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Sarah Michelle Gellar Actriz. Películas más importantes:
Buffy Cazavampiros (T.V.) |
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Ha intervenido en multitud de telefilmes desde que comenzó su carrera en 1981 (tenía cuatro años), y al igual que muchos actores que destacan en la tele últimamente, en su salto al cine también a ella le ha tocado hacer de víctima del psycho-killer de turno. Pero ya había demostrado que no es una Courtney Cox o Neve Campbell cualquiera, con el éxito de la serie de T.V. "Buffy Cazavampiros". Joss Whedom, guionista y máximo responsable de la serie, tomó algunos elementos de la película del mismo título, muy mala por cierto, y creó una serie con terror, romance, y un humor inteligente que no se veía en la tele desde los tiempos de "Luz de Luna". Aunque según él todo el éxito se debe a la energía y el carisma de la actriz. Al finalizar la última prueba de selección, Sarah le dijo: "Bueno, ya sé que no está en el guión, pero practico el Taekwondo desde hace cuatro años, y soy cinturón marrón. ¿Sería eso de alguna utilidad?". Habían encontrado a la actriz perfecta, y los vampiros no sabían lo que se les echaba encima (existía un precedente en la simpática producción de la Hammer titulada Kung-Fu contra los siete vampiros de oro "The Legend of the Seven Golden Vampires"). Buffy no sólo dará saltos enormes y repartirá unas excelentes tortas, sino que improvisará con cualquier objeto que tenga a mano, por inofensivo que parezca, para atravesar a sus enemigos.
- Buffy, tendremos que distraerles de alguna manera. ¿Qué vas a hacer? - Les voy a matar a todos. Eso les distraerá. En uno de los episodios, dos vampiros andan persiguiendo a Buffy, que está muy ocupada luchando contra una invasión de ladrones de cuerpos (todos los alumnos y profesores del instituto están siendo poseídos). En el sótano, uno de los vampiros cae por un agujero, justo en las fauces de un monstruo viscoso, que es el origen de la invasión, y es devorado. El lovecraftiano monstruo agarra a Buffy con uno de sus tentáculos, arrastrándola, y nuestra heroína desaparece. Para salir a los pocos segundos, cubierta de una sangre negra y asquerosa, con un hacha en la mano (a Peter Jackson le sonaría de algo esta escena). El otro vampiro que quedaba la mira alucinado, ¡y sale huyendo a toda pastilla! En otra ocasión, los malos han secuestrado a Angel, un vampiro muy guapo del que Buffy está enamorada: - Ya estoy harta. Pueden atacarme, pueden enviar asesinos a por mí; eso no me importa. ¡Pero que nadie se meta con mi novio! Y efectivamente, Buffy salvará a Angel, justo antes de que sea sacrificado en un rito satánico. La chica salvando al chico. Una gozada. Por cierto, que anteriormente Angel había sido torturado, con el torso desnudo y atado a la cama, por una vampira muy mala (una escena sadomaso en una serie juvenil, no está nada mal para la puritana sociedad americana). Aunque muchas veces se suele quejar del efecto que producen todos estos contratiempos en su vida social, es innegable que Buffy disfruta enormemente con su trabajo. No hay más que ver cómo se ensaña con sus víctimas cuando está enfadada por cualquier motivo, o cómo se sienta en un parque oscuro y solitario, y susurra: "vampirooos... ¿dónde estáaais?".
Las últimas pelis de Sarah continúan en la línea de cine para adolescentes, aunque sea en géneros diferentes: La comedia Seducción a la carta, y Cruel Intentions, una versión de Las Amistades Peligrosas con acné. Pero Sharon Stone también tuvo que hacer muchas pelis cutres hasta que le vimos dándole una paliza a Arnie en Desafío Total, y nos dimos cuenta de que esa chica iba a llegar muy alto. Ahora pienso lo mismo, y me encanta que a Sarah no le moleste la etiqueta de heroína de acción. Cuando el star-system le ponga las manos encima, no se dejará convertir en una nueva Julia Roberts. De momento seguiremos disfrutando con los nuevos episodios de Buffy que continúan rodándose. Mimosín 1-Septiembre-99 |
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'Buffy the Vampire Slayer' (1997)
