El origen de la Ciudad de Rosario, ha sido motivo desde hace tiempo de exhaustivas investigaciones de numerosos historiadores que progresivamente fueron clarificando equívocas concepciones hasta alcanzar, con legítimos e indiscutibles antecedentes, el verdadero principio generador y funcional urbano.
Sin embargo, y en orden al proceso estrictamente físico, la historiografía local no describe satisfactoriamente el origen formal de su organización territorial, a excepción de valiosos estudios particularizados que específicamente han venido desarrollando ciertos investigadores históricos especializados.
Para esclarecer este aspecto, es decir, la génesis de la actual estructura urbana, se ha recopilado sintéticamente en esta monografía, todos los antecedentes existentes, cronológicamente ordenados, como base científica para la descripción y análisis del proceso histórico del origen del trazado urbano del Rosario.
La presente descripción corresponde exclusivamente al proceso inicial a la división del suelo como legítimo hecho fundacional, prescindiendo de las connotaciones sociales y políticas que motivaron la existencia de la Capilla del Rosario como una pequeña aldea rural del Pago de los Arroyos.
2.1. ANTECEDENTES PREVIOS
El actual espacio jurisdiccional de la ciudad, constituía parte de las tierras realengas y deshabitadas que inicialmente fueron entregadas en merced a Luis Romero de Pineda en el año 1689, quien ubicó su estancia "La Concepción" en la desembocadura del arroyo Saladillo entremedio del paraje de Salinas (Arroyo Ludueña) y Matanzas (entre los Arroyos Frías y Seco).
La suerte de la estancia fue breve pues al fallecer Romero de Pineda en 1695, el área pasa a su hija Juana de Pineda de Gómez Recio, quien debió apelar a su hijo mayor Domingo Gómez Recio, para afrontar las deudas dejadas por su abuelo. La explotación de las tierras obligó al joven domingo a asociarse con su cuñado, el capitán Ambrosio Alzugaray, actividad que hacia 1714 experimentara dificultades financieras, las que finalmente sufrieran un serio quebranto con la muerte de este último en el año 1720.
2.2. LA ESTANCIA DE GOMEZ RECIO
Medulosas investigaciones históricas permiten asegurar que Domingo Gómez Recio instaló sus casas y corrales en la parte norte de las tierras que administraba, en las proximidades del camino de carretas o camino real de Buenos Aires a Santa Fe, emplazado paralelamente al río y en las cercanías de un amplio carcavón natural de la barranca o "bajada grande", de cómodo acceso a una extensa y protegida playa.
Formaba parte de la estancia un pequeño oratorio, desde 1724 a cargo del Cura Ambrosio Alzugaray, hijo del capitán, del mismo nombre, y que según Tuella no era sino un rancho cubierto de paja que sirvió de parroquia, en cuyo altar se puso una imagen de N.S. de la Concepción y que, "cambiada esta imagen por la de N.S. del Rosario, el señor cura la colocó en su parroquia y desde entonces se llama este lugar la Capilla del Rosario".
2.3. SUBDIVISION DE LA ESTANCIA r
El fallecimiento en 1740 de doña Juana Romero de Pineda de Gómez Recio, obligó a sus herederos afrontar la sucesión, como consecuencia de la cual parte de las tierras de la primitiva estancia fueron transferidas a Nicasio José de Suero por una deuda pendiente, pero reteniendo Domingo Gómez Recio una lonja de tierra al Norte de la estancia hasta la Bajada Grande por el Sur, con límite en el llamado "mojón de Suero".
Por su parte Suero no demoró en subdividir la tierra en lonjas de Este a Oeste, y venderlas a partir del año 1741 entre vecinos de la Capilla. Las primeras 250 varas fueron compradas por Santiago Montenegro, las siguientes 100 varas por Pedro de Acevedo, las 100 contiguas por Juan de Alzugaray y 60 por José Vergara y otras fuera del área que motiva el presente análisis. (FIGURA 1)
2.4. EL PARCELAMIENTO DE MONTENEGRO
La lonja de Montenegro -en la cual se había afincado en 1724- poseía sin duda, los más valiosos hechos geográficos y culturales del lugar, a saber:
A) Máximo avance del filo de la barranca sobre el río, en el centro de la extensa y amplia curva de su cauce principal, hecho que permitía observar desde un mismo punto las mayores distancias aguas abajo y aguas arriba.
B) Consecuentemente, el camino real en su itinerario paralelo al río, presentaba un pronunciado quiebre de dirección en el lugar.
C) Inmediato acceso a la playa a través de la cercana Bajada Grande.
D) Emplazamiento de la Capilla del Rosario, que fuera parroquia del Curato del Pago de los Arroyos desde el año 1730.
Con su casa y pulpería cercana a la Capilla concurrida crecientemente por los parroquianos del pago, Montenegro concibe el ordenamiento de su tierra a los efectos de posibilitar un lugar estable para el templo en su nueva fábrica y el asentamiento nuevos pobladores, acción que configura indiscutiblemente la génesis urbana de la Ciudad de Rosario.
En cumplimiento de ese objetivo, dona el terreno donde se encontraba la Capilla mediante la cesión de un solar de 94 por 74 varas, ubicado entre el camino real y el deslindo Sur de su propiedad, dejando junto al mismo una calle de 12 varas de ancho.
Para el asentamiento de nuevos pobladores, fracciona también su propiedad en parcelas a lo largo del camino real hacia el Oeste, algunas de ellas detectadas por su testamento del año 1771, aunque hubo otras no especificadas en el mismo. Frente al templo mantuvo un espacio abierto sin donación precisa que sin duda Montenegro concibió como "plaza pública", pues la cita en su testamento sobre "un sitio de 133 varas de frente a la calle que corre a la plaza".
El fraccionamiento de la propiedad de Montenegro constituye una propia acción fundacional urbano del que se desprende la preservación del camino real -actuales calles 25 de Diciembre y Santa Fe - de una nueva calle pública de 12 varas (calle Córdoba) de 36 pies de tercia vara a Similitud de las calles de Mendoza con 36 pies o de Buenos Aires con 11 varas, un solar para el templo frente a una plaza pública (actual plaza 25 de Mayo) de aproximadamente 335 por 437 pies, dimensionado intermedio entre mínimos y máximos dispuestos por la Ley de Indias para una Plaza Mayor (FIG. 2)
2.5. LA CAPILLA DEL ROSARIO EN 1763
El Pequeño poblado que rodeaba la Capilla concluida en 1762, evolucionaba muy lentamente pues los nuevos pobladores se afincaban además en forma dispersa en otros lugares próximos. Sin embargo un pleito pueblerino ha dejado para la historia local un valioso antecedente urbano.
Efectivamente, en 1763 existía en la Capilla del Rosario un portugués llamado Manuel neto Barreiro, que poseía en la lonja de Alzugaray, una quinta que fuera donada en 1758 a Antonia García Piedrabuena casado con Neto Barreiro, edificada con casa de salas y aposento, y además otras Piezas quinta en las que se instaló una tienda, pulpería y tahona. Este vecino de la Capilla practicó una zanja en su quinta, que impidió el libre acceso al templo por las lagunas que se formaban en el camino, por estancamiento de las aguas pluviales. Por esta razón, algunos vecinos del lugar se dirigieron al Teniente de Gobernador y Justicia Mayor don Francisco Antonio de Vera y Mujica para demandar a Neto Barreiro cegar la zanja en cuestión.
Por orden de Vera y Mujica, se encomendó a Pedro Manuel de Arismendi practicar una inspección en el lugar, por la que informa que: "habiendo hecho reflexión ser concerniente para mayor inteligencia de la inspección practicada, especificar el número de casas que se hallan en este paraje de la Capilla que forman como un pueblito, con todo se hallaron cuarenta y nueve ... na hallándose casa formal sino es la santa Iglesia o Capilla y la casa del Maestro de Campo don Pedro de Azevedo, por estar todos los demás edificios puestos como quiera sin regla ninguna, haciendo menosprecio de todos los vientos".
Estudios de reconstrucción urbana basados en el informe de Arismendi, en función de los vecinos y testigos citados, conjuntamente con la distribución de solares referidos en el testamento de Santiago Montenegro de 1771, han permitido arribar a las siguientes conclusiones:
A) La simple estructura urbana de Montenegro permanecía inalterable, pero acusándose un aumento de asentamientos dispersos con dos características esenciales: libremente ubicados sin adquirir el terreno en las proximidades de la Bajada Grande o en los fraccionamientos y subdivisión en lonjas al Sur de Montenegro.
B) Estos últimos se ubicaban sobre el Camino Real de acceso al poblado (calle 25 de Diciembre); de allí la demanda iniciada con motivo de la zanja que dificultaba el tránsito de carretas y carretones, estancándose el agua en la búsqueda de una bajada al río. (FIG. 3).
2. 6. EXPANSION URBANA HASTA 1810
A partir del año 1780 se observa un ligero aumento en la población del a Capilla, apreciable en el número de casas estimadas (FIG. 4) que duplica su cantidad en los últimos 30 años.
Los pequeños problemas urbanos del poblado parecen obedecer a la falta de regulación de su desarrollo, hecho que motiva en 1780 el pedido al Cabildo de Santa Fe, de un agrimensor para delinear las calles, solicitud que no fue atendida pues en 1795 el Alcalde hace saber al Virrey como los desagües de las lluvias habían socavado la calle frente a la Administración de Tabacos (actual equina S-O de las calles Córdoba y 25 de Diciembre). Este hecho bien puede ser consecuencia de la anterior zanja de Neto Barreiro.
Según las investigaciones del Ing. Locatelli, en l802 nace una nueva calle, pues al efectuarse un fraccionamiento en la lonja de Alzugaray sobre el camino antes citado, se formaliza dejando 12 varas para el trazado de una calle. Esta delineación corresponde a la actual calle Rioja, trazada a 150 varas de la calle Córdoba dispuesta por Montenegro en la donación del terreno para la Iglesia. .Se repite así el mismo ancho de las calles dispuestas por Montenegro, y se define el largo de una cuadra en 150 varas como norma común.
El fraccionamiento parcelario por el Sud de la población se realiza progresivamente desde el filo de la barranca hacia el Oeste, observándose a principios del siglo pasado, un fraccionamiento en "esquina" con frente a un camino localizado en el actual encuentro de las calles 1°de Mayo y San Luis, también distanciados en cuadras de 150 varas.
Finalmente, y según las investigaciones del Ing. Locatelli, se han detectado en 1809, fraccionamientos parcelarios en las actuales esquinas de la calle Córdoba con las de Maipu y San Martín al Oeste de la lonja pertenecientes a los herederos de Montenegro, mientras que al Norte, sobre las tierras que correspondían a Gómez Recio, no se producen subdivisiones ni fraccionamientos, a excepción de los asentamientos espontáneos cerca de la Bajada Grande y el Camino al cementerio habilitado en 1810.
En virtud del Estatuto Provisional del 5 de mayo de 18115, los pobladores de la Capilla del Rosario eligirían un elector para nombrar diputado, objetivo que demandó la confección de un padrón de habitantes que fuera minuciosamente confeccionado por el Alcalde don Bernardino Moreno entre el segundo semestre de 1815 y el 12 de enero de 181.
El Padrón del Pueblo del Rosario de los Arroyos levantado ordenadamente casa por casa, permite reconstruir el trazado urbano de ese entonces, en función de las 132 viviendas agrupadas en 15 manzanas.
Partiendo conceptualmente de una racional distribución alrededor de la plaza – en función de ciertas localizaciones perfectamente identificadas – se comprueba la existencia de 6 manzanas circunscriptas por cuatro calles o limitadas por calle y el filo de la barranca, y 7 manzanas adyacentes con uno o dos límites indefinidos.
Consecuentemente se observa la extensión del primitivo trazado de Montenegro hacia el Sur y el Oeste, es decir, la preservación del camino real (actuales calles 25 de Diciembre y Santa Fe) y la prolongación de las calles que delimitan la plaza (calles Buenos Aires, Laprida y Córdoba), a las que se agregan el trazado de nuevas calles (actuales Rioja, San Luis, Maipu y San Martín). (FIG. 5)
En resumen, el trazado urbano de 1815 comprende nueve calles y cinco caminos de acceso con ocho manzanas regulares dispuestas en cuadras de 150 varas.
El proceso formativo del pequeño poblado de la Capilla del rosario, se extiende posteriormente con similar espontaneidad, pero afirmándose los lineamientos iniciales con ciertos principios reguladores que surgen de los hechos urbanos que a continuación se describen.
A) La falta de una delineación de las calles se hizo inicialmente notoria en el año 1780 (2. 6.) a raíz del pedido de un agrimensor que ordenara el trazado urbano hasta entonces espontáneamente desarrollado. Con el correr de los años debió agravarse tal situación, pues las casas se extendían sin calles bien definidas, ni cercos que delimitarán las propiedades, no existiendo disposición alguna que señalara con precisión los límites de1 pueblo que se expandía por tierras incultas. Precisamente este factor incidía en quienes pretendían realizar tareas rurales libres de ganados o de los que deseaban adquirirlas a tal efecto con negativas para la venta. La división de las propiedades también presentaba problemas de ubicación y disputas entre los linderos.
B) El 26 de abril de 1814 el Director Supremo don Gervasio Antonio de Posadas solicitó a las autoridades de provincias y municipios, para que presentaran "proyectos tendientes al desarrollo de la agricultura, la industria, las artes, el comercio, la prosperidad y adelantamiento de los respectivos pueblos, quedando a cargo del gobierno central estudiarlos y decidir".
~. . ~ . -, ~ - - . , , . . .,
C) Haciéndose eco de este petitorio, el teniente cura del Rosario don Tomás Javier de Gomensoro, eleva al Director un plan de fomento agrícola surgido de una "Junta de Amigos del País" creada en la Capilla. En Junio de 1914 agradece Posadas la sugerencia, dándole "las más expresivas gracias por el celo y anhelo que ha demostrado por la prosperidad del país".
D) Simultáneamente Pedro Moreno remite al Director Posadas un plan mas concreto como resultado de una reunión de vecinos celebrada en la casa de Gomensoro y constituida en " Junta de Hacendados". A los efectos de promover la agricultura, propone regular un área para labrantío de 3/4 legua con frente al Paraná y dividir esa superficie en chacras de "cuatro cuadras cuadradas", obligando a los propietarios a vender lo que excediera dentro del "semicírculo formado por la costa".
E) Con fecha 15 de setiembre de 1814 se publicó en la "Gazeta Ministerial del Gobierno de Buenos Aires" el decreto de urbanización, mensura y división de las tierras para la población y laboreo del Rosario. Evidentemente Posadas, después de recibir informes y consultar su Consejo de Estado, aprobó el plan propuesto pero modificando la forma "semicircular" por la de una "figura cuadrada" de 1/2 legua de lado
La lonja que perteneciera a Domingo Gómez Recio al Norte de la propiedad de Montenegro (2.3.) permaneció indivisa luego de heredarla su hijo Isidro y la hija de éste Josefa Gómez Recio casada en 1776 con el Maestro de campo Domingo Correa. Los hijos de Correa, que sucedieron en sus derechos sobre la lonja, gestionaron el 1809 la mensura judicial de los terrenos, sucitándose una controversia con respecto al deslinde Norte, conviniendo de común acuerdo con el vecino en aceptar como mojón divisorio al arbolito o algarrobo "de la Cruz". La lonja de Correa permaneció desocupada –a excepción de algunos ranchos próximos a la Bajada Grande- hasta que en el año 1847, a pedido de los Correa y por disposición del Juez Departamental designara al agrimensor público Antonio Simonín para la mensura de las tierras entre el "arbolito de la Cruz" y el mojón de Suero en el límite con la lonja de Montenegro.
Según esta mensura, la posición real de la lonja de 1515 varas, difería notoriamente de las anteriormente adoptadas desde Montenegro hacia el Sur, por equivocación anterior en la declinación de la aguja magnética en 11°15´Oeste con respecto al Norte verdadero. Años después, en 1850, realizó el Agrimensor Público Raymundo Prat el plano de mensura y división de la lonja de Correa, con una zona urbana dividida en cuadros (ejes de calles) de 150 varas siguiendo el trazado de las calles existentes, y una zona rural subdividida en tres lonjas de 505 varas. (FIG. 8)
La urbanización de Correa constituye el precedente definitorio del proceso histórico del trazado urbano de Rosario, particularmente en cuanto a la orientación y delineación de las calles en concordancia con la estructura urbana existente. Se cumplimentó así, aunque extensivamente, los requerimientos "de un agrimensor para delinear las calles" propuesto en 1780 y 1839. (2.6. y 3.2.)
La subdivisión urbana de la lonja de Correa, que igualaba en superficie a la del poblado existente, facilitó la creciente demanda de solares para la construcción de viviendas, comercios y corralones, duplicándose la cantidad de casas hacia mediados del siglo pasado. (FIG. 7 y 8)
El principio regulador del trazado urbano surge en el año 1858 con la publicación del primer plano de la Ciudad de Rosario confeccionado por el Ing. Nicolás Grondona, en el que se aprecia la extensión de la cuadrícula de calles con manzanas de 150 varas, hasta alcanzar las actuales calles Dorrego y Estanislao Zeballos. Este ordenamiento extensivo supone la continuidad de los fraccionamientos hacia el Oeste y el Sur, hasta el límite controvertido de la superposición de lonjas surgido a raíz de la urbanización de Correa y que fuera resuelto entre propietarios por el "Convenio de las lonjas" del año 1855.
Ese mismo año se inaugura el Monumento a la Constitución ´53 – obra del Arquitecto Demetrio Isola – en el centro de la plaza 25 de Mayo, dispuesto sin ninguna relación con la "mojonera común" del plan de Posadas de 1815.
Recién en el año 1868 se dispone un ordenamiento global o "trazado oficial" para la ciudad, mediante la delimitación de dos boulevares Santafesino y Argentino (actuales bulevar Oroño y avenida Pellegrini) de 40 varas de ancho y una plaza en su intersección de 300 varas de lado, fijando además el ancho de las calles interiores de 16 varas y exteriores de 20 varas.
Estos bulevares o arterias mayores de rodeo, se emplazaron a 14 cuadras al Oeste y al 9 al Sur de la plaza principal, disposición de la que se desconoce el criterio sustentado para su traza, pero que bien pudo ser consecuencia intrínseca de los límites del plan Posadas para el espacio territorial de ¾ legua cuadrada (FIG. 7), o bien hasta donde aún era posible aún sus emplazamientos de acuerdo al arranque de las lonjas en su verdadera posición. (FIG. 10)
Termina así la descripción del proceso histórico del trazado urbano de la Ciudad de Rosario, desde su generación formal en función de la Capilla, el camino real, la plaza y el fraccionamiento del terreno en parcelas para las casas y comercios de los primeros pobladores, extendiendo su estructura a manzanas regulares según cuadras de 150 varas, hasta la definitiva traza de su actual área central. Todo ello formalizado por evolución espontánea sobre la base de una común predisposición de la alineación de sus calles según la primitiva subdivisión de la tierra en lonjas.
FUENTES CONSULTADAS
CARRASCO, Eudoro y Gabriel, "Anales de la Ciudad de Rosario de Santa Fe", Buenos Aires, Imprenta, Litografía y Encuadernación de J. Peuser, 1897.
MONGSFELD, Oscar E. (Director Equipo) y otros, "La Capilla del Rosario de Santiago Montenegro", Trabajo tesis del Simposio organizado por el Centro de Estudio Urbanos del Rosario, C.E.U.R., Rosario 5 de diciembre de 1981.
PEREYRA, M.C., "Orígenes del Rosario", La
acción oficial del desarrollo edilicio, "La capital", junio de 1924.
volver a la página principal del mojón
del arbolito