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Después de una larga espera para lograr la publicación de Retales de los días que pasan, Rosa Carmen Ángeles lo ha conseguido, finalmente. Esto es para ella, y para todos los que la conocemos motivo de satisfacción. Ya era tiempo de que aparecieran en forma de libro estos textos que fuimos conociendo a lo largo de sus publicaciones en el periódico El Día. Textos divertidos, sugerentes, ocurrentes, ingeniosos, traviesos, donde los chusco y lo grotesco se invierten en el ánimo, en el ánima, de la vida cotidiana. Hace mucha falta en nuestro medio literario, por lo general serio y solemne, una fuerte oleada de humor negro. Rosa Carmen Ángeles la proporciona en dosis tales que pueden resultar mortíferas, pero no importa. Antes bien, que bueno que así sea.

Rosa Carmen ha sido siempre una mujer ávida de aventuras peligrosas, donde le fuese posible detectar las infiltraciones del enemigo. Sin embargo, a falta de ello, ha logrado encontrar en la realidad que la rodea, otro tipo de aventuras que ella afronta con divertido semblante: la aventura de la vida de todos los días, de los días que pasan, que aunque no lo parezca están llenos de detalles curiosos y entretenidos, es en esos detalles donde Rosa Carmen Ángeles se regodea tenazmente, para extraerles hasta la última gota de humorismo. Con un tono que muchas veces denota preocupación y hasta angustia y no es más que ironía, ella nos presenta la vida y la obra de sus personajes.

Es indudable que hay un fondo autobiográfico en ciertas historias. Nos parece estarciendo a Rosa Carmen misma en muchos de los personajes narrados en los Retales. La niña que tiene una amiga cuyo padre está a cargo de un café de chinos, es indudablemente Rosa Carmen. La mujer que se fue a bailar con el Diablo disfrazado de John Travolta, es Rosa Carmen. Y aunque en su cuarto de hospital ve en la televisión al increíble Huck, que le recuerda a alguien a quien ella quiere mucho, es, una vez más, Rosa Carmen. No siempre es así, por supuesto, por supuesto, como cuando nos enteramos de esa notable María Félix de Tepic; aunque claro, resulta ser tía de la propia Rosa Carmen. Pero en uno de los relatos, RCA aparece como tal, o su nombre, en ese recuerdo del terremoto ocurrido en 1985 llamado“Las noches llenas de turicatas”, en donde a pesar de la explicación dada al final de la historia, seguimos sin saber qué diablos es una turicata y mucho menos qué es una zarapinta. Mas el texto es muy emotivo y memorable.

Desde luego que no es necesario saber que la propia Rosa Carmen está presente como personaje en los Retales. Aún si no lo supiéramos, no por ello dejarían de ser esos textos regocijantes y regocijados. Y algún día veremos publicada la versión completa de este libro, porque en realidad se trata de una selección lo que apareció. De todos modos, cabe ratificar nuestra fe en esos Retales y estamos en espera de los nuevos que seguramente ya están surgiendo.

Luciano Pérez

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Claudia Ramírez Cisneros