Gobiernos finalizan con éxito negociaciones para un Tratado Global sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (POPs)
Fin al legado tóxico de las substancias extremadamente peligrosas que afectan globalmente al planeta
Johannesburg 10 diciembre de 2000- En la 5ª y última reunión del comité intergubernamental de negociaciones, efectuada esta última semana en Sudáfrica, representantes 122 países llegaron a un acuerdo de texto para un tratado jurídicamente vinculante que demanda a los gobiernos, prevenir y prohibir la producción y uso de algunos de los químicos clorados más tóxicos creados por el hombre, reconocidos como extremadamente dañinos para los seres humanos y los animales, debido a que causan cáncer, anormalidades en aves, malformaciones congénitas y graves transtornos en el sistema reproductivo.
Este histórico y complejo tratado ambiental, que tiene como objetivo llevar a cabo una acción internacional sobre ciertos contaminantes orgánicos persistentes (POPs), es una clara señal a las industrias contaminantes para que cambien su forma de producción y no continuen con el uso y liberación al ambiente de estas substancias peligrosas.
Cuando este Tratado entre en vigencia los gobiernos del mundo deberan establecer regulaciones que abarcan desde la prohibición de la producción, importación, exportación, uso y disposición final de los POPs. Las medidas de control se aplicaran inicialmente sobre una lista de 12 quimicos POPs. Posteriormente un Comité de Revisión considerara la incorporación de nuevos POPs a esta lista, asegurando de esta forma que el tratado será dinámico y receptivo a nuevos descubrimientos científicos.
Con esto se apunta a poner fin, además, a la producción y uso de nuevos químicos industriales que tengan las características de contaminantes orgánicos persistentes, ya que los gobiernos deberan "regular para prevenir la producción y uso de estas substancias".
Así mismo, con ayuda técnica y finaciera, deberán adoptar las mejores técnicas disponibles para remplazar las existencias de POPs y desarrollar legislaciones internas y planes nacionales para cumplir con los compromisos adquiridos.
Entre las cuestiones importantes que fueron objeto de negociación y sobre las cuales hubo una fuerte oposición por parte de Estados Unidos - incluída la presión de las industrias contaminantes-, estaban la incorporacion del Principio Precautorio o enfoque preventivo dentro de la parte operativa del Convenio y la eliminación como meta final de los POPs. A pesar de la postura intransigente de Estados Unidos, el Tratado fue acordado con un fuerte lenguaje precautorio tanto en el preámbulo, objetivo y en el artículo (F) sobre inclusión de nuevos compuestos al Convenio.
Las negociaciones se centraron en una lista de 12 contaminantes químicos: 8 Plaguicidas, DDT, Aldrin, Endrin, Dieldrin, Clordano, Mirex, Heptacloro, Toxafeno; 2 productos químicos industriales bifenilos policlorados (PCBs) y Hexaclorobenceno (también de uso plaguicida); 2 subproductos accidentales o no intencionales, las dioxinas y los furanos.
De todos los contaminantes que se liberan a raíz de la actividad humana, estos compuestos clorados están considerados como los más peligrosos, por sus características de alta estabilidad que le permiten una alta persistencia en el ambiente, desplazarse largas distancias, incluso hasta zonas polares, durando años o decenios en el ambiente, circulando por todo el mundo a través de un proceso de destilación mundial conocido como "efecto saltamontes".
Son venenosos, se acumulan en los tejidos vivos, especialmente los tejidos grasos de los seres humanos y los animales, y en un proceso de bioacumulación alcanzan niveles 70.0000 veces superiores a los del entorno. Por esta razón los más afectados son los peces, las aves rapaces, los mamíferos y los seres humanos que se encuentran en lo alto de la cadena alimentaria, absorbiendo las mayores concentraciones. Especialmente los niños que - además de la dieta diaria que puede estar contaminada con POPs-, los ingieren a través de la leche materna.
Se ha comprobado científicamente que los POPs causan diversos efectos adversos; defectos en pájaros, un alto número de casos hermafroditismo en osos polares, una drástica reducción de la vida silvestre, muertes y enfermedades. Por sus características de estrógenos ambientales, son disruptores endocrinos ya que simulan ser hormonas. Entre los efectos específicos en la salud pueden mencionarse alteraciones al sistema reproductivo de los expuestos y sus descendientes, cáncer, endometriosis, perturbaciones al sistema inmunitario, desórdenes del sistema nervioso central y periférico, entre otros.
Las negociaciones para llegar a un Tratado jurídicamente vinculante sobre POPs - con fuerza de ley en el plano internacional y nacional-, concluyeron de forma exitosa, gracias al impulso de la Unión Europea y al apoyo fundamental de los países en desarrollo pertenecientes al grupo de los 77 y China, y a pesar de la acción obstruccionista de unos pocos países liderados por Estados Unidos, que con el fin de proteger a sus industrias contaminantes, insistían en resquicios y excepciones tendientes a debilitar este importante Tratado ambiental.
Para mayores informaciones:
María Elena Rozas
Coordinadora: Alianza por una Mejor Calidad de Vida/Red de
Acción en Plaguicidas de Chile.
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