Este el siglo XXI y quien se espante que se lance al océano o que de plano no salga del agujero donde comenzó su existencia.

Ahora sí no nos quedamos vestidas y sin bailar: nos vamos al Chipendale a ver muchachos que de tan bien hechecitos parecen como torneados por un ebanista inglés.

Ante el apuro de una copa de coñac y unas medias de seda, hay nerviosismo en la sala. ¡Aquí hay macho encerrado!

“Amanecer con él, a mi costado no es igual que estar contigo...” Se escucha cantar a Alejandra Guzmán, mientras en el salón pequeños grupúsculos con olor a Chanel No. 5 entonan en coro: “Hacer el amor con otro ¡no!, ¡no!, ¡no!“ Sacudiendo el fastidio las féminas quieren burlarse de la vida: festejar a la amiga que contraer nupcias, celebrar el fin de cursos, confinar en un rincón a la pertinaz rutina para vivir un instante dionisiaco que les devuelva la salud mental... en fin: “girls just want to have fun”.

Y súbitamente... las luces se apagan y vienen las presentaciones: “Una libra de cadera no es cadera, dos libras de cadera no es cadera, tres libras de cadera no es cadera... Bien, bien, bueno, tú te ves bien bueno, te juro corazón que tú te ves bien bueno... “

Aparece vestido de blanco: alto, fornido con tremendos espaldones. Hombre de pelo en pecho: El ginecólogo. ¡Wow! ¡Mucha ropa!

Ya se ha dividido el salón en dos partes: la zona ardiente y la zona caliente.
-Mira, no tiene una sola llanta
-Ojalá y así estuviera mi marido.

Caray, la visión que tenemos las mujeres, con relación a la que tiene el linaje de Adán, acerca del strip es abismal. Y súbitamente se anuncia: “Hemos traído, exclusivamente para ustedes, desde el canal 5 ¿adivinen a quién?
-Al tío Gamboín.
“Directamente, desde canal 5 el nuevo regreso de Batman.”

Ahora el Chipendale se ha convertido en Ciudad Gótica y una de las fans del caballero murciélago (creyendo que es Gatúbela) intenta lanzarse al escenario para pellizcarle una pompi. “Recuerda que te casas mañana” “Ay, de veras”.

Con el orgullo de pertenecer a la estirpe de los hombres bellos, se presentaron El Zorro, Rambo, El Vaquero Marlboro, entre muchos, muchos otros que de tan bien acabaditos son igualitos a un Corvette.

Pero a mí me gusta el piloto, quien hizo su entrada dando vueltas como si fuesen las aspas de su aeronave y quien, cuando se quitó la ropa, dejó de ser aeroplano para convertirse en fiera. Causando miradas de codicia entre muchas señoras que pedían a gritos que se quitara el hilo dental que dejaba ver un conejito tatuado en una nalguita.

Y aunque el espectáculo continúa, se hace una pequeña pausa: “Marieta Gómez, la buscan en recepción.” Y Marieta se levanta despidiéndose de sus cuatas: “Bueno, muchachas. Nos vemos porque ya llegó mi marido. Nos hablamos la semana que entra.”

Y ya casi para finalizar, nos vamos hasta la Madre Patria: “con ustedes Miguel Bosé” Guapote, guapote... hasta quedar con una trusita chiquita, chiquita casi como antifaz color fosforescente.

Así las cosas, todo mundo salió suspirando o ahogándose de la risa... Caray, estas cosas son las cosas que a una las tonifican.