Antología poética / selecciones de Carlos López Dzur
Contenido

Ver portada de Carlos López y Generación del '70

Compre Carlos López y la Generación del '70

Compre / Lope de Aguirre

Compre novela Los dioses falsos

Texto #49.
(Mama Quilla / De El Hombre Extendido (EHE)

Fisiología de la excitación

Texto # 81 (EHE)

La deuda (EHE)

Texto #45 (EHE)

Para meditar al ser

No lo dejaron ser

Blandón indefinible

Ontología dopaminal

Sobrevivir

La palabra amorosa

De la Antología

Texto 1

Texto 2

Texto 3

Homenaje a Pan

Privacidad (1)

Privacidad (2)

Texto 111 /sobre el oír

A unos ojos (112 al 115)

A las madres (Texto 116
de El Hombre Extendido

Fluidez del canto...

Los filósofos del agua

Todos los poetas son judíos

Tu nombre es olvido

Entregas ausencia

Nihilismo nocturno

Ritmo

La playa

La playa es mi resurrección

Como sátiro entre limos

Y no se cansó jamás

Lo irremisible

Esta gloria cavernaria

A Gloria Trevi

Jacinta

A Leti Robles

Corinna Hartney

La gente que me gusta

De las esfinges

Angustia

La palabra amorosa

Enlaces

AuthorDen

Carlos López Dzur

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Indice a páginas de Carlos López Dzur

Diario de Simón Güeldres (1)

Diario de Simón Güeldres (2)

Indice / El Ladrón

Prólogo / El Ladrón

Obra poética

Tantralia (1)

Tantralia (2)

Tantralia (3)

Corinna Harney

San Sebastián del Pepino: Convocatoria al estudio de su historia

Monografía 1

La Ruina de los Prat

San Sebastián del Pepino

San Sebastián del Pepino / 2

San Sebastián del Pepino / 6

San Sebastián del Pepino / 7

San Sebastián del Pepino / 8

San Sebastián del Pepino / 9

San Sebastián del Pepino / 11

San Sebastián del Pepino / 12

San Sebastián del Pepino / Ilustres 1

San Sebastián del Pepino / Ilustres 2

Literatos y poetas de San Sebastián

El poeta vendido

El hombre extendido / Comentario

El verso

El aliado infiel

Herido de Luna

Tus piernas

Ella y yo silencio

A Gabrielle

Hebe sin mandil

Frags. 5 al 9

Frags. 10 al 14

La palabra amorosa

Fisiología de la excitación

Bíos

El amor existe

Incertidumbre

Vejez

Los poetas

Blinda

Tertulia de Mizar

Mizar

Indice / El Ladrón

Convocatoria

My Simple System

ADAMAR

Estival

Caracolito: Cuentos, Poesias y algo más...
Caracolito: EDITO Autores

Unionismo y Anexionismo

Escríbeme a:

Carlos López Dzur

Att. Carlos López Dzur

Antología / Selecciones de la poesía de López Dzur

49. / Mamá Quilla

La unidad del mundo es inagotable.
Sacaré raja del detalle
de su ramería
y con ella, Mama Quilla,
fea como covacha de abandono,
me pondré al tupe con la masa
(que es medida de la inercia)
y lavaré su rostro,
transformándola,
con gusto, de rositas.
Y entre nexos gravitatorios
será llamada Esposa mía, deseada.

Yo iré al infrarrojo profundo,
al rulé de los tiempos,
al remoto azul,
y de la más larga longitud de onda,
en ríos y relámpagos,
que han de morir en los bosques
y en mis manos,
traeré la selva, le haré casa.
Jalaré la mijarra,
zarzos de juncos y causalidades
para hacerla libre en lo contínuo,
diosa manifestada de mis días.

Que la vean sentada como reina
en el más alto monte, el Púbis,
¡Que digan que la Quilla, ay madre,
está de parto,
vestida de raíz!
Que la vean en la rosa de los vientos,
en su ecuador y en trópicos,
soberana en los cuatro puntos cardinales;
libre de los Rompegalas Cósmicos,
nunca más cautiva
del Determinismo predeterminado.

2-5-1980

De El hombre extendido

Fisiología de la excitación

Esa mujer con faldas de hidroxilasa,
wow! es azote de MAO
y enzima o abajo
de ajena tirosina, es maravillosa,
se circula, se tiende
y deja lamer cual caramelo,
degustar por su chocolatina,
y huele a queso después de ser mordida.

La mina se licúa como sangre.
Ha de beberse caliente
para que encienda un mutuo aliento,
y forme las sílabas: te-a-mo.
Ella se palpa, conjugada,
anima,
y yo la quiero.

2.

La mina que sea el oro del riachuelo,
ninfa de las trenzas desatadas.
Que en el ensueño la recoja
el Pastor que exprime a las palabras
cuando busca al ser más ovulante,
chapoteado en la cera del humus, adjetivo.
Que, para mí, sea la que navega
entre sustancias transmisoras,
tesoro que nos determina
al ser dopaminante.

3.

Quien chapotée en los torrentes,
o en las charcas del babiney, venga.
Exprima el húmedo adverbio, haga pronombres
y prodigios, sintáxis milagrosas
y diga MINA y será TONINA
y miel anhelada
y ansias de triptofán
y abajo, pantaletas, ya que enzima
fue y encima estuvo
y como tal se compensa y nos subordinamos.
Como fue encima, ¡ah, MAO, es abajo!
espiga y hoz del encanto neuromodulatorio!

4.

Me llevó al tálamo del benzo,
me sumió el espinazo.
Gritó en gathas al lingam
y a los cupidines
y origó mis alas serpentinas en el horizonte.
Ella sembró en mi piel sus dientes que son voces;
sus conjugaciones que son besos.

La mina dopa el ansia
y no hay pena que no quite
cuando Gaba se abre como yoni
y es la mina dopante que galopa.

5.

¡Que jocunda sobre el pecho,
qué alivio, si se afloja y descansa,
qué placer, benzo-mudo,
si reduce la penuria
del opiato, y se mece
con su dulce vaivén oscilatorio.
La mina es mi alegría.
Cada encuentro inhibitorio,
la emerge de las aguas,
oh, qué ninfa sesuda, cuando canta,
porque versa las memorias
con sus labios
y, con sus piernas ontológicas,
mi atención abre al soluto
y yo penetro en la morfología más plena
de sus gozos y ella conmigo es mina
y yo con ella, me dopo...

3-18-1997 / Del libro Tantralia

Tantralia (1)

81.

El cuidado es el ser de la Existencia.
Tu ser-ahí es como un nido.
Vuelas y mi mirada te sigue
por todo el caserío.
Te sigo como un perro.
Amo tu ímpetu, tu energía

y sé que me seduces y seduzco.
Eres tan linda, Lourdes,
por las mejillas rosadas
y los muslos tan limpios.

Te llamaré Sorge
porque no te olvido
y te has casado con una lejanía
que la forman otros huesos
y otra echada, con porvenir y caídas
y no sé más de tí
ni de tus pulgas
ni de tu perro;
sólo que te fuíste
como ave hacia tu espacio
y me quedé prendido,
solo y cautivo.

Me besaste cuando nadie me besaba;
me llamaste al asombro igual que al sexo;
a caer en el templo de tus pechillos tibios,
y te quise como pude antes del adiós.
Por eso recuerdo tu acecho
y la cuesta de la escuela;
precisamente ahí, el Caserío,
donde estaba el camino de mi casa:
la loma y los columpios,
la casa y la muralla,
Don Tano, Don Tito, el maestro.

11-9-1981

La deuda

Dejaré que tu proyecto ascienda.
Véte con otros, putilla
de bragas amarillas, házme triste.
No digas a nadie este secreto.
Calla o escucha, Sorge,
mi cuidado y el trato que nos dimos.
Para que seas en mí,
te robo ser y sufro.
Me adeudo en tí, me remuerdo.
En resolución anticipadora,
te olvido; pero en mi corazón
te amo todavía, año tras año,
y acepto lo que traigas,
trágico o fiel,
que venga tu ya-sido
y tu presente-ido de mis manos.

¡Quiero que me halles,
o me pierdas, Sorge,
porque te llevo conmigo,
coexistente de un ala,
comundana en el trino!

11-9-1981
De El Hombre Extendido

45.

Comulgo con los dioses
que sorben su aroma grata
del hidrato y sus carbonos.
Que quieren cuerpos sólidos y diáfanos.
Que se llevan un joropo de Tlaxcala,
de genuino ixcacihuite
y un tapiz de Chiautempan
para hilvanar con sol
una hoja, un tejido leñoso, una flor
para las manos, el talle, el alma.

Quien me abraza con el regocijo
de saberme la envoltura celular
del mirto, chupa de mí
esperanza y canto.
Quien se acuesta en mi seno,

mi mujer tendrá de oquis y regalo.

19-1-1990

AuthorDen

Para meditar el ser

Para aquellos que meditan sobre el ser,
que lo escuchan con la intensa sed
del ser-acompañante
y el hambre de encuentros con la biología,
diré... que existo...
y soy en un pensar determinado.
Medito al ser siéndolo, según lo soy,
y a veces hallándoles a ustedes
en este soluto que persiste,
a pesar de todo,
y que nos lleva a perseguirnos,
a estar juntos
en algún punto del soñar,
en algún espacio del vivir.

La poesía me permite andar despierto
y enamorarme de todo lo que es bello.
La mujer maravillosa está en algún resquicio
de la andanza con misterios llenos de piel,
con belleza llena de cantos.
En todas sus edades ellas afloran
como luz del alba;
se escapan y se diluyen
como plenilunios en los abismos
del amanecer.
Siempre bellas se van
y siempre bellas vuelven.
Todo lo bello me gusta,
¡ellas, sobre todo!
sus pezones, que son ubres de Nut
sobre el círculo del cielo,
sus nalgas redondas
que los tersos firmamentos fincan
para gozo de la varonía, ctónica y telúrica.

Con lindas piernas,
como las niñas tienen, los pasos
pueden ser abundantes como edades
de sol o de penumbra;
los juegos son infinitos, las fases únicas,
las distancias breves, sorpresivas, novedosas.
Y se anhela caminar, deambular el alma
como si todo fuese infinito y color de rosa.
De la mollera al calcañar, sólo se aprende
dicha, error sin desconsuelo,
herida que no sangra,
machuconcillos cósmicos,
asombro crediticio.

¿Y qué tal la voz
cuando el río de las sílabas se abre
entre peñascos su camino refrescante
y en las ortigas del habla y del oír
se cede al cauce, se sumerge todo?

¡Qué bello a la postre nos resulta
la plena comunicación, la sincera fruta
de un conocimiento, la dulce cosecha
del que dice te quiero,
me gustas,
qué buena onda,
qué padre,
ay, maravilla,
qué bellos los que anhelan,
los que dilucidan,
los que enuncian el porvenir,
los que preguntan con sabiduría,
los que aprueban con sensatez
y los que obsequian,
con solícita cautela,
sin rigor, sin mentira, sin egoica pasión
de truhanes ni vulgar ventanjismo...

¡Qué bellos, me gustan, los quiero,
los bendigo, les festejo, les hablo
con mi canto, humildemente orgulloso
para que no me olviden
y me quieran más!
¡Les necesito!

Y bueno es que estés ahí, meditador del ser,
venciendo la sorda mudez de los ecos.
Que te invites, convocado, a la palabra amorosa,
que traigas tu agasajo de frases
parecidas a las mías, pero con ese toque
que sólo tienes tú, con ese aroma
que sólo tú transpiras desde el fondo mismo
de tu casa biológica, tu viaje
desde el asomo amiótico al ego individuante,
tan bélico por su ruido, simulacrado,
perspicuante, tan transido en sombra
y muerte y angustia y agonía.

¡Pero no estés triste, meditador del ser,
yo amo a los que hablan
hasta en el modo del habla del silencio!

A veces me sorprendo
del aún inagotable todavía-señero
poder-del-ser -romántico,
a pesar de todo y de su frívola fantasmagoría,
romántico (porque tiene mal eco decirlo)
por ponerse una etiqueta de pureza,
sin sustancia,
de espiritualidad en tanganillas,
como estila el zángano en la mufla
de la nada, sin justificar un soñar en apetito
y ansia y coraje y pasión,
sin atreverse a sustanciar al ego
y reclamar a esa mujer amada
que bendece, en libertad, sus besos,
sus coitos, sus entregas, sus orgasmos
y sin amasarse con su trigo
siendo parte de su pan
y suerte de su destino,
su porvenir y su soluto.

Yo sí soy romántico
y no me muerdo los labios al decirlo
ni me tiemblan las piernas
ni visto de santurrón en ascuas
al proclamar lo que dicen los falsos románticos
de esquina, por fornicarios y atorrantes.
Yo, a la libertad la forjo con vida,
el amor me lo como con calma,
y soy pan que come pan;
yo soy la risa
y el contento del romanticismo,
no la suicida jornada del desalentado,
no el escudo de cupidines de feria
en el monte, o la plaza, o el casino.

Amo porque quiero liberar.
Amo porque protejo
y ensancho mi horizonte,
mi placer, mi dicha.

¡Yo soy el caballero de un individualismo
hecho de pan y mujer, de niños y de juegos,
de pasión en los cielos y en la tierra.

¡Viva la vida de los hombres auténticos
del mundo, muérase la tirria y sus miserias!
La soledad no me aterra,
yo no creo que haya soledad ad infinitum;
mas sí, hay fracasos y desilusiones,
pero nunca se es romántico sin haber
vivido el ser en desesperación
y nunca se es romántico, sin una mujer
a la diestra que te diga:
¡Hombre, despierta,
canta, glorifícate en mí,
vibra en el cosmos,
que te doy el OM de la alegría
y cada vibración del esquema sonoro
de las aguas y de la solidez del quark
en la física del quantum y sus soles!

¡Qué bello es el placer aunque sea breve!
Ah sí, pero su belleza es eterna y nos compensa
y la Naturaleza da dos lamparones, los ojos
para que veas sus cuerpos,
una nariz que magnifica
su aroma, unas manos que descarnan la caricia
para dar células complementarias de infinito...

Y la mujer nos desnuda.
¡Es lo maravilloso!
Que su desnudez nos intime
con tan intenso trámite de esencias,
que devuelva la progenie del topós uranus,
en la juventud de la alborada,
que nos haga sudar
la gota gorda por una jerarquía
en los deleites del ser-ahí-sobre-su-reino...

Yo me transubstancio porque me necesita.
Me vinculo a una diosa de bellos vellos púbicos.
Me arropo con dos senos,
me froto a sus dos nalgas
que son mi fantasía
y ella me reemplaza
con una dulzura que gime,
con una pasión que es la fiera del origen,
el alfa y la omega, el latido del corazón
que vibra en la molécula, que vincula a las lunas,
a los mares, a las víboras, a los bisontes,
a las Cuevas de Altamira, a los glaciares
que tienen el azul de la más femenina transparencia,
siglo a siglo, milenio tras milenio...

Hay una dicha inefable en ser protagonista
de placer y belleza, de asombro y de pasión,
de alegría comunicante, de fiereza satisfecha.
Es una virtud roer de tales huesos y glorificarse
y lamer de esta experiencia,
oficiar en tales templos
al litar sobre la colcha
ofrenda de ninfa,
de mujer, de lingam-yoni
en vez de sobre piedra dura de rutina.

2. La salud

Para ustedes que meditan el ser
y me comprenden
y sospechan cuanto me obsede el erotismo,
la mitopoesía, les comunico:
Cobijad, como yo, el canto,
abrid sus ojos a carteles, a fotografías,
a las piezas escultóricas de griegos y neoclásicos,
a las niñas pasan, a las chicas del campo,
mirad a las flores que están
en carne y hueso floridas
como arboledas y pradejones.
Amad a esa mujer que está en la casa
y todo lo que mencione sus símbolos, sus mitos,
su padecer y su alegría,
su necesidad y su capricho.
Todo es el saldo en la tierra de Don Nadie,
de las que han sido luz en lo oscuro,
lo bello a la mano!

... por de pronto, revelo este secreto:
¡la salud existe!
y presenciarla en la piel, ajena o nuestra,
es dar ojos a los huesos
para que la sirvan desde adentro,
la gocen desde el tuétano y su calcio.

Vitalizada la sangre marchita
es resurtir las aguas en los sumideros;
es bendecir a las hormonas
(que son nichos de vírgenes y ninfas
y golfiñas, o gopis,
o doncellas tribales de las ansias,
las brujas preclaras de la seidad
y el misterio biótico de la verdad entitativa).

Meditador del ser,
salud es dar belleza a lo posible
y hacerlo es lo más supremamente grato,
conclusivo, compensante, ideal,
el poetizar que festeja su tesoro,
el placer que perpetúa su orgasmo.

¡Qué bella es la salud
de las mujeres y los hombres,
de los niños y los recién nacidos!
¡Qué bella es la hoja verde
por plena clorofila
y la sustancia más roja de los pétalos,
más que bella,
y la transparencia más blanca de las rosas,
los claveles y las margaritas,
un gozo es, esperado beso!

Azul que sea la inmensidad,
azul de crisantemos, azul de océano,
azul la belleza acumulada
del que en el ser medita
y lo halla y lo ofrece
y lo declara por amor.

Yo soy un hombre azul,
romántico sin tristeza de todos los días.
Trago el alcoiris desde la jolla subterránea
de mis ojos que se avolcana en pos de su ilusión
trayéndola a la mirada fija,
a ojos clavados en mujer, en cumbres,
en sueños más duraderos que el hueso y su progenie.
Que el mundo degradado y sus mundanidades
post-históricas, publicitarias, indecentes...

¡Que se valga mirar como a las nalgas
de las niñas montareces y puras,
como a los senos túrgidos y a las bocas vírgenes,
a lo bello de ese abrirse en esperanzas,
a lo prometedor de esa liberación en ciernes,
a lo necesario de ese restañido de ternura!
porque como sámagos abiertos y brotados
del occiso en el rincón más criminal del ghetto,
brota siempre la posibilidad de lo más noble,
lo oculto, sanador, lo insolícito
que la psiquis estructura,
por amor a lo bello,
por mandato del Eros,
no en azar, sino en olvido.

La esperanza empuja la tapa
del vil caos, primitivo, olvidado
y por artificio de amor, hay cosecha
y se da color de pájaro a los cielos
y voz de truenos a las cumbres.

3. Dolor de parto

¡Qué bello es el dolor de parto,
sus continuidades de fruto,
sus fases intermedias que dan color
a lo gris, a lo incompleto,
sintáxis de futuro y genética
a partir de una raíz
infinitamente interconexa,
programada en libertad
para los cambios!

¡Qué bello el peregrinaje secuencial
y su finalidad cimera: la belleza es triunfo,
fruta madura y en boca saboreada
es del que come y comparte y bendice!
Casi todo dolor es social, innecesario.

Casi toda angustia es culpa, insuficiencia.
... pero ustedes que meditan sobre el ser
y han sido buscadores, testigos, héroes
dentro de este despliegue tan duro de potencias,
¡sed pacientes, yo lo soy
y me duelo a veces hasta ese coño
del ¡ya no más ! derramo bilis...
tendrán que haber descubierto como yo,
asidos al dolor de crecimiento todavía:
la larva no es destino,
en todo hay metamorfosis,
el viaje no cesa.

El dolor se deja atrás en favor del poema
que se derrama en la vagina de lo hermoso.
No hay tristeza que permanezca en lo oscuro
sin fluirse al útero de gracia,
a la desnudez vamos, echamos el ropaje
de tirria y de tedio, pies abajo,
nos pegamos a ese cuerpo que hay que lamer
como sol sátiro, caliente de vibra y escozores,
hasta que ceda todo límite
de prohibición y cuita.

¿Que ella correrá como patas de cabras,
que se esconderá de la voz que la llama?
¡Mentira de la Maya, la voz de lo bello
es invencible, su raíz ardiente,
su compensación segura y exquisita!

La mujer es redención en sentimiento
y subirá a la hamaca del deseo
como si la llamara el aire de los bríos
y ¿quién hay que pueda nadar contra corriente
cuando la mece, con ternura,
el deliquio más gentil de la carne,
su espíritu que da voces, compañía,
otredad de universos plenos y armoniosos?

Meditador del ser, flauta en boca,
con mi canto paso los besos del futuro,
doy el abrazo de esta mañana,
en la tibieza de esta noche
en la cueva de los sátiros.
A pesar de la rémora que detiene mi voz
y de las tinieblas que cercan el diálogo,
ahí anda despierto
un ser cachondo, crítico,
un ser-acompañante
un ser en pos de amor
y de belleza
y orden
y poesía.

2-6-96

Publicado en La Tertulia de Mizar, Número: 827, 4 de Diciembre de 2000

Artesanos y Bellas Artes en San Sebastián de Puerto Rico

No lo dejaron ser

El Dasein está siempre en ese soluto público
donde cotidianamente sucede todo y en el fondo nada:
Martin Heidegger

No lo dejaron ser.
Iba camino al verso.
Una convocatoria de expectativa
le atajó el paso y lo empuñó
con su arma de amor muy conocida.
Lo colocarían en una cruz,
harían un cuatro con él.
Y sacaron el puñal por su boca,
después de herirlo con sermones.

No lo dejaron ser: ¡iba en camino!
Le quitaron los recuerdos.
Con harapos áridos y oscuros
sustituyeron su memoria,
en fin, para dotarlo de dulzura;
pero, nada consiguieron
sino matarlo a la vera del fuego
y de las salamandras,
con las palomas y el viento por testigo.

9-1-1990

Indice / Obra poética

Blandón indefinible

Alguien tiene que amar
y llevar esa bandera al territorio
de su sobrevivencia, al clamor
de sus huidizas formas de contacto
más allá de las definiciones.

Aún triste, soy tan lúcido.
No. Lúcido porque sobrevivo, asomado
a la curiosidad como alimento.
Imito al niño que espera, o al viejo hambriento
que se confió a los juegos de las probabilidades
desde una urgencia, o una quieta invalidez.
O una limosna grata.

Ostra (frag. #9)

Gracias, ostra, reina oscura,
boca del alma, cárcel de originarias sílabas.
Me sujetaste por el tiempo necesario.
Ni minuto más ni segundo menos:
¡ahora me vomitas, te abres y me brotas,
harta de mí, envenenada, herida!
pero fuímos dulcemente cómplices
en la primitiva desfloración del nácar.
Me has redimido, al fin, con cédulas de fuego
y perlas de apocalípsis, me hijificaste.
Gracias otra vez, escondrijo del Dasein,
ombligo infernal, huevo cósmico,
salvoconducto del fondo de pralaya...

Publicado en el website del Poeta Oculto Llamado Dulce Amargo

Ontología Dopaminal

No se entera nadie de la cosa
si el ente no se ontifica.
No se transmite lo que declara el verbo
como lujo, o lamento,
sin haber ontología.

La mona dopa;
la dopa, mina...
A menos que esa mina misteriosa
se vuelva excitatoria por oficio,
se ignora la palabra.
Lo animal fracasa.

La mina es una ruta mensajera
que no lleva a la plaza;
pero, sí, se desnuda,
se lanza, se regala, se saca del escote
las palomas.

Le gusta exhibirse, plena, calata,
sin inhibiciones ahí, donde nos gusta
Donde está tu más vieja cobija,
la cama de los siglos, subjetiva tienda con trastos a la mano,
tus buenos ojos por la bagatela,
tu incial movimiento para pecar de vida
y surtir tus solutos
e inventar el beso
que lo nombra TODO
en la carne y en las ansias
y lo santigua en mundarro y zorro hueso.

El trajín es el drama de las cosas
y la dopa es monodrama cotidiano.
Quien nos oye y nos habla saldrá de la penumbra
y la sustancia negra de los sesos,
¡ay, como una mina, ay como una dopa!

2.

Aún así, las palabras requieren ser oídas más allá de la bioquímica,
secas del amargo ahí,
porque aún la mina entristece
con su neura incolora
y llora el tango y se va, se aburre
y no hay canciones ni placeres si se va,
¡se muere Mina, mina, se dopa!

2-16-1997

AuthorDen

Sobrevivir

Sencillamente, el amor se sospecha,
sea lo que sea, nacerá de besos
vitriólica y eróticamente entusiasmados.
Puede que nazca de miradas
que enriquecen lo que eres,
y aproximan algunas tolerancias
que se olvidaron en lo oscuro
y en el apariencialismo sin sustancia
ni vigor ni ternura.
Amor es sobrevivir lúcidamente.

AuthorDen

En La Blinda Rosada / Novedades

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