Oftalmología.- Es el caso de una operación de
cataratas. Dado que por el método intracapsular se elimina todo el cristalino, y que por el método extracapsular o por facoemulsificación, hay muchos casos en que la cápsula posterior se rompe, resulta imposible colocar una lente de cámara posterior. Para ello, hay que fijar la lente por medio de suturas que se pasan a través de la esclera. Este metodo tiene muchos efectos indeseables.
Con el método que aquí se expone, fijación de la
lente por fuerza electromagnética, todos los problemas que
pueden plantearse quedan obviados.
- ANTECEDENTES:
El uso de fuerzas electromagnéticas (imanes) en
oftalmología, solo ha sido y es empleado por contacto
directo para la extracción de cuerpos extraños. No existe
en la literatura médica nada que se parezca siquiera al
método que aquí se expone.
En los primeros años de la oftalmología quirúrgica,
en el caso planteado, se extraía la totalidad del
cristalino; era la llamada extracción in toto o extracción intracapsular, tras la cual se ponía
una gafa gruesa de muchas dioptrías.
Posteriormente se comenzaron a utilizar lentes
intraoculares que se colocaban en la cámara anterior, pero
surgían complicaciones de etiología variada a nivel
irido-corneal.
En una tercera fase, la actual, se practica la
extracción extracapsular, es decir, conservando al menos la
cápsula posterior del cristalino, y ubicando la lente en su
interior, de forma que la cápsula impide la caída de la
lente (luxación) hacia atrás, a la cavidad vítrea (interior
del ojo). La complicación puede surgir cuando por cualquier
causa (traumatismo) se rompe la cápsula posterior; la lente
se queda sin apoyo y puede luxarse a cuerpo vítreo.
Si por traumatismo, o cualquier causa, se ha perdido
o no disponemos de la cápsula posterior, el único método
existente consiste en fijar la lente mediante suturas, las
cuales han de atravesar el ojo a nivel de la ora serrata.
Hay que pasar una aguja de parte a parte del ojo, con el
hilo de sutura correspondiente. Mediante varias maniobras,
se saca la parte central de la sutura por una pequeña
abertura en la córnea, a nivel del limbo corneal. Una vez
exteriorizada la parte central de la hebra, se secciona y
cada una de las dos partes se anuda a uno de los dos
hápticos de la lente. Tirando de las dos partes finales de
la sutura, que han quedado exteriorizadas a nivel de la ora
serrata, se introduce la lente en cámara posterior, tirando
primero de uno de los extremos y luego del otro, para
centrar la lente en área pupilar. Ambos extremos del hilo
se fijan mediante varios nudos quedando "enterrados" en una
pequeña escotilla escleral que se ha practicado
previamente.
El método es laborioso y peligroso para el ojo, por
su agresividad, pues se atraviesan con la aguja la esclera,
y la coroides, y además por ambas partes del ojo (superior e
nferior.
DESCRIPCION DEL SISTEMA OBJETO DE PATENTE
El método consiste en fijar la lente mediante
magnetismo. Para ello, se necesita colocar en los dos
apoyos (hápticos) de la lente, (o en los polos si se trata de
una lente de silicona) un fragmento de níquel, o cualquier
otro metal, o aleación ferromagnética, y un pequeño imán
permanente cubierto de níquel u otro material biocompatible,
en puntos diametrales del globo ocular, a nivel de la ora
serrata, y enterrados en sendas pequeñas esclerotomías, a
nivel del sulcus. Al introducir la lente en cámara
posterior y aproximarse el polo de la lente a uno de los
imanes, dicho polo queda sujeto por la fuerza que el imán
produce en la partícula de níquel del polo de la lente.
Seguidamente se introduce el otro polo, que quedará
igualmente fijado.
El material ferromagnético acoplado a la lente, debe
ser biocompatible, o estar embutido en material
biocompatible.
VER IMAGEN 1
DESCRIPCION DE LA NOVEDAD
En primer lugar, evitamos la dependencia de la
conservación e incluso de la propia existencia de la cápsula
posterior del cristalino. Con la fuerza de los dos imanes,
no necesitamos un apoyo físico, material, generalmente dado
por la cápsula posterior del cristalino. Por otro lado, la
lente estará en la línea imaginaria de unión de los dos
imanes, con lo que tenemos la lente EXACTAMENTE en el lugar
que queramos, dependiendo de dónde coloquemos los imanes en
la parte más superficial del ojo, en concreto a nivel del
sulcus.
Reducimos la probabilidad de error humano, dado que
no es necesario que el cirujano coloque la lente, pues ésta,
merced a la fuerza magnética de los dos imanes
diametralmente opuestos, se coloca en su sitio
prácticamente sola, evitando exigir al cirujano una
precisión casi absoluta. El cirujano no tiene más que
iniciar la maniobra de colocación de cada polo, y los imanes
hacen el resto.
Evitamos igualmente de forma absoluta, dado que los
imanes pueden tener la potencia que deseemos, la posibilidad
de que la lente caiga al cuerpo vítreo, (con toda la
complicación posterior inherente a su extracción), ni
siquiera con un traumatismo fuerte, dado que la fuerza
magnética es o puede ser tan elevada como queramos.