas comunes del Valle, pero años más tarde, en 1765 y luego que fuese erigida en Palacio de Cabo de Armería, ya las había cambiado por otras diferentes. Lo mismo sucedió con Aguerrea de Erratzu y con Latadia de Arizkun, casas que estaban entroncadas y cuyas armas actuales responden a la actuación algo dudosa de un antiguo Rey de Armas. Echeniquerena de Erratzu incorporó las armas del palacio de Echenique hacia fines del siglo XVI y Buztinaga de Erratzu parece haber hecho lo mismo en tiempos del recordado Obispo de Pamplona Don Lorenzo de Irigoyen y Olóndriz, hijo de la misma. En el correr del siglo XVII las del palacio de Arrechea de Amaiur pasaron a las de la casa Borda del mismo lugar y a las de Iriartea de Erratzu. Y así la lista podría continuarse largamente.