Esta historia, tal cual sucedió hace unos años, la envié a Ciudad Digital que por entonces pedían que todos aquellos que tuvieran algo para contar y que hubiera sucedido a través de Internet, que recién empezaba la comunicación virtual, la hiciéramos llegar y selección mediante, las irían publicando. Y así fue que un día me
  llamaron de Canal 13 y me citaron para hacerme una entrevista primero, y al otro día una sesión de fotos la 
cual se realizó en la Plaza Congreso, y finalmente. la historia tal cual la leerán
ahora, salió publicada en la web de Ciudad

  Graciosamente, la historia trajo bastante cola, me escribió mucha gente, la gran mayoría en desacuerdo 
con el final de la misma...

 Con el tiempo, me llamaron de otros canales de TV, donde fui y nuevamente conté la historia. La última vez fue hace dos años en el programa de Teto Medina, TetoNet, de la cual felizmente me quedó un video digital de recuerdo... Cuando lo encuentre, que no sé donde lo guardé, lo pondré en 
esta pagina por sí alguien no tiene nada mejor que hacer y desea verlo aunque sea para reírse
 un poco de todas estas locuras que 
mal que mal le ponen la pizca de sal necesaria la vida

Lisette


 



" Un mail en mi programa de correo y un nombre, Lisette. Mi personaje de esta semana. Una mujer con ganas de conocer a alguien. El chat como lugar de encuentro. Un marroquí en Casablanca. Y el destino. De avance cinematográfico. Clisheé si se quiere. Pero nada de fotogramas, nada de subtítulos, cero montaje. Realidad pura. 
Otoño con sol. Una mañana libre para ella y la promesa de un buen relato para mí. Voy a Plaza de Mayo. Lisette 
esta sentada en un banco, leyendo. Recortada en un paisaje de recuerdos vivos. Como los suyos. Que afloran 
casi sin esfuerzo. Sin hacer memoria. Los que se hacen voz apenas me ve. En este mismo instante.


 
Empecé a chatear en un shopping. Desdee el principio me intrigó muchísimo saber cuál era el raro encanto que 
   tenía el chat, que enganchaba a todo el mundo.  Siempre tuve la teoría de que el atractivo tenía que ver con que es 
   un lugar donde la gente escucha lo que quiere escuchar y por  el otro te dice lo que sabe que querés oír. Es que ahí
   dentro no hay ningún otro anclaje más que la palabra, entonces necesitas establecer un vinculo rápidamente. Si en 
   las primeras frases entre dos personas no hay ningún tipo de coincidencia la relación   termina ahí. Es como un juego
   en el que todos se van siguiendo la corriente. Después llega   un momento en que la relación o se diluye porque la
    realidad es muy diferente o efectivamente empiezan a aparecer las coincidencias reales y se entabla un vínculo.

    Lo que estaba buscando cuando me senté por primera vez a chatear era un ideal amoroso.

 
 

 


  
  Fue el  espíritu romántico lo que me llevó al chat.Una vez estaba chateando en el canal Francia y  entra un tal 
  Idoamed que empieza a hablarme en francés. Me dice que es Marroquí y que vive en  Casablanca. Casi me muero. 
  A partir de ahí para mí todo comenzó a ser en "blanco y negro".

  Desde el principio me decía que le gustaba mi manera de hablar. A mí me pasaba lo mismo.  Me fascinaba el modo
  delicado y suave en el que decía las cosas. Era muy seductor. Muy  romántico. Mandaba fotos, dibujos,etc..



-Yo en el laburo armé toda una
revolución. Imprimía los mails que me mandaba y se los mostraba a mis
compañeras.mail de dos, tres hojas. Con poemas en francés.
Al principio pensé que era todo un juego y participé conscientemente.
Bueno, querés jugar a que somos novios listo, yo juego también. No lo
tomaba en serio. En el chat todos son novios. Pero las preguntas
empezaron a ser más densas y me pareció que nos estabamos apartando
un poco del juego.


De repente empezó a querer saber todo sobre mí y mi familia. Y hacía preguntas muy extrañas. Si mis padres vivían, que edad tenían, cual era su profesión, de que descendencia  eran y cada vez más. Si yo tenía propiedad, cuánto tiempo había entre mi casa y el trabajo. Si era ruta, si iba por subte. Si tenía mi medio de movilidad. Si mi casa estaba alejada.  Si estaba en la campiña o en la ciudad. Y cada vez me fui como preocupando un poco más.

                                                                              
   -Un día me llamó por teléfono para escuchar mi voz. Para ver si 
   era como se la imaginaba. Sonó el teléfono y me dijo bonsoir
   (buenas noches) y me licué. Quedé desmayada. Se me confundía 
   el inglés con el francés. Fue una alegría enorme, porque yo pensé
   que al escucharlo se me iba a caer la fantasía de Casablanca con
   Ingrid Bergman y Humprey Bogart. Pero fue al revés, por que su
   voz era espectacular. Cortó y me mandó un mail diciéndome que la
   emoción que había sentido confirmaba para él lo necesario como
   para pedirme que la relación sea con miras al matrimonio. Yo
   estaba muy emganchada
                                                    
                         

  -Después vinieron más llamados y la pregunta sobre si quería vivir acá o allá. El estaba dispuesto a hacer lo que yo
    quisiera. Si yo iba para allá no iba a tener que trabajar porque él  tenía una librería y además explotaba campos 
    con el padre y los hermanos. Le hablé del tema de la religión porque mis amigas me decían: ‘ojo que estos son
    medio musulmanes’... le dije que era católica y me dijo que no había ningún problema. Que si yo necesitaba nos
    casábamos también por mi religión para que en mi familia no hubiera inconvenientes.
  
 - Era raro esto de pedirme matrimonio por chat. Evidentemente es un tema cultural. Allá los padres arreglan
    casamientos por los hijos. Y los hijos ni se enteran con quien se van a casar. Esto es algo semejante, con la 
    diferencia que es él quien se está jugando. Pero también tiene esta cosa de arreglarlo a la distancia y un poco
    el tema de la la dote y demás.

Lisette se quedó un segundo en silencio. Como intentando un rápido regreso del blanco y negro alcolor. 
     La historia de Marruecos no
tuvo el mejor final para ella. Tampoco para Ingrid ni para Bogart.  
              Y quizás ahí esté el secreto de la magia. De lo
que pudo haber sido. De los momentos 
que
se agigantan con el paso del tiempo. Y nunca se olvidan. Es una posibilidad. Sin embargo no todas las historias son iguales. El chat sigue ahí y Lisette también. Y mientras eso no cambie la magia puede volver. Para abandonar cualquier pantalla y hacerse real. En el instante menos pensado.


 Si querés dejar tu comentario sobre mi histori
lrencor@ciudad.com.ar  

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