Diagnóstico de la problemática relacionada con el contenido residual de plaguicidas en los alimentos
Los plaguicidas son un grupo muy amplio de sustancias químicas consideradas indispensables para la producción agrícola moderna y el control de cualquier plaga que afecte la producción o salud humana y animal. Se estiman que existen unos 1,500 principios activos de plaguicidas y alrededor de 60,000 preparados comerciales. Solo 10 empresas producen más del 70% de todo el volumen mundial. Se calcula que el valor de la producción de estas substancias es de unos US$30,000 millones por año (Murray, D., 1994). Asimismo, se ha calculado que alrededor del 30-35% de la producción mundial de plaguicidas están destinadas a los países en vías de desarrollo. Algunos autores reconocen de que muchos de los plaguicidas exportados a estos países y específicamente a Centroamérica, han sido prohibidos o restringidos en los países productores, por considerarlos peligrosos para los ecosistemas y la salud pública de sus ciudadanos.
Existen estudios clínicos realizados en varios países donde se ha correlacionado la utilización de los plaguicidas con la causalidad de la enfermedad del cáncer, donde algunos plaguicidas organoclorados tienen una vinculación entre la exposición al mismo y la formación de tumores (OPS/OMS, 1995). Si la detección de las enfermedades agudas por plaguicidas continúa siendo un problema, lo es mucho más el relativo a los efectos de la exposición crónica. Son pocos los compuestos para los que puede establecerse una relación clara de causalidad entre exposición y cáncer
¿Cómo estamos?
Panamá ocupa el primer lugar en la región en cuanto a la cantidad de plaguicidas por habitante y hectárea cultivada, y el segundo lugar en término de kilogramos promedio por trabajador agrícola. En Panamá se importan al menos 450 diferentes marcas de plaguicidas, de los cuales un tercio son insecticidas y el resto herbicidas, fungicidas y abonos. El consumo anual promedio es de 3 kilogramos por cada habitante del país. Esa cantidad supera en más de seis veces el promedio mundial y está casi tres veces por encima del consumo del conjunto de países de Centroamérica (Wesseling y Castillo, 1992).
Es posible que en Panamá el consumo de plaguicidas se incrementé en la medida que se mantengan el modelo agroexportador fundamentado y la deficiente aplicación de políticas nacionales sobre protección sanitaria a las sustancias peligrosas.
Los consumidores tienen derecho a ser protegidos contra aquellos alimentos y procesos de producción de alimentos que son peligrosos para la salud y/o la vida humana. Para ello los gobiernos han fijado normas alimentarias nacionales e internacionales. Como es el caso de la Comisión Codex Alimentarius que se encarga de fijar normas alimentarias internacionales que deben ser acogidas por los gobiernos nacionales.
El marco legal de Plaguicidas en Panamá esta dado por el Decreto Ejecutivo Nro. 19 que reglamenta el artículo 70 de la Ley Nro. 47 de 1996, donde se establece que el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) y el Ministerio de Salud (MINSA)", coordinaran el reglamento del uso de plaguicidas. Por un lado el MIDA, se compromete a velar por la calidad, disponibilidad y el uso apropiado de los plaguicidas para garantizar el patrimonio agrícola nacional; y por otro el MINSA, le corresponde vigilar por la salud de la población panameña y del ambiente, y determinar los factores de peligrosidad de los plaguicidas para uso en la agricultura.
De igual manera la CICLAC, que tiene la función y atribución de denunciar, ante las autoridades sanitarias competentes, la venta o distribución de productos que representen un riesgo o peligro para la salud de los consumidores. De igual forma, la CLICAC está facultada para conocer de las consultas que sometan a su consideración los consumidores que se vean afectados por prácticas abusivas a los derechos del consumidor o por conductas que restringen la información para la libre elección de los productos del mercado.
Residuos de los plaguicidas en los alimentos
De acuerdo a un estudio del Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá (IDIAP), emitido a inicios de 1997, se advierte que el uso descontrolado de plaguicidas en el agro "esta provocando muertes por causas difíciles de definir" entre asalariados y campesinos. Este estudio ha contribuido para que el MIDA, en uso de sus facultades legales, decidiera en septiembre de 1997, a través del Resuelto No. 074-ADM, la prohibición, registro, importación, fabricación, formulación, comercialización y utilización en la agricultura nacional de 61 clases de plaguicidas altamente tóxicos que hasta entonces habían sido utilizados en la producción nacional y cuya comercialización había sido prohibida internacionalmente.
Hay algunos estudios que indican la presencia de residuos de plaguicidas en substratos ambientales, peces y crustáceos. En la década de los setenta se encontraron residuos en carne y en leche de vaca, aunque en rangos permitidos. A inicios de los ochenta, se encontró residuos en arroz sin pilar y en frijoles (De Pinto, Artemis, 1981). Lamoth, ha reportado mortandad de peces, cangrejos, grillos, tortugas, camarones, etc., asociadas a la contaminación ambiental por plaguicidas (Lamoth, 1992).
En 1988, se investigó la presencia de residuo de plaguicidas en grasas de cerdo, bovinos, pollo, queso, mantequilla, huevos, margarinas y algunas legumbres encontrándose entre HCB, lindano, clordano, heptacloro, epóxido y DDT, pero en límites permitidos (Espinosa, J. 1988). No obstante, el mismo estudio advierte que es necesario realizar controles sobre los residuos de los alimentos que son ingeridos por la población a fin de proteger al consumidor y garantizar la calidad para la exportación de los productos agropecuarios.
El estudio más reciente que conocemos de residuos de plaguicidas en alimentos es el de Rodríguez, J.A. y Lamoth, L. (1994) en el que se examinaron 229 muestras de 32 cultivos de las provincias de Coclé, Chiriquí, Herrera, Los Santos, Veraguas y Panamá. Los análisis, que se realizaron en el Laboratorio de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura de Costa Rica, indicaron que el 22% de las muestras contenían residuos de plaguicidas y el 20% de estas presentaron violaciones a las normas internacionales. Más grave aún, algunos de los plaguicidas encontrados están prohibidos en el país, como el DDT, dieldrín y HCB. No hay explicación de su presencia en alimentos, ya que no hay registros de importación reciente de estos productos.
Metodología Aplicada
Desde 1999, la CLICAC ha participado intensamente en conjunto con otras instituciones gubernamentales en la realización de inventarios de agroquímicos y en la verificación de la fecha de vencimiento y del rotulado en idioma español, tal como lo establece el artículo 31 de la Ley 29. También, en cumplimiento de sus funciones, ha recibido innumerables denuncias y quejas interpuestas por consumidores preocupados por los efectos adversos que causan los residuos de plaguicidas.
Para resolver las interrogantes expuestas por los consumidores, y en base a la literatura técnica y la bibliografía disponible, la CLICAC decidió en diciembre de 1999 iniciar una investigación integral orientada a documentar los hechos acreditados, informar a los consumidores sobre los peligros de los plaguicidas residuales, y realizar los análisis de contenido residual en laboratorios certificados.
Para tal propósito:
De acuerdo a un informe del IDIAP, en un taller sobre agroecotoxicología de los plaguicidas realizado en junio de 1997, se concluyó que entre los problemas críticos de mayor connotación en Panamá está la escasez de monitoreo y estudio del destino de los residuos de plaguicidas en los alimentos.
Los consumidores deben tener garantías de que los alimentos y los procesos de producción no pongan en peligro la salud o la vida. Las enfermedades transmitidas por los alimentos constituyen un gran riesgo para la salud: diarrea, gastritis crónica, intoxicaciones, infertilidad, ceguera, atrofia del sistema nervioso y otros males físicos incurables, se han detectado en personas que ingieren alimentos con un alto contenido residual de plaguicidas.
Los riesgos para la salud del uso de productos químicos en la alimentación, no se limitan sólo al consumo de alimentos con residuos de plaguicidas, sino también puede involucrar efectos cancerígenos en el sistema inmunológico de los agricultores a través de la aplicación directa de los plaguicidas en el almacenamiento y en el medio ambiente. Para proteger a los consumidores contra los alimentos peligrosos que constituyen una amenaza a la salud, es necesario que se haga un llamado a las autoridades responsables para que:
Asimismo, asumir conjuntamente y de manera responsable todos los estamentos públicos, la empresa privada, y la sociedad civil, acciones urgentes con el fin de garantizar la seguridad alimentaria y la salud de todos los panameños.
Bibliografía
Jenkins Molieri,
Jorg. Plaguicidas, Salud y Desarrollo Sostenible en
Centroamérica. Los Desafíos de la Salud Ambiental.
Cuadernos de la Representación Ops/Oms En Panamá. Vol.3, Año
1995. Pos/Oms. Panamá.
Lamoth, Leonardo. Los Plaguicidas y su Relación con
la Salud Publica y el Medio Ambiente en Panamá. Información
Basica. Proyecto Masica, Ops/Oms. Enero, 1992.
Murray, Douglas L. Cultivating Crisis. The human cost
of Pesticides In Latin America. The University of Texas
Press. 1994.
Ops/Oms. Situación de Salud en las Américas.
Indicadores Básicos 1995. 1995.
Rodriguez, José A. Y Lamoth, L. Contaminación de
Alimentos de Origen Agrícola con Residuos de Plaguicidas en
Panama. Xxi Congreso Latinoamericano de Química.
Panamá, 31 De Julio 5 De Agosto de 1994. Panamá, 1994.
United States Senate. Committee On Agriculture, Nutrition, And
Forestry. One Jundred Second Congress. First Session
on Improving The Safety of Exported Perticides, Focusing on The
Health Impact of Certain Pesticides Manufactures In The United
States on The American Consumer. September 20, 1991.
Wesseling, C. Y Castillo, L. Plaguicidas en América
Central: Algunas consideraciones sobre las Condiciones de Uso. Memoria.
Primera Ecosal. Ops/Oms. Jorge Jenkins Molieri y Manuel
Basterrechea, Editores. Centro Editorial Vile, Guatemala, 1992.
Mayor Información de este Diagnóstico al:
Dr. Gustavo Paredes
e-mail: aparedes@ciclac.gob.pe
Nota Técnica:
Preparado por: Ing. Gilberto Jaen, Ing. Jorge Luis Rodriguez
& Lic. Brunilda Ulloa
Comisión de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor
República de Panamá
Nota Técnica
3 de Mayo del 2000