Red Gorilla

INDICE

  1. Heraclés / Hércules



    Index

  2. Bibliografía de esta página

  3. El Jardín de las Delicias

  4. Choque Cultural y
    Etnofobias


  5. El Centro del Ser

  6. Arquetipos

  7. Estereotipos

  8. Atlas

  9. Heraclés

  10. Vulcano

  11. Manzanas de Oro

  12. Suicidio

  13. Soledad

  14. Ira

  15. Desadaptación

  16. Folclor y
    Tipos Populares

  17. Alcoholismo

  18. Biografía
    del autor


  19. Cyber-Libro

    Trafficcenter

  20. Correo

  21. Tantralia
    (Parte 1)




Choque Cultural y Etnofobias:

Problemática
del Latinoamericano Migrante

Por Carlos López Dzur

La sobrevivencia en cualquier espacio o medio sociocultural es la necesidad fundamental del organismo animal (y, por ser así, mucho más lo es del ser humano, cuya consciencia vital es más profunda). Al sobrevivir, hoy más que nunca antes, se añade un carácter cultural que desafía a las habilidades genético-químicas que se puso en juego. Todo individuo aspira a preservarse en su entidad biológica y cumplir ciertos objetivos social y culturalmente determinados, a saber, las ideologías aprendidas de las que participa y los valores humanos que sustenta. Es posible, entonces, por cuanto se han añadido y asimilado demasiadas probabilidades sociales, que tengamos que considerar a la sobrevivencia cultural. En cumplir los replanteos de perpetuación física y mental, en escenarios cambiantes de vida cultural e influjos globalizados, la auto-estima es necesidad sicológica fundamental.

En este enfoque sicológico-genético en torno a los emigrantes latinoamericanos que marchan a los EE.UU., el principio de la auto-estima compete a la definición de salud. La salud será —para fines de estos ensayos en la Web— la combinación de estas dos necesidades, la física y la mental, en cuanto han de ser cumplidas como aspiraciones protectivas y se realizarán iniciativas para su cuidado y satisfacción.

Mi análisis respeta el principio ya establecido por Hans Cornelius cuando sintetiza una teoría de los juicios existenciales y una práctica de la Sicología como ciencia de la experiencia.

Aquí nos abocamos a la experiencia de los inmigrantes latinoamericanos y los compromisos honestos que, como minoría creciente, concretan para superar conflictos mentales, ampliar sus habilidades para expresar sus personas 1 y enriquecer sus imágenes de ego 2 en la esfera de su totalidad social y anímica.

Por igual, utilizaremos en el ensayo el concepto de valores objetivos, definiéndolos como aquellos que no pueden ser negados, destruídos, o sustituídos, por otras percepciones ilusorias. La validez y utilidad de estos valores son universales y ofrecen la base lógico-racional desde donde se evaluará el comportamiento humano.

Estos valores brindan la oportunidad al ego (mente consciente) de cumplir con las expectativas sociales, tales como: honestidad, productividad, socialización amorosa, curiosidad y búsqueda de lo útil, verdadero y socialmente satisfactorio.

La existencia de valores objetivos no significa que otras valoraciones subjetivas en la experiencia humana deban mutilarse. El latinoamericano tiene derecho a las mismas.

Los valores objetivos ideales cumplen con las expectativas sociales, sin dañar, ya sea por represión inducida o supresión adoctrinatoria, la habilidad introspectiva del que los sustenta.

El ego no se rebela arbitrariamente contra los valores objetivos, si no cuando los estímulos ambientales son negativos y la necesidad pulsante de compensación no se satisface. Los desbalaces del ego reflejan los atentados que percibe contra su persona y su necesidad sicológica fundamental, la auto-estima.

A menudo la auto-estima es ego estima es decir, la apreciación positiva y saludable de sí mismo y, por tanto, de la cultura que lo ha formado.

El ego no es incondicional. Si la persona o máscara conciliatoria que el Ego propone para la sociedad (la «persona» es sólo un fragmento del componente síquico) es menospreciada y destituída, el ego pide cuentas a la sociedad e inicia una exploración más amplia y profunda. Por lo general, le sale al paso otra dimensión de su aparato síquico: la energía compensadora del inconsciente.3

Las inhibiciones adquiridas a lo largo de una vida, las costumbres, la educación moral y los factores genéticos, en adición, determinan la manifestación pública de los sentimientos. La habilidad para frenar y controlar a las expresiones emocionales, ya sean la risa, las lágrimas, la ira y otros estados de ánimo, dependen de tal diversidad de factores. Hay evidencias sustanciales de que, a menudo, la agresividad va ligada a deficiencias en la cantidad de serotonina, neurotransmisor que produce el cerebro.

Ciertas mutaciones genéticas, presentes en individuos con temperamentos violentos, explicarían, de este modo, la vigencia de ciertas deficiencias de una o más de las enzimas del cuerpo, que son responsables de desactivar las sustancias químicas que inducen a la agresión, como causativas genéticas de la reacción violenta. Ciertos comportamientos humanos están influídos genéticamente. No obstante, la corteza cerebral, la parte pensante del cerebro, normalmente, desvía la manifestación directa de la compulsión agresiva.

Otro ejemplo en torno al cual se vale pensar: el comportamiento de las ratas de laoratorio con deficiencias o falta del gen necesario para producir el óxido niítrico en el cerebro, se torna muy brutalizador, sexualmente agresivo y despiadado, lo que ha llevado ha llevado a concluir a muchos sicólogos de la conducta que el óxido nítrico es la sustancia que controla en el cerebro la conducta sexual agresiva.

Si el enfoque que proponemos utiliza conceptos genético-fisiológicos para describir los comportamiento de grupos latinoamericanos en los EE.UU. es porque sobre esta base entendemos la predisposición universal a reaccionar de determinada manera ante estímulos negativos y no porque la reacción exhibida sea exclusiva y particular de nuestros inmigantes: los que proceden de América Latina y, particularmente, zonas de pasados o presentes conflctos, como experiencias guerrilleras, violencia relacionada al narcotráfico, alta incidencia de homicidios, parejas abusivas o delincuencia juvenil, etc.

La «cultura de la violencia» en América Latina tiene sus contextos sociológicos, dentro de los cuales hay que explicarla; pero, de ningún modo, debe ser descrita como una propensión ingénita o interpretarse en términos de carácter colectivo o idiosincracia de algún pueblo en particular. Injustamente, estas valoraciones racistas y xenofóbicas son utilizadas habitualmente como estereotipos para describir las interrelaciones étnicas de las grandes urbes estadounidenses.

La más común experiencia que amenaza a la auto-estima es la tensión nerviosa («stress») extrema, es decir, percibir consciente o inconscientemente que se ejercen muy fuertes demandas al ego (la persona). Tales presiones repercuten en el sistema nervioso. A través de modos conscientes o subliminales, debido a la intensa y poderosa red de medios electrónicos, mensajes atentarios contra la imagen de ego que se tiene, se pululan hostilmente. Siempre la sociedad (o espacio del que se es oyente y receptor) opina sobre todo, incluyendo a usted. Desde ese espacio, la sociedad juega con sus emociones, se mete en su privacidad, estorba cuando no se desea. No hay un ego/Yo sin un Nosotros/opinón ajena.

Las emociones son poderosos estímulos sobre las partes periferales del cuerpo humano porque la emoción juega un rol importante en el sistema nervioso autonómico, o la parte inconsciente y automatizada del sistema nervioso que controla las vísceras. Este sistema tiene conexiones con las células del sistema inmunitario, las defensas físicas.

Aunque en mi práctica clínica reconozco el valor terapéutico de la imaginación activa, orientada, «guided imaginery», yo vinculo y cotejo estas imágenes con las originadas por el propio paciente y con síntomas objetivos inferibles del sistema nervioso simpático y del funcionamiento endocrino. La respuesta ante las imágenes de auto-guía que el individuo produce, per se, a la libre o cuando está simplemente desorientado y afligido, y la de otro, cuyo cuadro clínico presenta disfunciones de la corteza suprarrenal, son muy distintas, aunque las imágenes simbólicas de la psiquis inconsciente parezcan coincidentes y relativamente similares.

La ansiedad puede producir niveles muy altos de las hormonas del estrés (originadas en la glándula adrenal) y pueden destruir cierta cantidad de células cerebrales, principalmente, aquellas que son importantes para la memoria («short-term memory»). Los síntomas del individuo estresado o tenso, con depresiones ocultas, son muy conocidos: e.g., fatiga, falta de concentración, rigidez en el cuello y el cuero cabelludo, manos frías aún al estarse en el interior del hogar y, en casos más graves, impredecibles impactos de las respuestas del sistema inmunitario.

Estos pacientes, bajo fuerte stress, complican el esfuerzo de sus médicos para controlarles su presión sanguínea. La vulnerabilidad del sistema inmunitario y la propensión a enfermarse se relacionan a la abundancia de stressors y de condiciones emocionalmente dañinas como son:

—soledad
—depresión
—y ansiedad agudas.

La gente deprimida está más propensa a padecer una falla congestiva cardíaca. Una persona sometida a fuerte tensión emocional reduce la capacidad del sistema inmunitario para combatir las enfermedades.

El Dr. Thomas Delbanco, profesor de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard, al evaluar la relación entre la causa objetiva, orgánica, de una enfermedad («disease») y su percepción por el paciente («illness»), ha dicho: «Una parte de tal percepción es miedo. Se puede atender la enfermedad («disease»), en cuanto orgánica, pero ésta como padecimiento es que lo se siente». We can look at disease, but illness is what you feel.

En cuanto a cómo encarar los problemas de adaptación de niños inmigrantes o sus familias, en el proceso —a veces dramático— de cambio de una cultura a otra, la sensibilidad por los factores culturales ha sido muy útil. En el ensayo sobre Adaptación Cultural y Fobia a la Escuela, tendremos algunas explicaciones y recomendaciones.

El alcoholismo, que también está en el temario de este Website, ha sido una conducta desviada, proclividad morbosa de refugio, con máscara y pretextos, para muchos inmigrantes latinoamericanos, que buscan copar con la soledad en los EE.UU., la nostalgia del país y la familia o amigos, de los que el traslado a Norteamérica les separara, o que sucumben a estilos de vida que no trajeron consigo.

Por esta razón, los orientadores clínicos enfatizamos ante los pacientes que sólo un simple cambio en el proceso de pensamiento por parte de ellos pudiera reflejarse positivamente y traer cambios fisiológicos a sus vidas, de modo tal que ellos, también tengan una oportunidad de transformación.

He tenido ocasión de utilizar las imágenes configuradas por viejas leyendas griegas para representar simbólicamente la relación entre ego (mente consciente) y el cuerpo del paciente (especialmente, al tratar alcohólicos) y al partir de tal imagen. Estas imágenes sirven de punto de partida para la asociación de ideas y, aún explicadas del modo más simple, sirve al diálogo clínico y desata en la mente de ellos (los alcohólicos) el deseo de rescatar al héroe, creando confianza en que se vencerá sobre el cuerpo y se avanzará hacia la misión que ha dejado inacabada. Los arquetipos primarios sirven en cuanto son símbolos de energía. Aluden a tarea, a misión, a responsabilidad.

El robo de las manzanas de oro, las actitudes de Heraclés y Atlas durante cierto episodio y el plan de acción de ambos en el Jardín de las Hespérides, configuran una representación sobre las luchas del ego cuyos visos heroicos dramatizan algo que cualquier inmigrante entenderá, no sólo arquetípicamente, sino de modo práctico. El valor terapéutico de este mito (y su arquetipo) en mi práctica es lo que inspira esta serie de ensayos y la creación del Website.

Cuando Heraclés estuvo tensionado, con miedo a la tarea de vencer al dragón que custodia el árbol de manzanas de oro o ya sea después, ante la demanda de cargar el botín de los frutos, o ante el temor a claudicar durante su larga travesía, bien pudo abandonar su tarea, decepcionarse y darse por derrotado en la prueba. No fue así. Triunfó.

Hallaría su sentido de control, propósito y viabilidad («sense of empowerment»). Así que seguiría adelante y no se abandonó al sentimiento del yo no puedo; que otro lo haga por mí. Este es el siginificado de Atlas/ Heraclés.

Cuando el inmigrante, el que perjura que ha fracasado en su empeño de golpear la pámpana y el árbol de «billetes verdes» (el éxito económico en los EE.UU.), es inducido exitosamente a descubrir que hay otros significados y posibilidades con que copar su angustia, el analista experimenta un agradable triunfo.

A fin de rescatar la auto-estima, es decir, la visión básica y positiva del ego, he propuesto a muchos inmigrantes desorientados que adquieran una visión más definida y amplia de su estructura mental y, en particular, de sus propias imágenes de guía. Muchos han logrado destruir su imagen machista (a menudo, la máscara con que se pretexta la justificación de una adicción al alcohol, o una vida inadecuada en bares, billares, o diversiones extremas y con que se dilapida el jornal duramente ganado).

Otros hay que arriesgan su vida matrimonial con viejas, o jainas, o amigos de farra, pero han aprendido con terapia que el verdadero Atlas, o macho, o coloso físico, es algo más que una mole corpuscular, con apetitos o tendencias rijosas, elementales, regresivas, ante las que ellos habían carecido de control.

En la noción de virilidad y fuerza puramente visceral que algunos latinoamericano tienen por ideología y/o que toman como esencia de su carácter, se enmascara, en cierto modo, el valor objetivo concerniente a la sobrevivencia y autoafirmación sicológica; pero, si ello es el filosofema del macho, es redefinible.

La enseñanza de Heraclés es profunda y sublimadora: La mente integrada se comunica con el sistema inmunitario. Mente y cuerpo funcionan como una entidad, a la hora de sobrevivir. Atlas y Heraclés se unifican; mente y cuerpo no han de ser antípodas por siempre, como la cultura puritana y represiva enseña.

Como se verá en el ensayo en la Web, hay una interacción de índole química-molecular entre el cerebro y el sistema protector que, simbólicamente, Atlas representa. La esencia del machista se explicará, en términos de género (masculinidad); pero, no en términos relacionistas, sexistas, o de tipo social o jerárquico.

II.

Muchs de los anglocaucásicos —ntre ellos lo que se entretienen con ideas supremacistas de White Power— han tomado a la ligera la responsabildad que tienen con el asunto migratorio y de fronteras. Otros cierran los ojos ante el vicio (consumo de estupefacientes), racismo, fanatismo y falta de compasión humana. Estos han preferido la salida simplista de la persecusión selectiva de grupos étnicos, o utilizar recursos de exclusión, deportación automática y juicio del carácter moral.

Las intensas y crecientes estigmatizaciones ocasionan estrés entre extranjeros visitantes, «residentes permanentes» y, peor aún, entre los migrantes indocumentados. De hecho, residentes con derecho a beneficios sociales, quienes han requerido de asistencia pública, atención a debilidades físicas y mentales, ya temen pedirla. Hay contínuas legislaciones excluyentes y antimigratorias a todos los niveles del gobierno estadounidense. El miedo a la deportación es cada vez mayor.

En conferencia con el tema Derechos Humanos, Inmigración en su Contexto Universal a la que tuve oportunidad de asistir, en Tijuana (Baja California), se discutió con amplio consenso de expertos internacionales que se anticipa en los EE.UU. la deportación de 5 millones de mexicanos en los próximos 10 años.

Los números de arrestos y deportaciones realizados por las agencias federales, así como las policías locales, dan la impresión de que los inmigrantes anti-sociales son las grandes mayorías de los que llegan. La imagen del latino delincuente se propala como el acervo principal de información con que el caucásico nativo formará sus opiniones sobre nosotros y, al lesionarse la auto-estima y el prestigio de las comunidades éticas, la opinión pública general se lanza a nuestras expensas sin sensibilidad alguna.4

No es secreto que, en los EE.UU., por caprichos políticos, se toma a los pobres, especialmente a inmigrantes recién llegados, como objeto de ataques. Alegándose el propósito de ahorrar a los contribuyentes, se ha buscado la denegación de servicios de salud pública a los sectores más desvalidos e indigentes. Sin embargo, abaratar o reducir costos presupuestarios, en salud especialmente, termina en mayores inversiones, a la larga, y no impide los cambios que, política o demográficamente, son inminentes y conclusivos.

En California, según el informe del Instituto para el Futuro, centro de proyección estadística, sin fines de lucro, con base en Menlo Park, el sistema de servicios públicos de salud está «sobrecargado»; apenas funciona para los grupos de la población más vulnerable (los inmigarntes) y obreros, sector principal entre quienes carecen de seguro médico.

La población que más urge que «se reinvente la red de seguridad en la salud pública», está el 42% de los residentes de California. Hay 1.7 millones de personas que son indigentes, que no pueden pagarse por su atención médica y, además, otros 5.2 millones de personas, con acceso al Medi-Cal, que continúan médicamente subatendidos. Por añadidura, hay más de un millón de ancianos «vulnerables» y casi medio millón de personas «subaseguradas», o con «deducibles» elevados en sus pólizas de seguro médico.

Nueve de cada diez personas menores de 17 años en California está sin protección médica, pese a que provienen de familias trabajadoras. Suman, en total, 1.6 millones de niños y adolescentes, que constituye el porcentaje de menores (17%) sin protección médica más alto en la nación. El promedio nacional se cifra en el 13% de la niñez carente de seguro médico. 5

Ninguna nación ni individuo debe menospreciar la preeminencia del más alto de todos los valores en la vida: ¡la salud! Y salud es cuerpo sano, con mente sana.

Aunque los profesionales de la salud queremos hacer algo, dar el «extra» de generosidad que privadamente nos compete, también es necesario que el gobierno y empresa privada, contribuya y consolide programas de servicio a los más necesitados. En cuanto mí, me interesa la salud mental del sector que está más desatendido: latinos migrantes en Norteamérica. ¡Nuevos y viejos inmigrantes!

Calumniar a grandes porcentajes de inmigrantes como parásitos sociales, improductivos, criminales y terroristas no sirve al propósito de paz social. Y sobrecarga emocionalmente al sector que sufre y aporta, con su trabajo, al progreso de la nación.

El sistema médico y social no está diseñado para tratar con el creciente número de inmigrantes y, en particular, los que presentan ya signos agudos de salud mental. Los problemas siquiátricos crónicos pasan sin advertirse, o sin ser diagnosticados.

d Desde mediados de 1994, para citar un ejemplo, se sabe que la tercera parte de las personas («street people»), en desamparo habitacional, tanto en la nación como en California (específicamente, el Condado de Orange), «sufre alguna enfermedad mental crónica, pero indiagnosticada que, por lo general, se vuelve más severa según pasa el tiempo sin hallar un lugar para vivir». Entre el tipo de trastornos mentales que se mencionan, como posibles, se encuentra: la esquizofrenia, desórdenes de personalidad múltiple, depresión maníaca y otros tipos de sicosis. 6

Me calcula que en Norteamérica se cuenta (y es la ponderación estadística de 1996) con alrededor de 100 millones de enfermos crónicos con problemas cardíacos, diabetes y artritis y, entre éstos, hay millones de personas, menores de 65 años, que necesitan todo el conjunto de servicios médico-sociales, según el Dr. Lewis Sandy, de la Fundación Robert Wood Johnson y Catherine Hoffman, de la Universidad de California. En ciudades —donde los factores de violencia y pobreza convergen entre las minorías étnicas— las enfermedades del corazón crecen. El coraje, o altos índices de hostilidad, predispone a sufrirlas. La gente iracunda o con personalidades hostiles («hostile personality types») tienen una mayor tendencia a padecer de males cardíacos.

El gobierno de los EE.UU. declaró, en 1992, a la tuberculosis como emergencia de salud pública. Esta enfermedad se ha venido extendiendo a través de la frontera con México. En estudio realizado en ocho condados de Arizona, Nuevo México, Texas y California, se reveló que la tuberculosis es más resistente y más vigente entre los hispanos del área que en otras zonas. La gente nacida en México conformó el 8% de los 22,860 casos de tuberculosis ocurridos en los EE.UU. en 1995 y los casos de TB entre hispanos que viven en la nación se han incrementado un 61%, a partir de los 4,925 registrados en 1986. 7

El malestar sicológico que permea en la sociedad se refleja en conducta antisociales, cuyas mediciones estadísticas colocan muchas veces al inmigrante y, en particularmente, a familias disfuncionales del sector hispánico en el centro de la controversia. Este es trago amargo de sorber; pero, al menos, hay cuatro áreas de manifestación de conducta, donde porcentajes elevados de gente de origen hispánico está en desventaja. Esta es la gente que encara la pérdida de auto-estima. Los áreas problemáticas son:

(1) Vicio
(2) Violencia
(3) Desapego a valores instituciones: matrimonio, escuela, religión
(4) Auto-destruction

Lamentablemente, las mediciones estadísticas que se efectúan por las agencias y centros de investigación -en vez de utilizarse para el diseño de estrategias que enfaticen la salud mental- se utilizan para justificar las medidas represivas o la legislación jurídica o social que actúa ante la delictividad. Se obvia el aspecto humano y médico-social en los enfoques.

------------------------------------------------------ A los adolescentes y jóvenes en Norteamérica, muchas veces no se les respeta ni se les cuida durante el tiempo en que ellos buscan formar sus personalidades independientes, con sus identidades separadas. Los sicólogos designan a esta etapa crucial en el crecimiento juvenil como período de individuación. 8

III.

Uno de los aportes que la sicología jungiana trae a las clínicas de tratamiento en Norteamérica es la vuelta a los ritos de iniciación. Los jóvenes parecen sedientos de éstos, durante el tiempo en que transitan de la niñez a la vida adulta. Sin embargo, el caso es que los acelerados estilos de vida y la laxitud de las estructuras institucionales que, teóricamente, existen para sostener a las familias dentro de su conexión primaria de unidad, han subvertido tales bases. Los adolescentes ya experimentan cierto sentido de desvío y los padres han perdido muchas de sus habilidades para ser modelos. Han perdido credibilidad y autoridad ante sus hijos. Sus hogares no proporcionan una experiencia de apoyo afectivo y moral que pueda guiar a los menores hacia la comprensión del significado de la vida y la socialización adecuada.

Los padres que no «cocinan» sus «manzanas de oro», ni las saben «cosechar» en el Jardín de las Hespérides, no pueden prometerlas ni compartirlas a sus hijos.

Cuando los padres dejan de ser «sagrados», en el sentido, de que su comunión con los hijos ya no inspira la reverencia sacerdotal, la autoridad de una sabiduría profunda, consolante y emulable, relacionadas a los cambios en los modos de ser («ways of individuation»), los hijos descartan a los padres como guías en el proceso. Desafortunadamente, las pandillas son un mal sustituto a los ritos de iniciación formales por adultos y al conocimiento que urgen para formarse un sentido de aceptación y pertenencia. Entre la clase media, blanca y suburbana, las pandillas significan crimen, miedo y problemas. Las pandillas ya alcanzan los vecindarios de familias que no se asocian a sí mismas como sociedad a los factores causativos de las teen gangs, tales como hogares rotos, padres disfuncionales y economías pobres.

A pesar de tal rechazo niños inteligentes de hogares solventes están adoptando rituales («slang, homemade tattoos, and dress») y la imagen ruda de otros jovenzuelos que pertenecen a una estructura social, donde la pandilla y la protección es mucho más comprensible. Sea en las áreas rurales o en centro de las ciudades, los chiquillos no se pueden educar ni proteger eficazmente entre ellos mismos. Ciegos no pueden guiar a ciegos.

El objetivo de los rituales de iniciación es la adquisición de madurez («achievement of maturity»). Se requiere que cada individuo desarrolle su propia «filosofía de vida», o Weltanschauung, según la propuesta de Jung, y que ésto se logre en armonía con el sexo de la persona, en su tiempo y en acorde con los factores genéticos o inherentes de personalidad que están presentes, al nacer y, asimismo, en acorde con el ambiente en que se ha nacido. Una filosofía particular de vida no tiene que ser anti-social ni anti-histórica; pero tiene que trascender a las aproximaciones hacia la psique humana que tratan al individuo como una estructura formalizada -a la que hay sujetar a la adaptación incondicional y demandas situacionales, predefinidas como «normalidad», o estándares de conducta, socialmente benéficos y aceptados. Las obsesiones morbosas (el temor por comportamientos incorrectos) siempre terminan en vicio, por más prédicas acerca de conducta responsable que se haya recibido de terapistas.

no creo en la sobre-indulgencia; pero tampoco en la pobreza espiritual. Por esta razón, convalido las teorías sobre la búsqueda de balance síquico de Jung. En oposición al ego, que es el centro de consciencia, «organ of awareness», hay una esfera más amplia, totalidad con su propio centro que Jung llamara «el centro del Ser», the Self. Una interesante alegoría mitológica nos ilustraría muy coloridamente el concepto.

 Designaremos al centro del ser — la urgencia de expansión, crecimiento y autoridad que, desde los tiempos más remotos, se representa como subproductos de las imágenes primordiales de la Gran Diosa y del Cielo, principios de vida. Los grupos humanos más primitivos han considerado que el autor de la luz —la manifestación del sol central- también organiza las lluvias que fecundan los campos, el rayo que ilumina los cielos más allá de cualquier expectación normal de refulgencia y, al mismo tiempo, las imágenes que aluden a la fuente de la vida, se personifican como «aquella» o «aquel» que, siendo el Bien, da abundancia de fuego para la felicidad o que, siendo el Mal, la quita.
La escasez del fuego es la destrucción.

Esta imagen de una deidad del fuego, la luz y el rayo, se encuentra en todos los pueblos: Uranos, Varuna, Dyaus Piter, Divos, Tius, Zeus, Júpiter, etc. De hecho, si el planeta inspira el contenido de este concepto, en el sistema solar, Júpiter es para la cosmogonía el mejor correlato objetivo para el centro del ser. Es el más grande planeta, dos y media veces más grande que los demás planetas puestos juntos. En este sentido de proporcionalidad, compara el Self respecto al ego microcósmico —pese al hecho de que la visibilidad de Júpiter no puede ser observada en detalles, a simple vista.

Su visibilidad consiste en evocar las imágenes ausentes, en contraposición a las imágenes obvias que vemos en todas partes. Estos arquetipos —masculino o femenino— hablan del ego poderoso, con una visión amplia para su viaje circumvalador. Son la materia prima de cualquier principio y de cualquier final. Alfa y Omega.

 Los hijos de Júpiter son las imágenes más concretas y familiares con que podríamos mentar al ego. Mercurio, por ejemplo, representa la sintonía y la participación en el mundo. Se le juzga como el mensajero y traductor de la consciencia solar, es decir, del Centro del Ser. Como vehículo del conocimiento, se le asocia al proceso de pensamiento y lenguaje que estructura nuestra experiencia o contacto con la realidad. El efectúa las conexiones con que se entretejen las piezas de información que recibimos a través de los cinco sentidos y, de este modo, conecta pensamientos e ideas.

Esta expresión primaria de ego que se instrumenta, a través de habilidades, aprendizaje «al tanteo», percepciones instantáneas, pobremente racionales—, se alimenta de sus facultades intuitivas, provenientes del hemisferio cerebral izquierdo y, en cuanto tal, el aporte de la energía mercurial a la participación en el mundo no se encompaña, en todos los casos, de deliberaciones o compusiones éticas. Mercurio es una parte del Ego que coloca el conocimiento expeditamente en favor del bien o del mal. De algún modo, con Mercurio, se representa al hijo del «Self» (hijo jupiterino), así al eterno chiquillo de la Consciencia, evasor de las rudas pruebas del elegir y de los compromisos que la madurez demanda. En consecuencia, es el hijo que pierde las oportunidades de desarrollar plenamente su potencial. Aún así, sin las condiciones necesarias de rapidez, movilidad y sin tan recursivas triquiñuelas de Mercurio (Hermes, entre los griegos), los esfuerzos no podrían llegar a cumplirse ni tener un sentido.

 Vulcano (Hefesto, entre los griegos) es otro arquetipo que, al contraponerse a su hermano Mercurio (Hermes), lo complementa. Representa la focalidad o la concentración para la participación en el mundo. Aquí el ego -que él hijifica- adquiere la pericia técnica, la artesanía racional para hacer ajustes precisos y proponer sentido estético. No, en balde, las leyendas que describen su destreza lo elevan al rango de joyero divino. Se asocia, por igual, a Plutón, el dios de las riquezas y del submundo, o las grutas submarinas. Arrojado al mar por su propia madre (Juno/Hera) y caído violentamente sobre la isla de Sicilia, quedó cojo. En esta manifestación más intelectual de sí, el ego comprende las percepciones de su propia deformidad y vulnerabilidad y propone como alternativa la urgencia de transformación, confrontación e iniciación.

Desde el punto de vista de la Sicología Analítica, ambos arquetipos, los hijos de Júpiter ya mencionados, nos dicen mucho sobre los impulsos síquicos y las etapas iniciales de la circumvalación del ego por el sistema mayor, el Centro del Ser. Este viaje circumvalador es el desafío de cada ego. Este es el conocimiento del que puede beneficiarse la juventud cuando participa en rituales de iniciación, que involucran a los padres y mentores. La idea es que los padres entiendan estos tempranos comportamientos del ego, del que Mercurio y Vulcano son símbolos o arquetipos. Es necesario que los puedan enseñar a los hijos, con una anticipación apropiada.

Ui na de las razones por las que muchos padres se han incapacitado para ser guías para sus hijos, durante su período de individuación, es que ellos mismos no han conocido este centro del ser, alrededor del cual el ego circumvala. Por tanto, estos padres jamás maduraron ni entendieron todo lo que son y pueden hacer por ellos mismos. Conocen poco sobre la armonía con la totalidad del ser y sobre las expresiones tempranas del ego. Han perdido su sentido de comunicación con su propio pasado y su propia interioridad. En algunos de estos padres, se perpetúo el Mercurio, inmaduro y nervioso, el pequeño Ladrón de Bueyes, el niño antojadizo; pero, que, potencialmente, en el fondo, es adorable y talentoso. El ego mercuriano tiene una gran capacidad para la negociación y para justificar sus temeridades y travesuras.

El ego extrovertido e intuitivo de Mercurio, al amparo de un ambiente, predominantemente sensual y materialista, será decepcionante -como el niño irrespetuoso, caprichoso y deshonesto. Otros padres sienten que, como la familia, se les arrojó del Olimpo, del seno de la aceptación. Sin quererlo, repiten la historia. Arrojan a sus hijos. Entonces, por reacción lógica, los hijos crean su propio mundo de poder y participación: la pandilla.

El ego de Vulcano busca, durante su viaje circumvalente por el Centro del Ser, la adquisición del conocimiento práctico-introspectivo: el uso del poder y su control. Este conocimiento es parte de los rituales de iniciación. Es importante hallar la fuente de nuestro poder interior: ¡nuestra fragua sicológica, aunque hayamos sido arrojados de los pedestales olímpicos! o después de haber sufrido el rechazo y la destitución por aquellos seres que amamos. El miedo, o la ignorancia, son formas de dilapidar la valía interior y la auto-estima.

Vulcano mira la realidad como una multiplicidad: el submundo -lo oculto, lo inexplorado- está lleno de riquezas. Hay muchos futuros, grutas y pasadizos hacia verdades y realidades nuevas. Todo es una gran red: multiplicación de los posibles, infinita diversidad. El proceso de la iniciación puede ser doloroso y largo; pero, su resultado es el renacimiento del ego y la renovación del espíritu.

Como expositor de cierta actitud introvertida, aunque práctica, ante la vida, Vulcano está consciente críticamente sobre la deformidad que impera en su escenario externo, o en su propia presencia objetiva. Físicamente, él tiene sus carencias. El representa la fealdad de las máscaras, es decir, de la «persona», tal como Jung la define. Vulcano aprende a ponderar, con atención y cautela, lo que se dice sobre él. Tal es su riqueza. Aprende, para su defensa, a verbalizar lo oculto y a unir lo visible con lo invisible. Juno/Hera fue su madre social; pero la nutrición emocional mayor es la que Vulcano obtiene por la compensación inconsciente (las nereidas, Temis y Eurinome), que son las Madres Arquetípicas ocultas que todos tenemos, además de aquella madre que nos expulsó de su vientre. El patrimonio visual (de imágenes consideradas) que Vulcano propone es más rico y variado que la intuición instantánea de tipo mercurial. Uno de los aspectos más hermosos de este mito se relaciona a la fabricación de las «mujeres de oro», por arte mecánica. En ésto, desde mi propuesta sicoanalítica, no se infiere otra cosa que la comprensión de la madre colectiva. Una madre infra-estructural. Una madre menos sentimental y tradicional que la que aspira muchos que equivocadamente piensan que el parentezco está en la sangre.

Vulcano reinventa a su madre. En su sustitución (ya que Juno/Hera no le acepta ni nutre). crea una colectividad de mujeres de oro para que le ayuden en la herrería o fragua. Estas mujeres son expresiones nutricias de su creatividad -sin ellas, él no habría formado una persona con la que hubiese sobrevivido a las demandas externas (el Olimpo) y vuelto al escenario social, del que fue arrojado.

En búsqueda de exactitud y concentración, Vulcano se enseñó a ver aquello que las cosas comunican sin palabras y mediante la acción, sin tanta verbosidad. En toda relación, Vulcano imprime su afán de precisión. Entró como el Joyero y Orfebre de los dioses, después que se redimió a sí mismo de las «fealdades» con que le vieron y prejuzgaron.

Homero en el capítulo XVIII de la Ilíada describe que Vulcano es feo, en apariencia, pero, bajo el monte Etna, estableció una fragua y se limpió de los complejos de inferioridad. Vulcano compensa la cojera de sus piernas con una gran fuerza muscular. Su erotismo es tan poderoso que la misma Venus (Afrodita) fue su esposa. Un hombre acomplejado no se habría casado con la más bella, pues, habría temido enfrentar a la madre que lo desconoció. Vulcano triunfa sobre las miserias de la persona, de la máscara con que negocia y se protege de la mundanidad.

Si el propósito del proceso de la individuación es, desde el punto de vista del ego consciente, la expansión del alerta, la incorporación consciente de lo inconsciente, a fin de cumplir con las experiencias empíricas informales del conocimiento y la adquisición de sabiduría, esto es, la comprensión de su naturaleza humana, incluyendo su propia naturaleza como individuo-, ¿qué modelo de «individuación» aprenderá un hijo cualquiera del padre, o vecino adulto, que está preso en sus vicios, que se violenta anti-socialmente y que, a cada paso, destituye y lastima la auto-estima de otro, sea su esposa, su prole o sus amigos? Hay padres que han sido destituídos, arrojados del Olimpo, y jamás se han atrevido a vivir la experiencia de Vulcano, el paso hacia la regeneración y transformación.

Li a gente que no quiere sufrir, ni auto-confrontarse, ni ser confrontada ni confrontar a otros, jamás elimina de sí misma aquello que ensucia e intoxica sus superficies y su ego. Esta son las personas que se sienten atrapadas en la vieja y aparente «fealdad de Vulcano», los cojos y rencos en configuración emocional. Los que sufren hasta que un día revientan como una bomba de tiempo. La mente vulcánica, así como tiene la energía exterior para aumentar su felicidad, tiene probabilidad de sufrir por explosiones internas que se reflejan en enfermedades progresivas o quiebras emocionales que, de golpe y estampia, sacan de sí la parte reprimida de la psique.

El ego Hefestos/Vulcano se transforma a menudo en Plutón, deidad que cegada por Zeus, se incapacita para distruibuir sus creaciones y obsequios, tal como dispondría si no fuese ciego. Zeus es el Gran Dispensador, arquetipo de la organización social, personificador del la autoridad política y el protector de la persona en cuanto trámite de voluntades delegadas para el bien social. Vulcano ciego dispensa lo que forja hasta para quien no se lo merece. Este aspecto del Vulcano ciego, sin juicio distribuidor, desde el punto de vista social (de Zeus) es unas de las ricas conceptualizaciones sicológicas que el mito ofrece.

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IV.

Veamos aquí otra maravillosa percepción de la sabiduría mitológica: ni la máscara de persona es perfecta ni el orden social lo es.

Zeus es inconsistente. El Padre Zeus, el gran jefe Júpiter o como quiera llamársele, tiene límites, vulnerabilidades y carencias, y hay poderes más altos sobre él. Este poder no lo tiene el hábil Vulcano, súbdito de Zeus (Júpiter), que es la personificación del Estado y de su geografía, el supremo Olimpo. La necesidad de un horizonte más amplio que la máscara de persona y el Olimpo nace de aquí. La autoridad, por que emana de simples instituciones y relaciones de poder, destituye y enceguece hasta al más sabio.

Son muchas las formas en que la sociedad nos saca los ojos. El Olimpo arquetípico es nuestra social de vicios, nuestra esfera de tentaciones.

El vicio es el más grande enemigo del proceso de individuación y del rol del adulto ante aquellos que dependen de él. En mis sesiones de terapia, yo instruyo a mis analizados en el conocimiento de que los vicios son nuestros dragones. O con una frase de Jacinto Benavente, los vicios son la «comida de las fieras». Esta metáfora de la fiera o dragón es ha sido muy útil a adultos y jóvenes para analizar sus vidas, los contenidos inconscientes de sus mentes. Con ellas, se les facilita el análisis de sus pesadillas, temores infundados, fobias difusas y frustraciones. Han aprendido sobre a qué, realmente, me refiero cuando les platico sobre los ritos de iniciación y las rutas circunvalantes del ser. San Agustín decía en sus Sermones que, al vencer los propios vicios, hacemos una escala o viaje que nos remonta a las alturas. De vitilis nostris scalam nobis facimus, si vitia ipsa calcamus. Estas escala hacia lo alto («scalam nobis») apunta hacia un conocimiento sobre la totalidad síquica; pero logrado por la vía más dura, el «caer y rebotar» del sufrimiento. Los ritos de iniciación son para que los jóvenes no tengan que aprender por la vía dura.

Francis Bacon tuvo razón cuando dijo que «hay vicios propios de la época y vicios propios de los individuos»; pero, en todo caso, aún los vicios propios de la época resultan del escaso contacto humano con la totalidad síquica, con el Self. Es preferible dar a comer y a disfrutar a los hijos «manzanas de oro», el material de sus propias virtudes, que la comida de fieras -carroña que los iguala a ellas. El por qué yo enseño que, potencialmente, los seres humanos siguen siendo buenos y auto-redimibles, es decir, que toda personalidad tiene el potencial de convertirse en un jardín de delicias- es porque una de las armas que tiene la parte negativa adquirida por nuestro aprendizaje social, es juzgar con dureza. Edmund Burke lo puso del modo siguiente: «Algunos, por odiar demasiado a los vicios, estiman demasiado poco a los hombres».

Huir del vicio es una virtud que nuestros jóvenes y viejos parecen olvidar. En vez de adquirir manzanas de oro, adquieren comida de fieras. Tenemos un creciente uso de estupefacientes. Y aunque no son necesariamente los jóvenes, los que sirven la mesa y alimentan con la comida de fiera, con drogas, alcohol y otros enervantes peligrosos, sobre ellos está cayendo el rigor de la ley. Ellos son las víctimas de los vicios de la época. 9

El vicio es una forma de auto-destrucción. Los enervantes y el alcohol, cualquiera que sea su naturaleza, interrumpe el sistema de interconexión normal del cerebro y subvierte su funcionalidad. En muchas ocasiones, el mismo establecimiento científico, sin querer dar pie a las autoindulgencias del público. O brinda las armas para que los productores surtan, con publicidad malintencionada y engañosa, imágenes sobre los beneficios de aquelos consumos que se vuelven vicios. Por ejemplo, el Dr. Charles H. Hennekens, de la Escuela de Medicina de Harvard, argumenta que, aparentemente, el consumo moderado de alcohol por personas, con un tercio de bajo riesgo de arterioclerosis, mejoran su circulación arterial, al beber, ya que se abren sus arterias y se aumenta a un buen nivel el colesterol en la sangre. Estudios previos se confirman con este hallazgo que indica que, con tres o menos «traguitos» diarios de alcohol, se reducen los riesgos de enfermedades circularias en el cerebro y el corazón. Aún así, el Dr. Hennekens advierte: «Esta no es una situación donde si es poco, mucho es mejor. Los abstemios no deben por ésto comenzar a beber ni los que ya lo hacen aumentar su consumo».

Por otra parte, según los Centers for Disease Control, el fumar es todavía con el factor de dieta inadecuada y los estilos de vida, la principal causa de muerte prematura en la nación. Se le atribuyen 400,000 muertes por año que, en los EE.UU. excede el número total combinado de muertes, incluyendo aquellas que se adjudica al abuso del alcohol, cocaína, heroína o las muertes por accidentes vehiculares, suicidio, homicidio y SIDA.10

Según investigadores británicos, fumar daña el semen. El 15% de los cánceres infantiles pueden explicarse por la transmisión del riesgo de cáncer por padres que fuman. Más de 20 cigarrillos diarios origina el riesgo mayor al 42% de tener niños con cáncer, dice otro estudio de la Universidad de Birmingham, publicado en British Journal of Cancer.

La violencia con armas, según la revista US News and World Report, representa un costo financiero que alcanza más de $20,000 millones anuales, por razón de atención de heridos en los hospitales, lo que equivale a una quinta parte del total de la asistencia médica anual en los EE.UU. De este costo, $4.5 billones son pagados por los contribuyentes porque las víctimas carecen de cualquier tipo de seguro médico. La más lamentable realidad en esta circunstancia es que estos incidentes de ataques con armas de fuego se relacionan cuantitativamente al narcotráfico y las pandillas violentas. El vicio es responsable de la proliferación de la agresividad que se vive en nuestras comunidades.

El 33% de todos los casos de violencia doméstica en el Condado de Orange ocurre en la comunidad hispánica y el 69% de tales casos está relacionado al abuso de sustancias (p50 Latinos in OC

La delincuencia es un grave problema en los EE.UU. y las proyecciones de nuevas oleadas de criminalidad que difunde el grupo Council on Crime in America, con sede en Washington, D.C., sirven para dar gritos de alerta y diseñar proyectos de represión. El profesor de la Universidad de Princeton, John J. DiIulio, es uno de los que predica la «llegada del lobo» y quien ha acuñado el término juvenile superpredators para los jóvenes, menores de 18 años que, en cantidades de 270,000 adicionales a los ya más de 1.9 millones de delincuentes super-predativos que ya existen, se unirán a las calles para delinquir.

En los estudios del Dr. DiIulio, él pondera el dato de que casi al 6% de todos los adolescentes en Norteamérica la policía ha tenido que arrestarlos y que los encontranazos juveniles con la autoridad se vuelven regulares, porque se trata de delincuentes «empedernidos». La población juvenil, menor a 18 años, se espera que crezca de 32 millones a 36.5 millones en los próximos 14 años y ésto ya se avizora, con alarma, pues, la próxima tormenta de delincuencia juvenil se sustenta hipotéticamente en que la niñez de cualquier edad es peligrosamente proclive al crimen («dangerously crime prone»). Sin embargo, el 93% de todos los arrestos de menores («juvenile arrests») por razón de violencia ocurre después que han cumplido la edad de 13 años. 11

Aunque hayan logros en la baja de criminalidad y delincuencia social, muchas de las manifestaciones subyacentes de estos problemas se desplazan hacia otras áreas de conducta, donde la persona con problemas, sencillamente, cambia de métodos, lugar y patrones para articular su comportamiento. Al estudiarse la incidencia de criminalidad, por cada 10,000 habitantes, en las principales 8 ciudades del Condado de Orange, durante el período comprendido entre 1990 y 1996, según cifras del Departamento de Justicia, se han verificado reducciones que van del 23% al 50%. Las reducciones más significativas se presentan en ciudades donde la población hispánica es grande: Santa Ana (43%), Anaheim (32%), Garden Grove (41%) y Orange (49%).12

Irónicamente, muchas de las propuestas que se impulsan por el gobierno para abatir la delincuencia y la violencia criminal se dirigen a combatirla con más violencia. Un estudio de investigadores de la Universidad de Chicago, a cargo de John Lott y David Mustard, concluye que la violencia criminal se reduce cuando los estados autorizan leyes que facilitan a los ciudadanos la obtención de permisos para llevar armas escondidas. Estos investigadores concluyen erróneamente, al estudiar patrones comparativos antes y después de la vigencia de leyes sobre el «derecho a llevar armas ocultas», que las «shall-issue or right-to-carry laws» originan un efecto constante e inmediato sobre el crimen violento.

Aún con esta alegación, según su estudio detecta, el más fuerte o eficaz efecto de tales leyes fue en los renglones del ultraje sexual, asalto agravado y asesinato; pero Lott y Mustard no pudieron probar que el efecto es «igualmente eficaz» sobre las altas tasas de robo, que es el tipo de crimen callejero o contra la propiedad al que tales leyes fue dirigido. Ninguna teoría criminológica, con credibilidad, ha probado que un delincuente, que se siente «amenazado» por ordenanzas que permiten la «portación de armas» a la víctima que optaría por asaltar, ante tal hecho, se decide preferentemente por robar un automóvil, como respuesta 13

El desapego
Hay 151,000 casos de padres que no pagan manutención infantil («delinquent-child support») en el Condado de Orange, exclusivamente. En familias pobres, ésto se traduce a la ausencia, voluntaria o involuntaria, del que provee atención, a fin de compensar los ingresos económicos qe permiten sacar adelante la familia.

Madres trabajadoras como únicas jefas del hogar origianan las probabilidades para niños solos y sin supervisión adulta.

Madres trabajadoras, oprimidas por ansiedad y carencias, representan mayor riesgo de estallar en reacciones emocionales que, técnica o legalmente, impliquen asaltos verbales, furia o maltrata, que afecte las conductas de niños y adolescentes de modo negativo.

La mayor parte de los encontronazos con sus hijos y los delitos que, por desesperación, cometen las madres resultan al amparo de la angustia y la depresión. La investigación clínica revela que la depresión es más frecuente en las mujeres que en los hombres. El número de féminas que, a lo largo de sus vidas, sufre depresión es, al menos, el doble que el de los varones.

Si tomamos el Condado de Orange, como base representativa de las tendencias en el aumento de los casos de maltrato infantil («child abuse»), entre 1990 y 1994, se halló que el maltrato emocional y verbal (84%), la ausencia de supervisión adulta («caretaker absence», 76%) y la negligencia general (83%), son las manifestaciones más crecientes y comunes de la desatención y maltrato de los hijos en un condado, donde 45,129 niños fueron informados como casos para investigación ante el Registro de Niños Maltratados en 1994. De tales casos, 1,886 niños fueron tomados en custodia protectiva, tras una acción judicial.

Entre el 50% y 70% de las chicas, calificadas como pandilleras y que entran al sistema de justicia criminal, han sido maltratadas sexualmente, en comparación con casi el 20% de los varones en igual condición. Estas niñas y niños son productos de hogares infelices. Sean los padres o los hijos, en la interacción que resulte entre ellos, la actitud se permeará de falta de objetividad y las discusiones o intercambios de palabras tendrán frutos amargos e improductivos. 14

La desunión familiar intensifica la pobreza y la atmósfera pública de desconfianza, cuyo resultado es la desmoralización de las familias. Cuando los adolescentes se desvían hacia las pandillas, las autoridades jurídico-policiales, con la anuencia de los padres, ejercen presión contra ellos. La propensión al delito que exhíben los menores es real; pero el deterioro de las relaciones humanas entre familias, jóvenes y autoridad civil, es grave y contraproducente. Desde 1980 al presente, según un informe del Departamento Federal de Justicia, el número total de jóvenes bajo supervisión correccional se triplicó —de 1.8 millones a 5.36 millones—, con un crecimiento anual de casi 7.4%. Entre 1990 y 1994, hubo un aumento del 23% en el número de jovencitas arrestadas. Esta índice aumenta más rápidamente que la tasa de arrestos entre jóvenes varones. 15

El 20% de los niños en Nortemérica vive en pobreza y, en consecuencia, uno de cada siete en 1995 carecía de una póliza de salud, lo que se traduce en un limitado acceso a servicios médicos y sicológicos preventivos. Los niños del sector hispánico son los más propensos a carecer de tales seguros de salud. Un mínimo de 1.6 millones de niños en California (17%) carecen de cobertura de salud, por completo, y la mitad de ellos son miembros de la comunidad hispánica. El creciente número de californianos sin seguro médico -tasa que, en 1994, fue cifrada en 23%- convierte al estado en el tercero con más alta tasa de gente sin seguro médico en la nación. 16

Este número de familias disfuncionales explica, por igual, las tasas de violencia contra la niñez y su desprotección. Las madres que son excesivamente permisivas en torno al sexo y la agresión -que permiten la masturbación descarada, o juegos rudos entre hermanos u otros niños, por ejemplo- estimulan en los chiquillos (que ésto practican) cierto apetito de dominación en su vida adulta. Las familias disfuncionales son menos aptas (y están muy pocas veces interesadas) que las familias normales para determinar las señales de conducta anómala que dan sus hijos. En todo caso, hasta que los niños asisten a la escuela, se enteran por aviso que dan sus maestros y sicólogos escolares. Algunas señales de escaso «desarrollo emocional» son las siguientes:

< — Berrinches, zozobra y lágrimas, en niños de 4 años cuando se le deja en la guardería
— Síntomas de personalidad solitaria y hurañez a la edad de 8 años
— Disturbios de sueño, pesadillas frecuentes e intranquilidad nocturna
— Falta de prgreso en su aprendizaje: reprobar materias
— Tensión nerviosa intensa, colitis ulcerante, asma y otros malestares
— Excesiva lentitud al caminar y al hablar
— Una combinación de agresividad y vergozosidad («shyness»).

En Norteamérica, un niño o adolescente muere por un arma disparada cada 90 minutos; alguno de ellos es golpeado cada 10 segundos.

La depresión es un mal que afecta a más de 17.6 millones de personas adultas en los EE.UU., según cifras oficiales. Menos de una tercera parte reciben el tratamiento o medicamentos que requieren. En 1993, el costo anual por la pérdida de productividad (ausentismo laboral) y pago a servicios de tratamiento de la depresión ascendió a $43,700 millones; pero los investigadores calculan que la depresión únicamente representa, al menos, $212.4 billones en gastos médicos, donde $23.8 millones proviene de los costos del ausentismo laboral. Ocurre que millones de personas, cuyo diagnóstico ha sido indeterminado, o no efectuado meramente, funcionan con su depresión aguda como si ésta no les obstaculizara su patrón normal de vida. El stress al que ignoran les desplaza a la esfera del consumo de drogas, alcohol o al suicidio.

El suiciido

Con el término superación personal —me refiero al vasto conjunto de virtudes humanas y sociales que servirían al inmigrante como a cualquier individuo, irrespectivamente a su origen migratorio y grupo social para lograr una vida más feliz y próspera.

Al concluir que hay unas carencias a las que satisfacer, desde las trincheras de colaboración de sicólogos y orientadores sociales, no desconozco que muchos inmigrantes y miembros de la comunidad a la que me dirijo, ya han vencido los desafíos y han logrado las metas deseadas, en distintas áreas, incluyendo las humanas y las que son profesionales, cívicas y empresariales.

Aiquí, en El Jardín de las Delicias, no se pretende menospreciar a la comunidad hispánica. Este ha sido vicio de tantos que concluyen que el fenómeno migratorio es el desplazamiento de los peores y más nocivos segmentos de población tercermundista hacia este territorio de mayor desarrollo, las grandes ciudades industriales, en Norteamérica.

Si ésto fuera tan simple, como se establece con tal opinión, tan míope y clasista, este libro no sería necesario. Si hay pueblos de los que podría decirse, sacrílega e insensiblemente, que no tienen ni para el remedio, los pueblos latinoamericanos no son tales. Tenemos inmigrantes dolorosamente heridos por la guerra, las miserias y las injusticias que han padecido en sus países de origen; pero ésto no los clasifica como «peores» y «nocivos y deficientes» para su adaptación en los EE.UU.

Los aspectos de superación personal que discuto reflejarán mi fe en la comunidad migrante y en la posibilidad de apelar al sentido común que, tácita o vibrantemente, se expresa en la gente que llega de América Latina a los EE.UU..

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de este capítulo

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Bibliografía y Notas
de este capítulo


Unionismo y Anexionismo


Cartas de Lectores


Partidas Sediciosas /
Comevacas y Tiznaos
(Parte 1)

Partidas Sediciosas /
Comevacas y Tiznaos
(Parte 11)

Las Partidas Sediciosas de 1898

(Bibliografía)

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Comentarios a CARLOS LOPEZ DZUR
California, 2 de marzo del 2000