Capote de Brega Apuntes Taurinos La Historia de una Afición. |
MI TRAJE DE LUCES Ante la promesa de don Jorge, seguí entrenando con mas afición y aprendiendo las suertes básicas con capote, banderillas y muleta y, desde luego, soñando con El Gran Momento... Hay que decir
que al ruedo de Nonoalco asistia una variada fauna de
torerillos, viejos banderilleros, mozos de espadas y
demás "gente del toro"; muchos de ellos solo
para dejarse ver y platicar sus reales o supuestas
hazañas, y otros tantos para hacer diversos negocios,
entre ellos la compra-venta de avíos taurinos usados
como capotes, muletas, estoques y trajes de luces... UN NECESARIO PARENTESIS... Cabe aqui recordar mi primera, imborrable impresión de la Fiesta Brava que bien podría explicar la enorme afición que siento y que no he perdido ni con el paso de los años... Resulta que
por la Colonia Peralvillo, a cuatro o cinco cuadras del
rio Consulado- había una placita de toros construida con
madera, en verdad bonita y muy taurina... Resulta que en "El Potrero" se habia hecho ídolo del barrio un novillero conocido como "El Faroles" pues gustaba de prodigar ese lance... Nunca supe su nombre de pila y creo que jamas llego a cuajar, ya que no lo he encontrado en los libros de historia taurina que tengo o he consultado... Pero "El
Faroles" era ídolo y tema inevitable en la plática
de los peralvillenses, sobre todo cuando se decáa con
orgullo que el famoso novillero vivia en nuestra colonia,
precisamente en la Glorieta de Beethoven... La Vida me ha permitido acariciar la piel femenina, pero nada, ¡nada! se compara a "aquello" que me transmitió la torera casaca... No se si minutos u horas después el torero salió de la recámara rumbo al patio lleno de charcos de agua pestilente, enmedio de los deseos de ¡suerte! de sus vecinos, y en la puerta de la vecindad se colocó la casaca con la pompa de costumbre... Fue para mi un espectaculo de tal forma impactante, que al recorarlo aún lo vivo con la emoción de ese momento... Con el paso
del tiempo y el conocimiento de los entretelones de la
Fiesta, he llegado a entender que el vestido de luces de
"El Faroles" estaba tan palmado como el que
compré en Nonoalco, pero aquella impresión, aquella
emoción, me acompañaran hasta el último dia de mi
existencia... Con ese
recuerdo en el inconsciente, el traje de torero que
compré me pareció deslumbrante, aunque cuando llegue a
casa y lo examine con detalle empezaron a aparecer los
"peros" ante los que se impuso mi afición e
ilusiones, y las soluciones llegaron muy pronto... Deshice la taleguilla, compré en el mercado de La Merced tela elástica que usaban para confeccionar trajes de baño de un color muy parecido al original, hice el molde con la referida taleguilla y lo cosí procurando hacerlo lo mejor posible... Luego de varios dias y muchas horas de acción e ilusión, quedo lista mi gran obra, ¡y que cambio...! Era un verdadero Traje de Luces digno de una Figura de la Novillería... Asi me hice de mi primer -y único- vestido de torero, un "vino y plata" que "tenía mucha plaza" segun reconocían con envidia mis compañeros de andanzas... Poseedor de
tan flamante cuanto taurino atuendo, procure conseguir un
capote mejor que el que le habia "decomisado" a
Diego Larrañaga, y poco a poco me hice de mis avíos
pues seguia convencido de que, pese a los gruesos
anteojos que la miopia me obligaba a usar, podía con
voluntad y afición, llegar a la meta que por esos dias
me habia fijado: ser novillero primero, matador de toros
después y, desde luego, Figura del Toreo... Cabe decir que según don Jorge, que hacia las veces de mi apoderado, ya estaba listo para salirle al toro, sobre todo tratandose de novillos pequeñajos pero garantizadamente "limpios" y debidamente despuntados... Ahi aprendi otra faceta un tanto irregular pero común en la Fiesta que consiste en cortar el "diamante" de los pitones con intencion de aliviar al torero... Llegó por fin aquel domingo de Octubre que marcaba solemnemente mi presentacion formal como novillero vestido de luces... Y vaya que saldría bien vestido pues para entonces ya le habia dado otra manita de pintura a la ropa, por lo que cada vez lucia mejor... Debo aclarar que el terno fue complementado con un par de medias blancas "de enfermera" que compré en el mercado de Beethoven y teñi color de rosa y unas zapatillas de ballet adquiridas en una tienda especializada... Tanto la faja como el corbatín -negros- se hicieron con unos metros de listón de popotillo, y en cuanto a la camisa, si bien no era la clásica con escarolas, tampoco fue problema pues me puse una de las blancas que habitualmente usaba... ¡Y ya estaba listo para hacer mi primer paseillo...! En cuanto a la imprescindible montera, ¡vaya historia de ingenio, cara dura y otras cosas aplicables que narraré mas adelante...! En aquella solemne ocasion tuve que pedirla prestada a un amigo y partir plaza con ella en la mano derecha, no tanto para cumplir el ritual taurino que asi lo ordena cuando un diestro actua por primera ocasion en cualquier coso, sino porque no encontre una de mi medida dado que Mamá Naturaleza me hizo bastante cabezón... Por lo que toca al Capote de Paseo y al carecer de tan rica y lujosa prensa, simplemente me lié la muleta y con eso el problema quedo resuelto... Así, este aspirante a Figura tuvo que hacer el viaje en camión de segunda clase, lidiando con marchantes, guajolotes, chamacos mocosos y berreantes, costales de verduras e intenso olor a barbacoa, papaloquelite y extracto de mexicano en su jugo. Pero asi y todo el viaje entre la ciudad de Mexico y el pueblo aquel se me hizo de lo mas placentero pues mi ilusión me ayudo a olvidar las singularidades que me rodeaban... |