Garabatos
Karina Zanini
Estos garabatos surgieron a partir de dos situaciones.
UNO: Una joven de 13 años es derivada al chalet de Salud Mental del hospital Eva Perón por el servicio de
Pediatría del lugar. El diagnóstico: anorexia, que produce amenorrea primaria y una anemia que los médicos
no pueden, aparentemente, revertir. Ella relata que come porque su madre le da, le insiste. Para su madre la
comida es muy importante. "No como porque no tengo hambre. Me parece que a mí no me gusta la comida".
"¿Qué te gusta?" "Milanesa, pollo, papas fritas". Juega al tutti-frutti en la entrevista, es otra de las cosas que
le gustan mucho: "Color:turquesa; Marca: Turimar; Calle: Tierra del Fuego; Animal: toro; Comida: tortilla;
Cosa: torta. Lo que demuestra es una indiferencia por comer. Come pasivamente, sólo porque le insisten. Se
deja alimentar pero no se nutre. Come pero una anemia grave la consume.
DOS: Una adolescente de 15 años, anoréxica, está internada en una clínica psiquiátrica de Rosario.
Debe, según ella, hacer 5 horas diarias de abdominales; por lo que falta a las sesiones con la psicóloga que le
asignaron o deja de lado cualquier otra cosa. Las horas de gimnasia no pueden interrumpirse. Los psiquiatras
del lugar se asombran de que pueda moverse, dado su aspecto y su estado de desnutrición. A causa de una
hiposfimia en la paciente se llama a una empresa de emergencias. Cuando llegan los médicos, la joven sufre
un paro cardíaco. Estos no quieren intentar la resucitación porque creen que no tiene sentido. La psiquiatra
insiste en que no pueden dejarla morir, y menos aún teniendo el desfibrilador en la mano. Ellos responden
"¿para qué salvar ESO? ya está muerta desde antes, no vale la pena, mirá lo que es, es un esqueleto". La
ambulancia se retiró dejando el cadáver en la cama tal como lo habían encontrado.
Trataré de trabajar, a partir de esto, la relación con la Cosa y el vacío en la anorexia. Voy a partir
de Antígona porque creo que el efecto que produce es muy similar al que genera la anoréxica, aunque la
causa es diferente.
Dice Lacan de Antígona "... más allá de los desarrollos moralizantes, es ella quien nos fascina, con
su brillo insoportable, con lo que tiene, que nos retiene y que a la vez nos veda en el sentido de que nos
intimida; en lo que tiene de desconcertante esta víctima tan terriblemente voluntaria"1. La intimidación es,
junto al disfraz y al camuflaje, uno de los aspectos del mimetismo. La intimidación paraliza o espanta sin que
ese espanto esté justificado por un peligro correspondiente. Entraña, dice Lacan, "la sobrevaloración que el
sujeto intenta alcanzar en su apariencia. Pero esta imitación, esta reproducción de una imagen es una función
que se apodera del sujeto"2. El mimetismo en el animal es análogo, agrega, a lo que en el ser humano se
manifiesta como arte o pintura.
Es posible hacer válidos estos comentarios para la anorexia. Se trata, de algún modo, de apariencia,
también de arte o pintura, de fascinación y de lo insoportable de ver. ¿Para quién? Dice Lacan: "el Coro son
ustedes, la gente que se turba"3. Dolto decía que es muy difícil trabajar con una anoréxica de 35 kilos y no
intentar hacerla comer. Entonces, lo que plantea es que es muy difícil no correrse del lugar de analista y muy
fácil ocupar un lugar materno. Es ir por la vía de "lo hago o lo digo por tu bien".
La primera demanda, la del Otro primordial es "viví". La contrademanda es dejarse nutrir. Este
lugar materno es el que refuerzan y extreman las instituciones que trabajan con anoréxicas, o mejor dicho,
instituciones que luchan contra la anorexia. Allí se trata de que coman, de que no hagan dieta nunca más, que
los espejos sean tapados, velados para que no se miren en ellos y, fundamentalmente que digan "soy
anoréxica" y que no tengan modo de olvidarlo. La idea es que la anorexia es una enfermedad de la que
pueden curarse los síntomas y, por eso, si infringen alguna de las "reglas", recaerían. Quisiera citar un
fragmento de una carta, aparecida en el suplemento Rosario/12 del día 25 de noviembre de este año. "Estar
en Aluba fue más terrible que la propia enfermedad. Todo gira en torno de un reglamento que te prohíbe
cuestionar órdenes, no permite tratar temáticas como la sexualidad o la política, comer más o menos de la
comida que te dan, de lo contrario sos una mala influencia o alterás el orden. Yo no concibo que para hacerte
comer te tengan que agarrar de los brazos, empujar la cabeza para atrás, otro te abre la boca y otro te mete el
tenedor. Si fallás en algún punto del reglamento vas a 'la pesada', que es un lugar aparte donde vas castigada.
Si en 'la pesada' te resistís vas a 'la semipesada' y si ahí no te pueden controlar vas a 'la superpesada', donde
ahí estás sola pero acompañada por una persona siempre con vos que te sigue a todas partes, sobre todo al
baño para que no vomites, sin que le importe de qué sexo sos. Allí no podés emitir palabra y nunca te dejan
sola. El mensaje para los padres es que si salís de Aluba te morís, entonces en la desesperación ellos cumplen
con todo lo que les piden".
En efecto, es desesperante esta idea de una gravedad tal que puede llevar a la muerte y que el
"enfermo" aparentemente no percibe. Escuchamos frecuentemente que "hacen dieta para estar más flacas y de
pronto sin darse cuenta y sin aceptarlo, están enfermas". El Coro en Antígona dice que el hombre no llegó a
desembarazarse de la muerte pero encontró la huída en las enfermedades.
Me pregunto: ¿esta necesidad de llamarlas enfermas tiene alguna relación con la muerte? ¿Puede
decirse que en ese cuerpo algo de la Muerte se presentifica y esto es lo que causa horror, rechazo o actitudes
represivas?
La anoréxica parecería ser entonces una "muerta entre los vivos". Se trataría de una "muerte vivida
de manera anticipada, muerte insinuándose en el dominio de la vida, vida insinuándose en la muerte"4.
Planteado de esta manera sería prácticamente decir que lo que quiere es morir, o lo que es lo mismo, que se
trata de comida. Cuando se trata de que la anoréxica puede morirse pero no puede faltarle al Otro (la madre),
al decir de G. Raimbault.
Situaría a la anoréxica como anamorfosis de la Cosa. La anamorfosis aparece en la pintura y ésta,
dije, es lo análogo, en el hombre, al mimetismo animal. "La anamorfosis es un uso invertido de la
perspectiva"5. El objeto de la anamorfosis es algo prohibido, interdicto, que no se puede ver, algo que está
allí como trompe l'oeil, está para hacer caer en la trampa al que mira. La Cosa como tal no puede aparecer
porque carece de representación, pero "la anamorfosis permite delimitarla, presentificarla y ausentificarla a la
vez"6. De lo que se trata es de la aparición del espectro fálico y, es eso lo que fascina. Dice Lacan: "Los
artistas se sirven del descubrimiento de las propiedades de las líneas para hacer resurgir ALGO que esté allí
donde uno no sabe ya qué hacer, hablando estrictamente, en ningún lado"7. Y enseguida: "cuando hablo de la
Cosa hablo de algo"8. Creo , entonces, que en la anorexia no se trata de comida, se trata de arte. El arte es la
Verdrängung de la Cosa, es el modo de organización alrededor de ese vacío. Si se trata de arte, se trata de la
construcción de un vacío, al modo del alfarero con el vaso.
La anoréxica construye, crea un vacío; pero no puede ir más allá, ese vacío no está ocupado por
la falta. El vacío es in-corporado, in-corpóreo. En la anorexia este vacío se sostiene con el cuerpo, a costa de
él (así como la distancia con la Cosa). Dice Liliana Baños: "Si no hay un lugar para inscribir una falta en lo
simbólico, no habrá 'cuerpo propio', y deberá sostenerse esta falta en lo real: laxantes, diuréticos, vómitos,
formas diversas de crear vacíos"9.
En el seminario "Los cuatro conceptos...", cuando trabaja la mirada como objeto a, Lacan dice que
como encarnación ilustrada del menos fi "el sujeto está como anonadado, y que la mirada ha de ser buscada
aún más allá"10. La mirada como tal, en su función pulsátil y desplegada, se distingue del símbolo fálico, del
espectro anamórfico. Luego dice que "el a vale como símbolo de la falta, es decir, del falo, no en tanto tal,
sino entanto hace falta. Por lo tanto, ha de ser un objeto: 1) separable y 2) que tenga alguna relación con la
falta". "A nivel oral el objeto es la nada en tanto el sujeto se destetó de algo que ya no es nada para él y en la
anorexia mental el niño come esa nada"11. Entonces, la anoréxica es la encarnación del menos fi (- ) y,
queda así antes del dominio de la pulsión, en un punto anterior de la separación del a como símbolo de la
falta, anonadada (sosteniendo esta nada con el cuerpo). Si a no, nada da.
Si no hay dominio de la pulsión, si ésta no está articulada, no hay registro de lo histórico, de lo
fechable. Lacan dice que Antígona representa por su posición ese límite radical que mantiene el valor único
del ser (ser de lenguaje). Y que ese ser está separado de todas las características del drama histórico que
atravesó, que ese es el límite alrededor del cual se sostiene Antígona. Yo leo que el agujero alrededor del que
se sostiene, aquella de la que sólo se habla como la chiquilla, es su historia. Pensaba en que no se habla muy
comunmente de anorexia sino que se dice la anoréxica. ¿Podemos pensar que ella construye la anoréxica
como el amor cortés la Dama? Quizás crea LA ANOREXICA como se crea una obra de arte, y esta creación
funda en el mismo acto el vacío, vacío que contiene su drama histórico.
La chiquilla va más allá, enfrenta la Cosa. La Dama es del orden de la sublimación es un objeto
elevado a la dignidad de la Cosa. La anoréxica es arte, Verdrängung y anamorfosis de la Cosa, pero no es
sublimación y tampoco un síntoma. La anamorfosis es lo único que puede hacer para sostener una distancia
con la Cosa.
Se hace cuadro anamórfico. "Como sujetos, el cuadro nos convoca, literalmente, y en el caso de éste
nos representa como atrapados"12.
La operación posible en la dirección de la cura sería separar el menos fi (- ) del a. Si el falo aparece
en la imagen recortándose por su ausencia y en ese lugar está ubicado el objeto a, ella está en posición de a
que completa al Otro primordial. La vía posible sería producir la operación sujeto a partir de la articulación
de la pulsión. En este sentido se produciría la aparición del objeto constituido como perdido, quedaría el
resto de esta operación y se sostendría como sujeto representado por un significante para otro significante en
una cadena.
El analista para operar como tal sólo puede estar del lado del sujeto. Si está del lado del Otro, le
pide que coma; pero si se posiciona del lado del Ser, sólo puede sostener ese no comer.
Es decir, que la vía no es hacerla comer, pero tampoco no hacerla comer o decirle que no importa.
Porque se trata de sostener una posición ética y no un discurso moralizante. En este sentido, estar del lado del
sujeto implica estar allí, no fascinado, espantado, sino escuchando un decir. Decir que irá constituyendo un
cuerpo que no sea borde de un vacío en lo Real sino imagen de un cuerpo, decir que anudará significantes de
un sujeto.
"Comé", "no comas si no querés", "no importa si no comés", "¿qué comiste hoy?". Palabras de un
Otro del que la anoréxica intenta recortarse, palabras que insisten en que hay que comer para vivir cuando
ella trata de sostenerse en Otra Cosa y a la vez muestra que no se trata de comida, ni siquiera de comer o no
comer.
No se trata de comida también quiere decir que no se trata de sostener la vida como un valor fálico
cuando para ella ni siquiera la muerte lo es.
Me ocupé hasta aquí de la anorexia pensándola como un punto de detención en la estructuración y
no como un síntoma. Si, por una parte, estas madres no pueden soportar la idea de no poder dar todo a sus
hijas y, por otra, cada llanto o grito es significado como hambre y respondido con comida, me preguntaba si
esta detención está relacionada con una falla de la sanción simbólica. Así, el alimento es sólo comida, no es
algo que puede causar placer, no es don de amor. La plenitud de sentido que porta la comida parece abrirle
sólo dos posibilidades: todo o nada. En este sentido planteaba al analista del lado del sujeto, escuchando un
decir; esta escucha permitiría sancionar, por la vía de la ambigüedad significante, la incompletud del Otro.
Para terminar, quería hacer una breve mención a la posición del analista frente a una anorexia que
aparece como síntoma en una histeria. En estos casos, las puntuaciones anteriores no serían válidas, excepto
una, a saber: no se trata de hacerla comer. Concluiré con dos situaciones que ejemplifican, a mi parecer, este
punto, ya que muestran los efectos producidos por el anhelo del analista de que esas pacientes se alimentasen.
Dejo la palabra a Josef Breuer y a Sigmund Freud:
UNO: Dice Breuer de Anna O.: "Si ya antes había tomado mínimas porciones de alimento, ahora se
rehusaba por completo a comer; pero permitió que yo la alimentara, de suerte que su nutrición fue en rápido
aumento. Después que se le suministraba comida, nunca omitía lavarse la boca, y lo hacía también cuando
por una razón cualquiera no había comido nada -un signo de cuán ausente se encontraba. (...) Debí partir de
viaje y cuando regresé varios días después, hallé muy empeorada a la enferma. Se había abstenido totalmente
de comer durante ese tiempo, sentimientos de angustia la anegaban, en sus ausencias alucinatorias
proliferaban figuras terroríficas, calaveras, esqueletos"13. Tiempo después: "Su estado mejoró en líneas
generales; se podía alimentarla, dejaba que la enfermera le llevara la comida a la boca; sólo al pan lo pedía, y
luego lo rechazaba tan pronto tocaba sus labios14.
DOS: Nos cuenta Freud acerca de Emmy von N.: "Interpelada por su poco comer, respondió que no
estaba acostumbrada a tomar más, y aún le haría daño; sostuvo tener la misma naturaleza que su difunto
padre, quien igualmente había sido de poco comer. (...) me propuse hacerle aumentar la ingesta de alimento.
Si bien no presentaba una delgadez llamativa, me pareció que alguna sobrealimentación era deseable". Bajo
hipnosis: 'Lo haré porque Ud me lo demanda, pero le anticipo que será para mal, porque mi naturaleza lo
rechaza, y mi padre era igual'". Al día siguiente: 'Yo se lo había dicho. Ahora se han perdido todos los logros
que tanto tiempo y tantas penas nos llevó conseguir'. (...) cuando poco después quise dormirla la hipnosis
fracasó por primera vez; y por la furiosa mirada que me arrojó supe que estaba en plena rebeldía y que la
situación era muy seria"15.
NOTAS
1- J. Lacan. El seminario: La ética del psicoanálisis, libro 7, pg 298.
2- J. Lacan. El seminario: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, libro 11, pg 107.
3- Idem nota 1, pg 303.
4- Idem nota 1, pg 299.
5- Idem nota 2, pg 99.
6- Idem nota 1, pg 174.
7- Idem nota 1, pg 168.
8- Idem nota 1, pg 169.
9- L. Baños. El hambre y el cuerpo (la anorexia mental), pg 158.
10- Idem nota 2, pgs 95-96.
11- Idem nota 2, pg 110.
12- Idem nota 2, pg 99.
13- S. Freud y J. Breuer. Estudios sobre la histeria (1893-95). Caso Anna O. pg 52.
14- S. Freud y J. Breuer. Estudios sobre la histeria (1893-95). Caso Anna O. pg 55.
15- S. Freud y J. Breuer. Estudios sobre la histeria (1893-95). Caso Emmy von N. pgs 100-1.