C O N T E N I D O
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1. Elementos Básicos |
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El cultivo hidropónico consiste en cultivar las plantas únicamente en el agua, sin contar con los recursos del suelo. La práctica hidropónica más sencilla y elemental es la que utiliza un jarrón, florero o maceta, pero si se quiere realizar cultivos más amplios, con algunas pocas plantas, es aconsejable usar recipientes de mayor capacidad, construidos o adaptados para el efecto. En esta sección se revisará, lo que es en esencia, un cultivo hidropónico pequeño, de aplicación casera, con inversiones y complicaciones mínimas. Estos sistemas se componen de básicamente de Recipiente, Solución Nutriente y Sustrato.
Será de elección del aficionado, considerando que debe cumplir, al menos, las condiciones siguientes: La forma, sin ser determinante para el cultivo en sí, es conveniente tomarla en cuenta, porque un recipiente muy extendido o con cuello muy alto resultan a la larga muy poco prácticos. En realidad los mejores son los que tiene una sección recta o trapezoidal por su facil acceso y su buen equilibrio entre superficie y profundidad. Aquí muestro algunos casos para formarse una idea. El tipo que mejor se ha acomodado a mis objetivos es el tipo batea o artesa, que muestro en la figura adjunta, de unos 80 cm de largo por unos 30 cm de ancho y 25 a 30 cm de profundidad Para fines ornamentales se pueden utilizar vasijas como las que se muestran aquí, pero yo no las he experimentado, porque me han parecido innecesariamante profundas para los fines perseguidos. Hay que considerar a la planta como un laboratorio muy complejo que se sostiene y alimenta de la tierra a través de sus raíces, elaborando sus nutrientes en las hojas, ayudada por la luz solar. En el método hidropónico, la planta debe encontrar las mismas condiciones ambientales de la naturaleza, y en lo posible facilitar las reacciones químicas en el interior del tejido vegetal. La germinación, desarrollo, floración, y fructificación de la planta requiere de catorce elementos básicos: Una fórmula sencilla de solución nutriente que contiene seis de los elementos básicos, para cien litros de agua, es la siguiente:
Otra un poco más complicada (ocho elementos), igualmente para 100 litros de agua:
Es necesario destacar que no existe una única formula para nutrir los cultivos hidropónicos, la mejor fórmula es la que cada uno ensaye y le resulte aceptable. Por otra parte, es mucho más sencillo acudir a las tiendas del ramo y adquirir compuestos ya preparados para aplicaciones hidropónicas, los que solo basta disolver en la cantidad de agua indicada; por eso no me extiendo más en este tema, dando infinitas fórmulas de soluciones nutrientes. La preparación de la solución nutriente no termina acá: se debe controlar el pH de ella antes de alimentar a las plantas. Es conveniente contar con un pH-meter de bolsillo (aproximadamente Ch$21.000 ó US$40) para hacer dichos controles. En cuanto a la calidad del agua, como regla general, si el agua que se utilizará es apta para el consumo humano, servirá para el cultivo hidropónico. También se podrán utilizar aguas con alto contenido de sales, pero habrá que tener en cuenta el tipo de cultivo que se hará, ya que solo algunos de ellos (el tomate, el pepino, la lechuga o los claveles) son más tolerantes. Habrá que tener muy presente la calidad microbiológica del agua. Si se sospecha que el agua está contaminada, la cloración es el camino más utilizado para su desinfección por su economía y facilidad de aplicación (hipoclorito de sodio, 2 a 5 partes por millón de Cloro). Es importante hacer notar que el agua, aún teniendo el pH en un rango normal (6.5 a 8.5), puede contener ciertos iones que en concentraciones superiores a ciertos límites pueden causar problemas de toxicidad a las plantas. Esta toxicidad, normalmente ocasiona reducción de los rendimientos, crecimiento desuniforme, cambios en la morfología de la planta y eventualmente la muerte de la misma. El grado de daño que se registre dependerá del cultivo, la etapa de crecimiento en que se encuentre, la concentración del ion y del clima. Los iones fitotóxicos más comunes que están presentes en las aguas de riego son: boro (B), cloro (Cl - ) y sodio (Na + ) . Los síntomas de toxicidad aparecen generalmente en las hojas más viejas (hojas inferiores), como manchas amarillas o secas en los bordes y ápices de las hojas, a medida que el boro se acumula, los síntomas se extienden por las áreas intervenales hacia el centro de las hojas. En términos generales, se considera que una concentración de boro en el agua de riego inferior a 0.7 mg/l no presenta restricciones en su uso; entre 0.7 y 3.0 mg/l presenta moderadas restricciones y sobre 3.0 mg/l presenta serias restricciones. Normalmente los daños se manifiestan primero en las puntas de las hojas, lo que es característico de su toxicidad, para luego desplazarse, a medida que progresa la toxicidad, a lo largo de los bordes. Estas quemaduras de hojas cuando son intensas van acompañadas con caída prematura del follaje. En términos generales, se considera que una concentración de cloro en el agua de riego inferior a 140 mg/l no presenta restricciones en su uso; entre 140 y 280 mg/l presenta moderadas restricciones y sobre 280 mg/l presenta serias restricciones. En contraste con los síntomas de toxicidad del cloro, los síntomas típicos del sodio aparecen en forma de quemaduras o necrosis a lo largo de los bordes de las hojas. En términos generales, se considera que una concentración de sodio en el agua de riego inferior a 60 mg/l no presenta restricciones en su uso; entre 60 y 70 mg/l presenta moderadas restricciones y sobre 70 mg/l presenta serias restricciones. La conductividad eléctrica es ampliamente utilizada para indicar los constituyentes totales que se encuentran ionizados en el agua y está muy relacionada con la concentración total de sales. Una solución conduce la electricidad tanto mejor cuanto mayor sea su concentración de sales, esta propiedad se aprovecha para medir la salinidad en términos de conductividad eléctrica. La unidad para expresar la conductividad es el milimhos por centímetro (mmhos/cm). A continuación una breve tabla de valores de conductividad del agua en los que el cultivo alcanza su máximo rendimiento y tolerancia relativa a la salinidad.
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